CREO RECORDAR QUE HUBO UN CRIMEN
El club del crimen de los jueves es la nueva película de Chris Columbus, un director con películas memorables pero que no posee una potencia visual distintiva ni mucho menos autoral. En los noventa supo realizar con éxito las primeras dos entregas de la saga de “Mi pobre angelito” con Macaulay Culkin, y una década más tarde dirigió sus trabajos más recordados dentro de la franquicia de Harry Potter, “La piedra filosofal” y “La cámara de los secretos” respectivamente.
En esta nueva película pueden evidenciarse diferentes falencias, que no necesariamente son propias de Columbus pero inevitablemente están arraigadas a la estandarización cinematográfica de nuestros días. El club del crimen de los jueves es la prueba viviente de un tipo de cine que no busca sorprender, que no tiene nada más allá de la imagen (ni una idea visual, ni otra intención que filmar un guión rutinariamente), y mucho menos uno recuerde minutos después de acabada la película. La realización de Columbus se basa únicamente en planos y contraplanos que aburren al ojo y que son presos de un contenido chato y poco propositivo. Como si fuese poco, la imagen únicamente cumple el simple propósito de repetir la misma información ya aportada por el diálogo, generando así una redundancia visual y narrativa importante, carente de valor cinematográfico.
Los personajes presentados por la película, interpretados por un elenco de lujo, carecen de toda profundidad y en el fondo no se diferencian demasiado el uno del otro. Por más que la película quiera marcar a cada uno de ellos con modismos muy distintos y reconocibles, en el fondo, son cuatro personas que quieren lo mismo, por el mismo motivo, y para los que el caso les representa la misma cosa. Si la comparamos por ejemplo con la primera Knives Out, una película que pertenece al mismo género de un policial whodoneit con comedia, allí no todos los personajes eran interpelados por el crimen de la misma forma, la relación con la víctima era distinta y la actitud que tenían frente a la tragedia también. En El club del crimen de los jueves, estas virtudes brillan por su ausencia.
Como no hay complejidad, ni giros interesantes, ni ideas de puesta en escena, lo que tenemos es una película creada para que se pueda “escuchar” mientras se hace otra actividad al mismo tiempo. Por ejemplo, en una escena vemos a Helen Mirren caminando por un cementerio y desde la penumbra se distingue alguien siguiéndola. Sin que el guion ni la cámara explique el motivo, Helen Mirren se da “mágicamente” cuenta de esta figura amenazante. Acto seguido, el personaje corre por el espacio hasta esconderse detrás de una tumba, donde aparece otra figura (posiblemente la misma que la seguía, aunque pareciera físicamente imposible) diciéndole que no continúe con la investigación. La escena pasa tan pronto que el suspenso queda totalmente anulado, como si Columbus quisiera meramente darnos esa información para seguir adelante con lo que se sigue (en este caso, la película hace un corte con ella en la comisaría).
Al anular el suspenso se anula también la emoción, la creatividad, cualquier cosa que requiera un esfuerzo tanto para Columbus como para la atención del espectador.
Es una película que carece de puesta en gesto, no hay sugerencia, no hay una unidad de pensamiento que pueda añadirse a la imagen; cosa que sí aparece en la película de Rian Johnson.
Aún así la película cumple, no de la manera en la que buscaría un ávido espectador, pero si en la que un consumidor promedio podría esperar. Los rostros de Pierce Brosnan, Helen Mirren y Ben Kingsley no hacen más que adornar al pobre guión y puesta en escena, pero aún así su carisma y líneas dichas con cierta gracia es lo mejor que esta producción tiene para ofrecer. Ah sí, en cuanto a la historia, esta es muy clásica: un grupo de la tercera edad apasionado por resolver misterios irresueltos, se ven en la necesidad de investigar un verdadero crimen policial. Si bien la premisa cuenta con potencial para convertirse en una gran historia de su género, la misma es una adaptación de las novelas del escritor britanico Richard Osman. La película, además, deja la puerta abierta para adaptar en un futuro más obras del autor, aunque no hay ninguna prisa para que lleguen temprano.
(Estados Unidos, 2025)
Dirección: Chris Columbus. Guion: Katy Brand,Suzanne Heathcote Elenco: Helen Mirren, Pierce Brosnan, Ben Kingsley, Celia Imrie, David Tennant, Jonathan Pryce Producción: Chris Columbus, Jennifer Todd, Josh Robertson, Chloe Hales Duración; 118 minutos.