Cobertura exclusiva
desde NY por Carla Cuesta
Situada en Los Angeles en el futuro cercano, Her,
de Spike Jonze, es una historia de amor que examina la intimidad en el contexto
del mundo moderno. El protagonista, Theodore (Joaquin Phoenix), se gana la vida
escribiendo bellas cartas personales para otros, pero está solo y triste luego
de su divorcio. Hasta que descubre un nuevo sistema operativo que promete
escuchar, entender al usuario y adecuarse a sus necesidades. Al iniciarlo,
conoce a “Samantha” (Scarlett Johansson), una voz femenina sensible, simpática
y sorprendentemente graciosa. Samantha tiene la capacidad de aprender y de
pensar de manera independiente, volviéndola una secretaria perfecta para
Theodore. Pero pronto los deseos y necesidades de ambos crecen, y lo que
empieza como una relación de trabajo, deriva en amistad y luego se convierte en
amor.
Her explora la paradoja
que acompaña a toda nueva relación romántica: queremos que nos conozcan, pero a
la vez tememos darnos a conocer. Queremos establecer nuevas conexiones,
buscamos el amor, pero a la vez eso nos asusta. En este sentido, Samantha
resulta interesantísima como personaje, porque al ser una inteligencia
artificial, no tiene pasado ni preconceptos sobre las cosas. Su falta de temor
y prejuicios la vuelve totalmente libre y abierta a nuevas experiencias. Son
pocos los momentos en que vemos a otras parejas de Theodore (una escena con su
ex mujer, interpretada por Rooney Mara, y una cita a ciegas con el personaje de
Olivia Wilde), pero el contraste resulta tan marcado como interesante: su ex es
la encarnación del pasado de su relación, con todas las frustraciones y
resentimientos del caso; su cita a ciegas logra malinterpretar las intenciones
de Theodore, posiblemente por proyectar sus temores en él.
Por otra parte, como Samantha es una
personalidad que carece de cuerpo, para Theodore tiene el atractivo adicional
de poder imaginarla como él quiera. En combinación con su capacidad para
adaptarse a sus deseos, por un tiempo al menos parece la pareja ideal para él.
Claro que una vez que Samantha empieza a tener ideas e iniciativas propias, las
cosas se complican. Así queda planteada la otra gran pregunta de la película,
que es cómo podemos darle al otro la libertad para crecer, y si podemos seguir
amándolo una vez que cambió.
El proceso de Theodore en la trama tiene un
paralelismo con el que atraviesa su amiga Amy (Amy Adams), que termina una
relación donde vivía para su novio, y tiene que reencontrarse a sí misma. De
este modo, otro tema es cómo preservar nuestra individualidad en el contexto de
la pareja.
Phoenix realiza una de sus grandes
actuaciones, en este caso presentándonos su costado más poético y vulnerable.
Muestra la tristeza intensa de Theodore, pero también sus momentos de felicidad
y su capacidad para divertirse. Impresiona la actuación de Scarlett Johansson,
que sólo por medio de su voz logra crear una presencia poderosa y
multifacética. El resto del elenco acompaña con interpretaciones sólidas. Se
destaca Olivia Wilde por la cantidad de aspectos de su personaje que logra revelar
en su única escena.