Y pasó otro año de la convención más grande e importante de cultura pop de la historia. Otro año en que miles de fans se agolpan para ver a sus artistas preferidos y disfrutar de uno de los eventos para los que se preparan casi todo el año. La octava edición de la Argentina Comic Con finalizó este domingo con un balance más que positivo. Lo más destacado y esperado, sin duda, fue la visita de Andy y Bárbara Muschietti por segunda vez a nuestro país, director y productora de una de las mejores películas de terror de los últimos tiempos. It: Eso (It, 2017) se estrenó en el mes de septiembre y las repercusiones continúan.
Con la presentación de un panel exclusivo pasadas las 17 hs. del sábado 9, el periodista Alexis Puig le daba lugar a los hermanos en el escenario, con un auditorio plagado de fans que estallaron de felicidad cuando el propio Andy reconoció públicamente que le gusta más Jessica Chastain que Amy Adams para el papel de Beverly adulta en la segunda parte del film, próximo a filmarse. Para la ocasión no faltaron escenas del tráiler de la película en cuestión y una performance a cargo de Jessica Herrlein encarnando al escalofriante payaso Pennywise.
Luego, Andy y Bárbara se reunieron con un grupo selecto de medios –entre ellos A Sala Llena– para compartir una round table íntima. Más que una entrevista tradicional, el momento se convirtió en una cálida y amena charla acerca de cine, producción de películas y consejos para los que recién comienzan en la profesión. Fue una gran oportunidad para tenerlos más cerca. Éste fue el resultado:
¿Se imaginaron alguna vez este éxito que alcanzó la película?
Andy: Nunca. No, nunca. Es genial. Tenés una noción de lo que al mundo le gusta. Pero no caés en la cuenta hasta que llegás a un evento como éste, por ejemplo. Me encanta todo esto y es como la “Beatlemania”… te asomás y es un (grita) “aaaaahh”. Es genial. Me da mucho orgullo.
Bárbara: Aquí también los chicos son muy importantes. No te miento si te digo que nos han llegado comentarios de chicos del interior que no tienen cine. Y que nos dicen “Si ustedes dos lo están haciendo, yo lo puedo hacer también”. Está bueno porque los materiales están. Nosotros cuando fuimos a la escuela de cine, Andy tenía que pedir la cámara que había en la universidad, las placas de cine, etc.
A: Si, era más difícil. Vos sos el único promotor de tu obra, y en esa época tenías que mandar el material en VHS, la copia de 16 o de 25 a un festival en la loma del orto. Ni me acuerdo si llegaba o no. A veces llegaba, a veces no. Y al final te gastabas un vagón de guita y a fin de año lo habías mandado sólo a tres festivales. Ahora con Youtube, si hiciste un corto que está bueno va a hablar por sí solo. Eso permite que gente que tiene condiciones y talento si quieren pueden mostrar su trabajo al mundo.
¿Qué le recomiendan a los que recién comienzan en esto?
A: Que hagan un corto, sobre todo CORTO. Después habrá tiempo de hacer algo más largo. Pero por eso se empieza. Tenés que llegar a la mayor cantidad de gente posible y ese es un buen ejercicio para llegar al siguiente paso. Hoy en día con la velocidad que pasa todo, nadie se quiere colgar viendo un corto de 16 minutos.
B: De hecho hay muchos festivales que si pasás los siete o doce minutos no te los aceptan directamente, entonces estás haciendo algo sólo para vos. Para que lo vea la gente tiene que durar entre 3 y 4 minutos.
Recién hablaban del contacto con la gente, ¿cómo se sienten ustedes sobre todo aquí en Argentina?. Les deben llover propuestas de gente que no sólo les debe pedir ayuda, sino también el patrocinio. ¿Cómo manejan eso?
B: Es genial que se acerquen y nosotros les podamos dar consejos. Pero hay que ayudarse a uno mismo, y es lo que siempre le digo a todos. Ahora me hablás por móvil o por chat, primero despertate, te vas afuera, rodás, editás, lo ves. Y repite… Así se convierte uno en artista.
A: Hay de todo. Hay gente que dice que quiere ser actor, o que siempre soñó con ser un famoso actor de Hollywood. Y frente a eso te preguntan “¿Qué me recomendás?”. Después hay una escala de grises donde está la gente que realmente tiene amor por el cine. Pero es lo que Barbi dice, tenés que empezar por vos mismo antes de esperar que alguien te ayude. Hacer un corto hoy en día es más fácil que nunca antes… y hay que hacer. Si el primero te sale como el culo, hacés otro. Y después otro, después otro. Y así hasta que sea algo que realmente llame la atención.
B: Los “loosers” se la pasaban haciendo cortos en cualquier momentito que tenían. Algunos ridículos, otros divertidísimos. Pero es práctica. Y de repente veían algo en la película y decían “Voy a escribir una escena para esto” y venían con una escena escrita.
A Sala Llena: Andy, ¿qué te pasó cuando te tuviste que enfrentar al monstruo que es adaptar una novela de Stepehen King, sabiendo además la cantidad de fans y que había una miniserie previa? ¿Sentiste mucha presión?
