El odio hacia el cine de Sandler, intensificado desde que comenzó su contrato con Netflix, se convirtió en uno de los lugares comunes más obvios y perezosos de la cinefilia reciente. Cada película de Sandler que se estrena, ya sea mala (The Do-Over) o extraordinaria (Sandy Wexler) suele ser objeto de todo tipo de burlas y descalificaciones. Pero Sandler persevera; pareciera importarle más bien poco lo que piensen los demás y hace la suya: si bien cada tanto se le da por desviarse a papeles más “dramáticos” y “de prestigio”, como The Meyerowitz Stories de Noah Baumbach o Uncut Gems de los hermanos Safdie, siempre vuelve a esas reuniones de amigos que tienden a ser sus producciones.
Hubie Halloween, la flamante Happy Madison Production escrita por Sandler y su colaborador habitual Tim Herlihy y dirigida por Steven Brill, uno de los más grandes valores del universo sandleriano, pareciera ser en parte una respuesta amable a todo ese escarnio. El Hubie Dubois que interpreta Sandler es el hazmerreír del pueblo de Salem, Massachusetts (sí, el de las brujas), donde vivió toda su vida. Uno de los chistes más recurrentes de la película es el de Hubie andando en bicicleta y teniendo que esquivar todo tipo de objetos contundentes que sus coterráneos le arrojan. Pero Hubie siempre responde con actos bondadosos; no hay un solo ápice de maldad en nada de lo que hace. Entre las marcas más reconocibles del cine de Sandler están las explosiones de furia que suelen tener en algún momento personajes que en general tienden a ser encantadores y tranquilos (Paul Thomas Anderson tomó esta cualidad y la explotó a la perfección al crear a Barry Egan, el personaje que interpreta Sandler en la hermosa Embriagado de amor). Lo de Hubie, en cambio, es una no reacción que tampoco pasa por la acumulación de rabia: es simplemente alguien incapaz de dañar a los demás. Hay en la película una empatía por el diferente que en algún momento parecía haberse perdido en el cine sandleriano (recuerden el bullying que se le hace al personaje de Jennifer Coolidge en la miserable Click), pero que aquí está presente como nunca antes. Y ese amor se extiende a todo el montón de personajes que Hubie Halloween se pasa casi media película presentando y desarrollando, y que están interpretados por varios amigos de la casa. La película, de hecho, arranca con un cameo que hará las delicias de todo el que haya seguido la carrera de Sandler, y el interés amoroso de Hubie remite a la misma película que esa escena inicial.
Brill es realmente un maestro a la hora de hacer comedia: el timing aquí no falla nunca, y Sandler dándose porrazos y gritando de miedo son algo que no se agota jamás. También hay un chiste extraordinario que involucra a la madre de Hubie (June Squibb) y unas remeras con inscripciones subidas de tono que compra baratísimas en ferias americanas. Hubie Halloween es enormemente generosa y efectiva como comedia, algo que no debería sorprender a nadie que haya visto una película como Mr. Deeds, otra de las colaboraciones entre Sandler y Brill. Pero lo que sí sorprende y resulta más que bienvenido es el amor que muestra hacia el cine de terror y su iconografía. Toda la subtrama “de terror” que tiene la película y que involucra desapariciones varias, un ex habitante del pueblo que huyó de un hospital psiquiátrico y se pasea con una máscara de cerdo, un vecino hombre lobo y hasta un alcalde que se rehúsa a detener las celebraciones funciona de maravillas. Brill logra colar, entre todo el disparate, varias secuencias bien resueltas y con buenos climas. Quién hubiera pensado que la gran horror movie de 2020 sería “la nueva de Sandler para Netflix”.
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(Estados Unidos, 2020)
Dirección: Steven Brill. Guion: Adam Sandler, Tim Herlihy. Elenco: Adam Sandler, Julie Bowen, June Squibb, Ray Liotta, Steve Buscemi, Kevin James, Tim Meadows Maya Rudolph. Música: Rupert Gregson-Williams. Fotografía: Seamus Tierney. Duración: 102 minutos.
