Del 8 al 16 de Febrero se llevó a cabo la tercera edición del Festival Shakespeare Buenos Aires, organizado por el Ministerio de Cultura Porteño.
Shakespare es sin duda alguna una figura emblemática de la literatura universal. Su poesía y dramaturgia generó una obra tan vasta y compleja que muchos pusieron en cuestión si realmente un ser humano era capaz de generar ese caudal creativo. Son muchas voces las que entretejen el palimpsesto que es el hombre mito Shakespeare: un genio inspirado, un farsante, un ladrón de ideas ajenas, el escritor de las palabras más bellas que esconden los instintos más salvajes… todo eso es Shakespeare y como afirma Harold Bloom: “cómo pudo existir no lo sé y después de dos décadas de dar clases casi exclusivamente sobre él, el enigma me parece irresoluble”. El enigma de Shakespeare es precisamente haber sido una persona que fue, según Borges, todos y ninguno.
Bajo la dirección artística de Patricio Orozco, el evento teatral tiene por objetivo principal difundir la obra de William Shakespeare en Argentina. Además promueve el trabajo de jóvenes actores y directores a nivel nacional e internacional, ubicando a la Argentina en el mapa mundial de festivales, siendo el único país en Latinoamérica que lo organiza.
Como homenaje al autor, en esta edición se inauguró el “Teatro Shakespeare”, ubicado en avenida de los Italianos 751, que evoca la construcción arquitectónica del Globe Theatre de Londres, donde Shakespeare estrenó sus obras más importantes. La propuesta no se agota en la reproducción de ese monumental teatro, sino también en la esencia de las representaciones shakespeareanas: los espectáculos se hicieron al aire libre y el espacio teatral no tenía butacas para los espectadores.
El festival propuso este año una variada oferta de actividades gratuitas: espectáculos (teatro, música, danza, títeres, ópera) actividades académicas (workshops dictados por Royal Shakespeare Company y referentes locales) y vivenciales (Bicicleteada y Caminata Shakespeareana).
La programación de los espectáculos puso en escena obras como Antonio y Cleopatra, encarnados por Diego Ramos y Cristina Pérez, con adaptación y dirección de Patricio Orozco. Una historia de pasión en la que el poder y el sexo se mezclan en las figuras de sus protagonistas, quienes al mismo tiempo que sufren, temen y viven una pasión carnal desesperada. Es una de las obras escritas por Shakespeare que menos se ha representado en la Argentina. Besos de verano, de Ximena Belgrano Rawson, es una selección de piezas líricas que toma como eje el beso, símbolo del amor. Los besos de Shakespeare a través de fragmentos de obras como Sueño de una noche de verano, Medida por medida y Romeo y Julieta, entre otras. Borges y Shakespeare, de Patricio Orozco, propone un recorte singular por algunas piezas literarias, poniendo en escena un encuentro entre ambos referentes internacionales del mundo de las letras, con el que han fantaseado muchos de sus lectores. El camino del caballero, de Chastel Pélerin, sugiere un viaje a la vida cotidiana medieval en un castillo, mientras acompañamos a un escudero en su camino hasta convertirse en caballero. El propósito colectivo, de Marcelo Bertuccio, invita al espectador a un banquete en el que el triunfo de los protagonistas consiste en el aniquilamiento de los otros hasta que los sujetos devengan objetos y, como en Macbeth, lo que empezó como un juego se transforma en destrucción ingobernable. Mucho tango y pocas nueces, de Héctor Presa, retoma la anécdota de enredos de la obra de Shakespeare y construye una comedia musical con los tangos más conocidos del repertorio popular. Una tertulia a la Shakespeare, de Cecilia Nadaszkiewicz, es un espectáculo de danza que recrea coreografías renacentistas acompañadas por versiones musicales ejecutadas por instrumentos de época. Romeo y Julieta XS, de Tamara Garzón y Esteban Coletti, adapta para niños la narración de una de las obras más emblemáticas de Shakespeare. Temas como el amor, los sueños, el odio, el arrepentimiento o el poder, se tejen en esta historia condimentada con humor, que posibilita que los chicos se acerquen a la esencia de esta famosa tragedia. Shakespeare inédito (Personajes), de Ricardo Behrens, surge de la investigación de un equipo interdisciplinario con experiencia en improvisación teatral. Personajes como Hamlet, Julieta, Ricardo III, Otelo y Desdémona habitan la escena y el público elige las opciones de desarrollo de la historia. Ser o no ser (una cómica tragedia), de Luca Franceschi, es una producción española que toma como eje la problemática del actor y la mitología que ronda en torno a su tarea de “encarnar personajes”. En la obra la metateatralidad es llevada hasta sus últimas consecuencias: el personaje secuestra al actor que lo interpreta, lo secuestra en su propio cuerpo. Sonsonetos, de Jorge Rod, lleva a escena los sonetos de Shakespeare. Una experiencia poética del cuerpo y de la voz a través de una propuesta coral que experimenta con las posibilidades plásticas y sonoras de la palabra.
Iniciativas como éstas encarnan la heroica tarea de homenajear a ese personaje que rompe, como nunca antes, la linealidad de la historia del teatro. Pero excede el ámbito teatral. Podríamos pensar que hay en la historia de la humanidad un antes y un después de Shakespeare. Si existió o no, esa es una interpretación que queda en manos del lector… y deberíamos tener en cuenta la advertencia que nos hace Harold Bloom en relación al momento de vincularnos con su escritura: “tenemos que ejercitarnos y leer a Shakespeare tan tenazmente como podamos, sabiendo a la vez que sus obras nos leerán más enérgicamente aún. Nos leen definitivamente”.
©Antonella Sturla, 2013
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