Cuando creíamos que la saga ya estaba agotada… Llega El Destino Final.
La trama es por demás conocida, pero por si acaso se las recuerdo: Accidente fatal, se salvan unos pocos que luego mueren en un determinado orden, ya que no pueden escapar de su “destino final”. Esta vez, la muerte aparece en un autódromo y a partir de ahí, la historia ya conocida.
Sin embargo, si algo era necesario para que volviera a la pantalla grande con bombos y platillos –y violentas muertes, por supuesto– era el toque extra y delicioso que le da el 3D.
Se sabe que Destino Final es cine para adolescentes, y esta entrega no es la excepción. Pero como ya hemos dicho, el 3D que parece atacar al espectador más desprevenido –objetos contundentes vuelan de la pantalla directo a la platea– sumado a que el efecto gore está exacerbado en comparación con las anteriores, hacen que los seguidores de la saga salgan del cine más que satisfechos.
No hay mucho para decir sobre una película que viene repitiendo el mismo esquema desde hace casi diez años. Pero se las han ingeniado para que no aburra. En esta ocasión han incluido situaciones que pueden resultar graciosas, las muertes son demasiado exageradas y forzadas y los guiños autorreferenciales son vulgarmente evidentes. Pero aún así, “la peli garpa” diría su público.
Hay acción, hay violencia, hay una trama sencilla y sin complicaciones, un elenco de chicos bonitos, ¿qué más se puede pedir? La fórmula de la diversión asegurada, ideal para la tarde del domingo con amigos y para disfrutar del 3D en su máxima expresión.
