El director David Mackenzie, nacido en Gran Bretaña, ha venido alternando películas en su país natal y en los Estados Unidos. Es poco conocido en Argentina, ya que se estrenaron solo dos de la docena de largometrajes que dirigió. Además del mediocre Spread (Amante a domicilio), el otro film conocido localmente es Sin nada que perder de 2016. Esta obra adquirió cierta notoriedad al contar con un notable guion de Taylor Sheridan, también realizador de Wind River, junto a un trío de actores en notable actuación (Jeff Bridges, Chris Pine, Ben Foster).
Mackenzie privilegia la acción en películas como Relay de 2024 y Fuze, su más reciente opus, que solo puede apreciarse en la gran pantalla. En el caso de este último, casi se podría afirmar que se trata de dos films, con eventos simultáneos, en la época actual.
Ambos ambientados en Londres, el primero refiere al descubrimiento, en pleno centro de la capital inglesa, de una bomba de quinientas libras sin explotar de la Segunda Guerra Mundial. Encontrada por azar por obreros de la construcción, se sigue, con creciente tensión, el intento de desactivar el detonador (“fuze”), para evitar su explosión. Para ello se instrumenta además una evacuación de los residentes y otros pobladores circunstanciales (oficinistas, por ejemplo) de las calles aledañas al sitio del hallazgo.
Pero casi simultáneamente empieza un relato paralelo, que muestra a un grupo de ladrones oportunistas que, aprovechando la concentración del accionar de las diversas fuerzas del orden en el evento inesperado, emprenden llevar a cabo un atraco en una institución bancaria y más precisamente centrados en sus cajas de seguridad.
El guion de Ben Hopkins (Limonov) parece al inicio interesado en presentar una situación con algún punto en común con la premiada película de Kathryn Bigelow (Vivir al límite), al focalizarse en el desarmado de productos explosivos que pueden estallar.
Pero pronto se advierte que el verdadero “core” de la película es otro, ya que gran parte se concentra en el desfalco, lo que hace de Fuze un típico film de “Heist”, término que bien puede aplicársele.
De esa manera, el grupo de interesantes actores se reparte entre ambos eventos. Aaron Taylor-Johnson es quien encabeza el reparto, como el mayor Will Tranter, un personaje con funciones similares a las de Jeremy Renner en la ya citada película de Bigelow, aunque con una mayor cuota de alienación.
En la otra “película” lo que menos se respira es armonía, la que no reina entre los ladrones y donde son relevantes los personajes interpretados por Sam Worthington y Theo James. A propósito, tanto este último como Aaron Taylor-Johnson son nombres que en algún momento han circulado como supuestos intérpretes en el próximo James Bond. El único personaje femenino relevante es Zusana, interpretado por Gugu Mbatha-Raw, una oficial de policía de alto rango que, desde una sala de control con múltiples pantallas, hace lo posible por defender al ciudadano londinense.
(Reino Unido, 2025)
Dirección: David Mackenzie. Guion: Ben Hopkins. Elenco: Aaron Taylor-Johnson, Theo James, Sam Worthington. Producción: Gillian Berrie, Callum Christopher Grant, David Mackenzie, Sébastien Raybaud. Duración: 98 minutos.
