Cobertura
exclusiva desde NY por Carla Cuesta
Child of God, de James Franco
La última película de James Franco como
director es una adaptación de la novela homónima de Cormac McCarthy (autor de Sin Lugar para los Débiles), y
seguramente generará controversia. Con la marginalidad y la necrofilia en el
centro del relato, queda claro desde el vamos que la película no es para
cualquiera.
El film sigue a Lester Ballard, un desposeído
de carácter violento que intenta vivir al margen de la sociedad. El relato es
la crónica de la decadencia moral del personaje, quien desciende hacia el
crimen y la barbarie con el transcurrir de la historia e involuciona hasta
convertirse en un cavernícola tanto en sentido figurado como literal. A modo de
curiosidad, para crear al personaje de Ballard, McCarthy se basó en el mismo
asesino serial que inspiró a los protagonistas de Psicosis y La Masacre de
Texas.
La historia transcurre en un pueblo rural de
Tennessee en el que McCarthy vivió de chico. Todo en ella transmite aridez y
desolación: desde las amplias extensiones de campos nevados hasta los poco
comunicativos -y a veces violentos- vecinos del pueblo. El escaso uso de música
y los extensos tramos sin diálogo refuerzan esta sensación. En conferencia de
prensa vía Skype luego de la proyección, James Franco explicó que su elección de
la necrofilia como tema responde a un intento de echar luz sobre los efectos de
la aislación extrema en la humanidad.
En cuanto a la relevancia de una historia
sobre la marginalidad en la era de la comunicación, Franco explicó la necesidad
de revelar distintos aspectos de la sociedad y dijo que “es importante porque
es peligroso homogeneizar las cosas, no estoy a favor de la anarquía y aprecio
la estructura pero necesitamos cuestionarnos quiénes somos”. Comentó también
que su rol como director es llevar ideas poco difundidas a los medios masivos ya
que a pesar de que forma parte de la cultura popular, su gusto personal es más
amplio.
“Hacer una película no siempre es una empresa
moral, no implica el rol de herramienta educativa. Busco hacer un retrato,
examinar qué es ser humano. Esta no es una película que te guiará para ser una
mejor persona. Es un retrato extremo de alguien que está al margen, no una
lección en sí misma.”
Si bien la propuesta en ningún momento
disculpa el comportamiento de Ballard, sí logra que sus motivos sean transparentes
al espectador. Franco trata el tema con delicadeza, evitando el morbo. Su actor
protagónico, Scott Haze, realiza un trabajo épico tanto en el plano físico como
en lo que respecta a la verosimilitud. La película cuenta con un reparto
sólido, con Tim Blake Nelson como el Sheriff que persigue a Ballard y el propio
Franco como uno de los cazadores.
Like Father, Like Son, de Hirokazu Kore-Eda
Ganadora del Premio del Jurado en Cannes, la
película del japonés Hirokazu Kore-Eda se centra en una pregunta difícil:
¿debemos elegir al hijo biológico o al que uno creyó suyo durante seis años de
crianza? Pero a pesar de la seriedad de la premisa, Like Father, Like Son
está narrada en tono de comedia.
Llena de situaciones entrañables y graciosas,
la elección de no enfatizar el drama es el mayor acierto de la dirección. El
carácter ameno y simpático de la película hace que el espectador se involucre
tanto más en la problemática de sus personajes, consiguiendo que las escenas
dramáticas sean mucho más poderosas. La familia es un tema recurrente en las
películas de Kore-Eda. Like Father, Like Son está
inspirada en sus propias dudas sobre la paternidad: ¿qué convierte a uno en
padre, el lazo de sangre o el tiempo pasado con el hijo?
El protagonista de la película, Ryota, es un
empresario exitoso acostumbrado a obtener todo lo que se propone a través del
esfuerzo. Pero cuando recibe una llamada del hospital, diciendo que su hijo no
es “su” hijo, todas sus dudas sobre los vínculos familiares salen a la luz.
Además de enfrentar el dilema moral, Ryota debe enfrentarse a sí mismo cuando -por
primera vez- se encuentra con circunstancias que exceden su control.
El resto del elenco se completa con Midori
(la esposa de Ryota), la pareja que cría a su hijo biológico, y por supuesto
los hijos de ambas familias.