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FESTIVALES

4° Festival de Cine Escandinavo – Crítica – Superclásico

Superclásico (Dinamarca 2011)

Dirección:
Ole Christian Madsen. Guión:
Ole Christian
Madsen, Anders Frithiof August. Elenco: Anders
W. Berthelsen, Paprika Steen, Jamie Morton, Sebastián Estevanez. Producción: Signe
Leick Jensen, Lars Bredo Rahbek. Duración: 99 minutos

Civilización y Barbarie.

Siempre es interesante
ver como un director extranjero describe Buenos Aires y su idiosincrasia. Los
resultados son dispares, tenemos desde la maravillosa Happy Together de Won Kar-wai hasta la olvidable Tetro de Francis Ford Coppola, pasando
por Evita de Alan Parker. La idea de
que un nórdico venga a buscar a su mujer a Buenos Aires y allí se entremezcle
en todo lo que rodea al superclásico Boca-River, parece por sí sola de lo más
atractiva. De hecho, en su país esta comedia romántica no solo fue un éxito de
taquilla sino que también fue la representante por Dinamarca para los Oscars, quedando
entre las nueve finalistas de todo el mundo.

Pero desde este lado
del mapa, las cosas que a los daneses le resultan sumamente atractivas pueden
no serlo tanto. Es que se echó a perder la posibilidad de retratar una historia
de enredos en una ciudad tan particular al basarse únicamente en estereotipos
rígidos y sobrecargados. En el intento por reflejar dos culturas, queda una
visión cinematográfica pobre de lo que es Buenos Aires.

Christian (Anders W.
Berthelsen) tiene una bodega venida a menos en Copenhague y llega a la Reina
del Plata, junto a su hijo adolescente (Jamie Morton), para recuperar a su
esposa Anna (Paprika Steen), quien es representante de jugadores de fútbol y
está a punto de casarse con la máxima estrella de Boca Juniors (Sebastián Estevanez).  En ese intento por salvar su matrimonio, se
enfrenta a una cultura totalmente desconocida que lo desconcierta.

Colmada de planos
panorámicos de la ciudad porteña, el filme recorre sus lugares más típicos
exhibiendo personajes muy excéntricos que dan cuenta de la brecha cultural. Al
querer reforzar el “toque autóctono” de los habitantes locales, la obra exagera
sus rasgos. Parece que en Argentina solo se consume fútbol, tango, Malbec y
asado, más allá del salvajismo que se apodera de los hinchas del balón pie. A
esto hay que sumar la intención de presentar una sociedad arraigada a ciertos
preceptos morales y religiosos de antaño.

Paradójicamente, en un
forzado intento por ser original, la historia cae en muchos lugares comunes y
situaciones por demás previsibles. Así una comedia que intenta ser fresca
termina siendo una receta de fórmulas hollywoodenses, ya harto aplicadas en las
comedias románticas. De todos modos, contiene algunas buenas secuencias como la
de las cucarachas que bailan tango o la de la pelea de los taxistas bosteros y
gallinas. También se respetan mucho el idioma y el lunfardo, aunque hay un
exceso de éste último.

Las actuaciones son aceptables,
en especial la de la pareja protagonista danesa (Estevanez repite el mismo tipo
de personaje al que nos tiene acostumbrados en las telenovelas). Estamos ante
un film con buenas ideas pero mal transmitidas, que no retrata adecuadamente la
cultura porteña.


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