Al analizar una obra o dar un criterio sobre ella, pasamos a menudo por alto el contexto que da origen a la idea de un realizador. En este caso, con It Was Just An Accident, el iraní Jafar Panahi escribe y dirige una historia que no surge de una simple ensoñación antes de caerse de una cama, sino de una experiencia personal.
Para dar contexto, Panahi ha manifestado en repetidas ocasiones, también cinematográficamente, su oposición al gobierno iraní y a las políticas de la República Islámica. Estas acciones han resultado en su arresto y encarcelación durante varios meses, siendo la última en el año 2023, liberado posteriormente luego de realizar una huelga de hambre a modo de protesta. Sus films, por ende, incorporan mensajes políticos entrelazados con vivencias propias.
De ahí sale la trama de It Was Just An Accident: un grupo de víctimas, años después de ser excarceladas, se cruzan, al parecer por azar, con su antiguo torturador. Este es un hombre común y corriente, identificado por el sonido de las pisadas con su pierna ortopédica.
La nueva entrega de Panahi está filmada en Irán sin ningún tipo de licencia que le permita hacerlo y presenta a actrices trabajando sin hijab, algo sumamente obligatorio en la ley iraní, decisión del cineasta de 64 años como para mostrar de otra manera la indignación en contra del régimen, con la ausencia de un objeto.
Pero vamos a la película…
El film comienza con una secuencia nocturna familiar, donde vemos a un hombre manejando por la carretera junto a su esposa e hija, cuando de repente atropellan a un perro callejero que aparece inesperadamente. “Fue solo un simple accidente” recita la esposa y madre de familia. Pero el choque provoca una avería que los obliga a detenerse en un taller mecánico para reparar el vehículo.
Aquí comienza el tema central de la trama, que refleja de manera explosiva un análisis sobre la venganza y la culpa. Panahi aborda las prisiones y encarcelamientos sufridos por cientos de víctimas, pero como un factor psicológico persistente. Estas personas permanecen atrapadas mentalmente y ni el tiempo ni el olvido puede liberarlas de allí. Conoceremos a personajes variados, éstos con profesiones y transitando momentos de la vida diferentes, pero que en común guardan ese resentimiento y dolor. A su vez, esto podría identificarse también como pensamiento del propio cineasta, quien ha recibido malos tratos e incluso ha oído amenazas en contra de familias.
El film cuestiona ciertas acciones como: ¿Estamos ofuscados con el verdadero responsable? Incluso podemos entender que es un escape a la liberación mental, a quitarnos un peso o una carga que llevamos. Esta duda transforma al film en una road movie en la que nos encontramos con situaciones desopilantes e incluso cómicas, de idas y vueltas en búsqueda del torturador. Como espectadores no lo sabemos, carecemos de cierta información, pero empezamos a hilar pistas: la escena inicial del choque, la frialdad de un padre, el color rojo que ilumina su rostro, el oír a su hija decir que en su casa no puede entrar nadie.
Lejos de un melodrama, It Was Just An Accident es mayormente divertida, porque no se centra en la figura del torturador ni en sus dramáticos actos, sino en la psique de las víctimas: no son asesinos pero si llevados a lugares inesperados debido a su humanidad. Acontece un nacimiento, también escenas de sobornos, un gag muy gracioso con tarjetas de crédito y nos vemos encerrados junto a los protagonistas en esta camioneta/furgoneta que pareciera en cualquier momento los dejará varados.
El manejo del tono del film es excepcional, de esos que no necesitan recorte alguno. Panahi utiliza tomas largas y planos generales en mayor parte, para construir un clima de tensión y misterio lentamente. El film no utilizada siquiera una banda sonora que acompañe a las escenas. La secuencia final permite mostrar la destreza actoral de los protagonistas en, quizás, el momento más serio y reflexivo de la pelicula. “No somos asesinos. No somos como ellos” es real, pero ¿tienen derecho a serlo luego de lo que han padecido? Panahi deja ese dilema para nosotros.
It Was Just An Accident es un thriller silencioso, pero con mucha fuerza pese a su sutileza, y que con decorados cómicos logra transmitir lo que el realizador busca en definitiva: Confrontar el pasado, aceptarlo en el presente, para imaginarnos un futuro.
(Irán, Francia, Luxemburgo, Estados Unidos, 2025)
Guion, dirección: Jafar Panahi. Elenco: Vahid Mobasseri, Mariam Afshari, Ebrahim Azizi, Hadis Pakbaten. Producción: Philippe Martin, Jafar Panahi. Duración: 105 minutos.