Miércoles 19 de agosto.
Durante el día, las calles de Bolívar representan la tranquilidad de una ciudad alejada de la locura Capitalina, con su ritmo propio y sus siestas después de almorzar. Pero baja el sol, y la propuesta más importante sigue siendo la que empezó el viernes anterior: el 4º Festival de Cine Nacional Leonardo Favio, que ya ingresó en su segunda mitad.
El primer turno le correspondió al corto Reunidos En, de Maximiliano Torres, acerca de una juntada de vecinos (entre ellos, los siempre impecables Jorge D’Elía y Mario Alarcón), y le siguió Flores de Ruina, a cargo de Fabio Junco y Julio Midú, también responsables de la iniciativa Cine con Vecinos de Saladillo y del festival de esa ciudad.
A las 22 hs., Zeitnot, de Ernesto Rowe, con su estética de cine negro, noche y delirio en la línea de David Lynch, sirvió de estupendo aperitivo para Contrasangre. Al igual que en antes de cada una de las proyecciones, los realizadores subieron al escenario para decir unas palabras. En este caso, el protagonista Juan Palomino, el director Nacho Garassino y el productor Hernán Findling agradecieron al festival y al gran público presente, y Palomino celebró la iniciativa del festival.
Quedan tres días para seguir disfrutando de películas argentinas en la pantalla grande de Bolívar.
Flores de Ruina, de Fabio Junco y Julio Midú (Competencia Largometrajes)
Tres ancianas, las tres hermanas, las tres solteras, las tres viven juntas en una casa campestre, las tres muy dulces… Bueno, estos último no tanto: cuando no están escuchando discos de Leonardo Favio o preparando budines de mandarina, no tienen problemas en asesinar a quien amenace su bienestar, no sin eliminar toda prueba que las incrimine. Pero la de por sí inusual existencia de estas mujeres cambiará cuando encuentren una maleta repleta de dinero (dinero perteneciente a criminales que harán lo imposible por recuperarlo) y apenas se les presente un prófugo que, con tal de recibir protección, se ofrecerá a ayudarlas.
Si se mezclara Los Muchachos de Antes No Usaban Arsénico, de José Martínez Suárez, con Tumba al Ras de la Tierra, ópera prima de Danny Boyle, el resultado se acercaría bastante a la nueva película de Fabio Junco y Julio Midú. La principal fuerza radicaba en el trío protagónico, y allí es donde reside su encanto: Ellen Wolf, René Regina y Nélida Agustoni pueden inspirar tanta ternura como miedo, además de que dan en el clavo con los momentos de humor retorcido.
Tal vez el guión, sólido, hubiera merecido un nivel de producción aún más grande, pero los directores se las ingeniaron para usar secuencias de acción con disparos, sangre y patrullas, y no quedan mal parados.
Una historia sencilla sobre oscuros secretos, violencia y un particular sentido de la camaradería.
Contrasangre, de Nacho Garassino (Competencia Largometrajes)
Daniel (Juan Palomino) parece acabado. Luego de una carrera como oficial de policía, está a punto de terminar una etapa como guardia de seguridad de un edificio. Para colmo, carga con un fuerte drama familiar. En ese contexto deprimente, conoce a Analía (Emilia Attias), una joven que está siendo acosada por Julio (Esteban Meloni), un presidiario recién liberado. Daniel querrá ayudarla, sin saber que se meterá en problemas de los que le costará salir.
Luego de El Túnel de los Huesos, su ópera prima, Nacho Garassino regresa con un film noir bien provisto de perdedores, mujeres fatales –fatales incluso sin proponérselo- y giros inesperados. La puesta en escena y la iluminación reflejan un claro amor y un conocimiento por ese estilo de policial. Sin embargo, hay situaciones y elementos forzados que pueden provocar desorientación en el público, aunque no logran distraer la atención.
En la misma línea que su personaje en Diablo, de Nicanor Loreti, Juan Palomino compone a otro antihéroe que, en el ocaso de su carrera, tiene la oportunidad de convertirse en un justiciero. Esteban Meloni no transmite la dureza que debería emanar su personaje, pero sí es creíble a la hora de interpretar los tormentos psicológicos de Julio. Aún sin descollar, Emilia Attias tiene un magnetismo particular en la pantalla, que debería ser explotado en más películas. También integran el elenco Daniel Valenzuela y Germán de Silva, en roles pequeños pero cruciales.
Sin ser perfecta, Contrasangre es otro interesante exponente del policial argentino, que parece recuperar la fuerza de otras décadas del cine nacional.
Matías Orta