Sin llegar al número de versiones cinematográficas de Drácula, Frankenstein es otra de las novelas que más veces ha sido llevada a la pantalla, por lo que se podría pensar que ya no hay mucho más que esperar de una nueva recreación de la novela de Mary Shelley.
Guillermo del Toro parece haber aceptado el desafío de intentar diferenciarse de la trama de las anteriores y lo ha logrado, al presentarnos una criatura, que en poco se parece a las vistas hasta ahora.
Dividida en un Preludio y dos partes correspondientes a los relatos sucesivos de Víctor y de la Criatura. el realizador se toma dos horas y media que pueden parecer excesivas, aunque es amplio y rico su contenido.
PRELUDIO
Ese inicio está ambientado en el mar Ártico con un barco danés encallado, ante la desesperación de su capitán (Lars Mikkelsen) al comprobar que no logran sacarlo del hielo que rodea a la embarcación.
Quien se acerca primero es Víctor Frankenstein (Oscar Isaac) con un estado físico francamente deteriorado (incluyendo una pierna prostética), ingresando a la nave. Quien lo viene persiguiendo es la, así denominada en el film, criatura (Jacob Elordi) y que con su fuerza sobrenatural casi da vuelta al navío, pero que se hunde en el mar al ceder parte del hielo. Sin embargo y pese a que no se la ve emerger, Victor previene que no murió y que volverá sin duda.
PARTE I. RELATO DE VÍCTOR
Se asiste a la lujosa casa familiar de Víctor, cuya madre (que morirá pronto) le habla en francés, mientras que su padre (Charles Dance) es un barón, de profesión médico, que castiga a Víctor con una vara, mientras que mima al hermano menor. La acción se traslada algunos años después al Colegio Real de Medicina, donde Víctor hace demostraciones científicas, reanimando tejidos muertos con el uso de electricidad, afirmando que aquí se encuentra el futuro.
Otros personajes hacen su entrada, incluyendo a Heinrich Harlander (Christoph Waltz) que vende armas y se interesa en el experimento de Frankenstein, así como William (Felix Kammerer), el hermano menor de Víctor, comprometido con Elizabeth (Mia Goth); la sobrina de Harlander.
El gran logro de Víctor es agenciarse un imponente castillo en Escocia, donde arma un voluminoso laboratorio que incluye generadores de energía de gran potencia, aptos para sus experimentos que ya no se limitarán a tejidos aislados, sino a restos de cuerpos humanos recogidos tanto de persosnas que fueron colgadas por la justicia, como de cadáveres recogidos de los campos de batalla (Guerra de Crimea).
Y de esos restos humanos, Víctor armará una criatura a la que, por precaución, dejará encadenada para seguridad del creador y de los visitantes que incluyen a una Elizabeth, empática con la criatura de la que descubre cierta humanidad que de ella emana.
PARTE II. RELATO DE LA CRIATURA
Abarca la parte final, más interesante y novedosa de la película, que ocupa la última hora del relato, una vez que Víctor pone fuego y destruye su laboratorio (castillo). El tono de esta parte final lo asemeja a las obras trágicas, ya que habrá varias muertes incluyendo la de Elizabeth, su tío y al hermano de Víctor, no así la criatura que logra sobrevivir.
Lo interesante es como Del Toro arma escenas ya presentes en versiones anteriores como la del ciego, aquí en una lucha, despareja e impactante cinematográficamente, con lobos del Ártico. Cuando su situación se vuelve desesperante, surge de improviso la “criatura” en su defensa. El anciano le manifiesta, obviamente sin verlo y con sus palabras: “eres mi amigo y un buen hombre que apareces de golpe en mi ayuda”.
La disyuntiva que plante entonces esta novedosa versión, del también conocido como “El nuevo Prometeo,” es sobre quien es en verdad el “monstruo”. ¿Es acaso la criatura o alternativamente su creador?
Otras cuestiones que aborda este “Frankenstein” tienen que ver con la “memoria” que puede anidar en el “cerebro” de la criatura, Pero también la duda existencial que ella se plantea, al tener que encontrar respuesta a una pregunta esencial tanto sobre de dónde proviene y qué es en realidad.
La escena final retoma allí donde se interrumpía el preludio. Vuelve al barco encallado, a su capitán y marineros y a la reaparición de la criatura como previsto por Victor. Esa resolución no se ajusta a ninguna de las versiones anteriores de Frankenstein en que su cerebro sufría un deterioro. En la versión de del Toro, la gran diferencia la marca el cerebro de esta criatura, que intenta responder a las preguntas esenciales propias de los seres vivos.
La película estará solo unas semanas en cartel en los cines, que es donde debe verse. El casting es a grosso modo acertado ya que tanto Oscar Isaac como Jacob Elordi establecen un acertado contrapunto. El austríaco Christoph Waltz, corre el riesgo de ingresar en el cliché en un descenso marcado desde que había sobresalido en Bastardos sin gloria para ir cayendo en el Drácula de Besson y ahora en el Frankenstein de Del Toro, con el resiego de terminar encasillado en determinados papeles. Mia Goth (Pearl) sale a flote, aunque su actuación no resulta completamente consagratoria.
Finalmente no se puede omitir señalar que la elección de del Toro como director tiene mucha coherencia por la temática de su amplia filmografía y con un antecedente más cercano y valioso como es La forma del agua.
(Mexico, Estados Unidos, 2025)
Guion, dirección: Guillermo del Toro. Elenco: Jacob Elordi, Mia Goth, Oscar Isaac, Christoph Waltz, Ralph Ineson, Charles Dance. Producción: J. Miles Dale, Guillermo del Toro, Scott Stuber. Duración: 149 minutos.
1 comentario en “#TIFF50 | Frankenstein”
Excelente critica!