(Reino Unido, 1964)
Dirección: Richard Lester. Guión: Alun Owen. Elenco: John Lennon, Paul McCartney, George Harrison, Ringo Starr, Wilfrid Brambell, Norman Rossington, John Junkin. Productor: Walter Shenson. Distribuidora: Mirada. Duración: 97 mins.
Twist y gritos… y Pop!
La llegada del hombre a la Luna, la caída del muro de Berlín, el primer video de la cadena MTV… y el debut de Los Beatles en el Show de Ed Sullivan en 1964. Algunos de los momentos más culturalmente pregnantes del siglo XX fueron televisados y llegaron a millones. La mítica presentación de los cuatro de Liverpool en la televisión norteamericana abrió las compuertas de ese caudal interminable conocido como ‘beatlemania’. Por supuesto la fiebre no iba a quedar confinada a los discos y la caja boba. Rápidamente John, Paul, George y Ringo también dejarían su marca en el séptimo arte. Anochecer de un Día Agitado (A Hard Day’s Night, 1964) fue el primer largometraje en el cual pudimos verlos expandir su histrionismo pop.
Suena el primer acorde del tema que le da nombre al film, vemos a Los Beatles escapando de una marea de fans, George Harrison se tropieza y cae aparatosamente, John Lennon se parte de la risa, Ringo intenta levantarlo, siguen corriendo. Ese paso de comedia no estaba guionado, es algo totalmente espontáneo, una característica fundamental y omnipresente en los 97 minutos de película. Al mismo tiempo, un reflejo fiel de esos cuatro jovencitos que querían comerse el mundo con carisma y -hasta ese momento- un par de canciones pegadizas que tomaron a todos por sorpresa.
La trama de Anochecer de un Día Agitado nos invita a acompañar a la banda tras bambalinas de lo que será la presentación en un teatro londinense, televisada para miles de espectadores, y funciona como retrato fidedigno con tintes humorísticos de aquello que solía ser una jornada “normal” para los muchachos en el inicio de su desmedida popularidad. Llena de gags y situaciones que parecen más rutinas cómicas antes que escenas dentro de una estructura narrativa concisa, la película por supuesto no es mas que un móvil para las canciones de Los Beatles, desde la canción titular hasta “Can’t Buy Me Love”, pasando por “If I fell”, “All My Loving” y muchos de los éxitos de la primera época.
En esta primera colaboración de Richard Lester con el cuarteto ya se pueden vislumbrar algunos de los artilugios prefilectos del director. La cámara no se aleja nunca de los muchachos, siendo el espectador uno más en el tren, el camerino e incluso arriba del escenario. Lester, junto con el guionista Alun Owen, logran potenciar esas características personales que se volverían los rasgos más diferenciales de cada beatle: John era el gracioso, Paul el romántico simpático, George el introvertido y Ringo quien siempre se mete en problemas insólitos.
Independientemente del tono humorístico y el mayor o menor nivel de producción, Anochecer… funciona por sobre todas las cuestiones como un registro de los inicios del pop, las boy bands, el Top40 y todo aquello que dió forma a la música de mitad del siglo XX en adelante. Es imposible pensar en Michal Jackson, Madonna, U2, Oasis, los Backstreet Boys o incluso Justin Bieber sin asociar por puro reflejo “los Beatles lo hicieron primero”.
El carisma natural de los fab four, sumado a ese talento que supieron pulir desde sus épocas como estudiantes de colegio y luego en los escabrosos bares de Hamburgo para finalmente llegar al éxito mundial, convierte a Anochecer… en una obra hipnótica que 53 años después de su estreno no pierde ni un ápice de toda su magia, trayendo nuevamente a la pantalla grande ese registro alegre de cuatro veinteañeros que, sin proponérselo, cambiaron el mapa musical para siempre.
Alejandro Turdó | @AleTurdo
