(Argentina, 2014)
Dirección y Guión: Julio Midú y Fabio Junco. Elenco: Ellen Wolf, Nélida Augustoni, René Regina, Julio Andriuolo, Federico Midú, Alejandro Cavenaghi, Claudia Freccero, Elena Olasagaste. Producción: Fundación Cine con Vecinos. Distribución: Independiente. Duración: 72 minutos.
El cine de la vecindad.
Walter Benjamin analizó en su texto sobre la narración la pérdida de la experiencia como vivencia y puesta en común de un acontecimiento. El mundo viene perdiendo esta capacidad desde hace mucho tiempo y Benjamin fue capaz de analizarlo gracias a la imposibilidad de narrar el horror experimentado por los soldados durante la Primera Guerra Mundial. En nuestro país, y a pesar de esta notoria pérdida, ciertas visiones, miradas y formas de sentir el mundo fermentan y se asientan en comunidades alejadas de la vida agitada y acelerada de las grandes ciudades generando formas de ver y narrar el mundo que refrescan nuestra percepción y esperan una oportunidad para contarnos una historia.
A través de talleres de cine y convenios entre la Gerencia de Acción Federal del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y la Fundación Cine con Vecinos se vienen realizando desde hace cinco años experiencias para fomentar la participación ciudadana utilizando al cine como instrumento de desarrollo de una cultura independiente y participativa desde las distintas regiones y comunidades que habitan el país.
Flores de Ruina es la primera producción de estas características en llegar a las pantallas de cine comercial. El film dirigido y escrito por Julio Midú y Fabio Junco, líderes desde hace veinte años del proyecto Cine con Vecinos, es una mezcla de policial con comedia negra sobre un grupo de ancianas solteras que ocultan en su casa en medio del campo agreste a un hombre prófugo de la policía.
La película fue filmada en Saladillo y Polvaredas, en la provincia de Buenos Aires, donde surgió el proyecto comunitario y tuvo la participación de actores de la localidad y de la conocida actriz Ellen Wolf. La versatilidad de las actrices y su capacidad para generar situaciones cómicas dieron como resultado una obra sardónica sobre la convivencia en los pueblos pequeños y la peculiaridad de las personas que viven alejadas del mundo citadino. A pesar de las buenas intenciones y de la cómica relación entre las longevas señoritas, el opus de Julio Midú y Fabio Junco carece de una estructura narrativa sólida que mantenga el interés y adolece por su propia característica amateur y la falta de recursos.
No queda más que celebrar la llegada de este tipo de películas que ayudan a la difusión de un cine independiente de escaso presupuesto que tiene mucho para contar, al igual que las comunidades que habitan la Argentina, y que merece una oportunidad de llegar a un público masivo.
Por Martín Chiavarino