A: Yo soy un fan también y crecí con Stepehen King. Y si sos cineasta tenés que entender que para hacer una película tenés que encontrar una visión. Y esa visión tiene que salir de adentro. Entonces no podés satisfacer las expectativas de cien millones de fans o explorar lo que quieren. A cada uno le gusta una cosa distinta del libro. Entonces la única manera de encontrar esa visión es mirando adentro. Yo leí el libro por primera vez a los 14 años y mi respuesta emocional fue muy fuerte y es algo que me quedó grabado. Entonces lo primero que pensé es “quiero llevar al cine lo que yo sentí leyendo”. En ese punto no hay muchas dificultades. Es un camino como muy personal. Es “ok, esto lo leí hace treinta años… ¿qué me pasó?”. La historia de Bill y Bev es una historia de amor que habla de las cosas que te estaban pasando a vos también. Es esa época en la vida en la que te pasan las cosas por primera vez. Una pelea en el patio de un colegio, el contacto con la violencia… uno en esa época es como una esponja que absorbe todas esas experiencias y las transforma en emociones fuertes. Cuando uno se hace adulto las empieza a racionalizar. Yo ya sabía que Stepehen King era un tipo muy abierto en cuanto a las adaptaciones. Él admite que son animales distintos y tienen vida propia. Con El Resplandor (The Shining, 1980) él se sintió un poco traicionado, para él fue un desastre. Pero a lo largo de su carrera él fue aceptando e incluso apreciando que algunas películas tomaban otro camino. Sabiendo esto, yo estaba muy tranquilo. Decía “Me voy a focalizar en lo que es esta historia para mí y llevarla adelante”. Después sí vino la presión cuando se la mostramos a el.
ASL: Que encima la quiso ver solo…
A: Bueno, pero mejor. Pero no supe hasta el último momento qué Iba a pensar. Vos podés ver la película 300 veces y podés hacer diferentes screenings donde se va mostrando la película a grupos seleccionados de gente, tenés una noción de cómo responden. Pero aun así, cuando los últimos screenings dieron buenos resultados, nunca sabés si para la gente está buena o no. Medio te perdés en el proceso. Estás muy focalizado en todo técnicamente pero te vas desvinculando de todo eso. Por eso es importante verla con público. Uno comienza un proyecto haciendo una película para uno… pero luego ya no es más de uno. Vos pensás una película y quizá luego queda algo totalmente diferente…
¿Y cómo sentís que quedó la versión final?
A: Hay muchos matices ahí. A grandes rasgos es la película que quería pero luego va por lugares que yo no esperaba. Es inevitable eso, y por eso está bueno tener la oportunidad de filmar más. La mayoría de las películas financiadas por estudios tiene un “aditional shooting”.
B: Si la película es buena, el aditional es cortito, son tres o cuatro días que te dan demás. Si la película no es tan buena y tenés tres semanas de rodaje es un problema.
A: En realidad es una gran solución. Una cosa es el guion, que puede estar perfecto. Pero pasan tantas cosas que se experimenta de otra forma. La película empieza a tomar vida. Pero la experiencia es muy distinta a lo que vos estás experimentando con el guion. Quizá a veces algo que pensabas que quedaba buenísimo, no resulta tan bueno en la escena en sí. Pasó mucho en It, por ejemplo en la escena de los escupitajos, que es de comedia. Pero tenés que tener cintura para decirle a los actores cuando algo no está funcionando, y decidir improvisar. Mi experiencia como director de publicidad me ayudó mucho. Yo hacía humor nada más. Hay escenas larguísimas que se terminaron cortando. Pero quizá las vean en la versión “Director’s Cut”.
De Mamá a It, ¿qué es lo que aprendieron sobre el mecanicismo de trabajar en el cine industrial y qué es lo que aprendieron después de It?
A: Yo aprendí muchas cosas desde el trabajo creativo. Después del tema de la industrial. Barbi te puede decir muchas cosas…
B: El asunto es que Mamá (2013) fue una película independiente. Una coproducción española-canadiense en la que el Gordo (por Guillermo del Toro) nos ayudó mucho con el estudio pero era una película para ellos tan barata que no se metieron para nada. O sea el costo para Universal era de 11 millones, que para ellos es una cifra que pueden levantar en ventas y VOD en tres días. Básicamente no había pérdida. Y el beneficio de eso es precisamente que no te joden. Te puede salir mal y si no les gusta te la dejan en la repisa, no le ponen un centavo a la promoción, pero nos dejaron en paz. Una vez que salió la película empezamos a tener proyecto nuevos en Estados Unidos que empezamos a desarrollar, y en un momento nos dimos cuenta de que ya nos habíamos mudado para allá. Fue todo muy natural. Y trabajar con estudios es extremadamente complicado y así como en Mamá, dijimos “nosotros queremos hacer una película y la vamos a hacer”. Fue pura polenta. Fuimos para adelante. Nos fueron saliendo las cosas, salió Guillermo, salió Universal, la hicimos. Cuando trabajás con un estudio no tenés poder, esa capacidad. Tenés que estar esperando a que las condiciones sean idóneas y es complicadísimo. Hay un 80% de lo que no tenés control. Por eso cuando digo que hacer una película es un milagro, es eso. Tantos accidentes positivos tienen que suceder para que la puedas hacer. Principalmente que los ejecutivos conserven su puesto. Ha pasado que ellos viajan, se van, y tu proyecto queda enterrado. Cuando entra una nueva cabeza al estudio tiende a limpiar (los proyectos que venían de antes, afuera). Que el casting lo puedas hacer idóneamente y eso depende mucho del amor que le tenga el estudio al proyecto. Si realmente creen en él van a decir que se conforman con ese actor, y así. Hay estudios como Warner, por ejemplo, que han decidido no desarrollar proyectos en torno a un tema que esté desarrollando otro estudio. Nos pasó hace poco, con Drácula, que queríamos hacer con Warner. Pero como Universal está desarrollando ya un Drácula, Warner dijo que no. Ellos tienen que tomar decisiones, que son cada vez más difíciles y comerciales. Cada vez va a ser más difícil esto, entonces lo que hay que hacer es bancar al cine independiente.
© Ximena Brennan, 2017 | brennan@asalallena.com.ar | @AnXieBre
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