Cobertura exclusiva desde
NY por Carla Cuesta
Capitán Phillips, dirigida por Paul
Greengrass (responsable de la trilogía Bourne
y Vuelo 93), es una producción a
gran escala que narra el ataque de un buque mercante por parte de piratas en
las aguas de Somalia. A excepción de las primeras escenas, la mayor parte de la
película está filmada en el mar. Esto representó un desafío técnico para los
actores y la producción, tanto por la falta de espacio dentro de barcos y
esquifes como por los mareos producto del movimiento del mar y la necesidad de
construir situaciones peligrosas -como el abordaje- de manera segura pero
realista.
El realismo es una obsesión de Greengrass,
quien se formó en el documental y desarrolló extensivamente el docudrama.
Decidido a no hacer sólo una película de género (centrada principalmente en los
procedimientos del rescate), priorizó el retrato de los personajes y las situaciones
de manera creíble por sobre el uso de efectos y el impacto visual.
Al comienzo de la historia, se muestra la
brecha económica que pone la situación en marcha: la vida de clase media en los
suburbios de Vermont, donde vive Phillips (Tom Hanks), en contraposición a la
aldea costera en Somalia donde viven los piratas. Greengrass quiso mostrar un
conflicto más amplio, el que existe entre los que tienen y los que no, entre
los que son parte del mundo globalizado y los que están afuera.
Capitán Phillips se destaca también
por la complejidad de sus personajes. Richard Phillips es un marino mercante,
muy dedicado a su trabajo, que de pronto se encuentra en circunstancias
extraordinarias. Pero la situación es nueva también para los piratas, un grupo
de ex pescadores que atacan un barco por primera vez. Malnutridos y sin
alternativas para su supervivencia, tienen la desesperación y audacia de quienes
no tienen nada que perder. Liderados por Muse (Barkhad Abdi), acometen sin
dudar y se ven inmersos en una situación que no saben resolver cuando la
violencia comienza a escalar.
La película evita la división entre héroes y
villanos, y si bien no justifica a los piratas, nos permite entender la
tragedia que los lleva a obrar así. Asimismo, cuando el conflicto se resuelve
no hay una clara sensación de triunfo, a diferencia de muchas películas del
género. El final parece indicar que, aunque esta situación particular haya
llegado a su fin, otras similares pueden ocurrir mientras que continúe
existiendo una distribución desigual de la riqueza.
Si bien todo el elenco es impecable, el peso
del relato recae en Hanks (siempre eficiente, transmite la angustia de su
personaje de manera palpable), y en sus contrincantes. Los cuatro actores
debutantes que interpretan a los piratas ofrecen caracterizaciones temibles,
profundamente humanas y bien diferenciadas. Capitán Phillips no
decepciona como entretenimiento y mantiene la tensión en todo momento. Se verá
en la gala de apertura del festival.