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CRÍTICAS

Apenas el fin del mundo

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Dirección: Federico Ponce. Dramaturgia: Jean-Luc Lagarce. Traducción: Jaime Arrambide. Asistente de dirección: Zoilo Garcés. Diseño de escenografía y vestuario: Betania Rabino. Realización escenográfica: La Menesunda. Diseño de luces: Lucas Orchessi. Música original: Gustavo Lucero. Diseño gráfico: Mariano Parangón. Fotografía: Martín Paradiso. Producción ejecutiva: Zoilo Garcés.  Actúan: Flor Calvo Reiriz, Emilse Díaz, María Cristina Quevedo, Carlos Sims, Julián Vilar. Supervisión artística general: Rubén Szuchmacher y Graciela Schuster. Prensa: Marisol Cambré.

Palabras y silencios

Una vez más, el espacio teatral El Kafka nos acerca a la interesante obra del dramaturgo francés Jean-Luc Lagarce, en esta ocasión, con una cuidada y lograda puesta de Apenas el fin del mundo, una de sus últimas obras.

Lagarce se preguntaba cómo escribir después de maestros como Ionesco, Beckett, Genet… Si bien en sus obras podemos rastrear elementos provenientes de estos autores, es su propia voz la que rápidamente se impone: parlamentos caracterizados por las continuas reformulaciones, repeticiones y juegos temporales conforman su particular poética.



Apenas el fin del mundo
es la historia de un hombre, Louis (Carlos Sims), que regresa al hogar familiar, luego de una larga ausencia, para anunciar su muerte cercana. Se reencontrará entonces con su madre (María Cristina Quevedo), sus hermanos, Suzanne (Flor Calvo Reiriz) y Antoine (Julián Vilar), y la esposa de éste, Catherine (Emilse Díaz). No tardarán en aparecer los recuerdos, y con ellos…los reproches. El tiempo ha pasado, en la familia todo sigue aparentemente igual pero cada integrante tendrá mucho para decir, para decirle, al hijo y hermano que regresa. Cada uno tendrá su momento y la posibilidad de enfrentarlo cara a cara. Los “duelos” más destacados son los que mantiene Louis con sus hermanos: Calvo Reiriz realiza un trabajo impecable en la composición de Suzanne, cuyas palabras emergen con la fuerza del reproche y la emoción del reencuentro.

Sin embargo, a lo largo de la obra, el silencio irá cobrando cada vez mayor importancia. Luego de tanto tiempo de silencio, todos podrán hablar, pero… ¿dirán realmente lo que quieren decir? Cada uno le reclama a Louis por su silencio, pero él es, fue y será –siguiendo el juego verbal que plantea Lagarce– el personaje que menos hable: ante esas voces que no cesan, él tan sólo escuchará.

Un trabajo preciso de iluminación, que determina el dentro y fuera de escena de los personajes, así como los monólogos de Louis dirigidos al público, y una musicalización que indica los cambios de escena, funcionan y complementan perfectamente esta puesta. Todo el elenco nos entrega sólidas actuaciones, destacándose Flor Calvo Reiriz y Julián Vilar. Es interesante también destacar el trabajo que los actores deben realizar con el texto: este presenta una notable complejidad a partir de los juegos verbales y las continuas reformulaciones, que resultan en un discurso fragmentado y agramatical en algunos casos, que requiere un trabajo minucioso, aquí cumplido.

Antoine formula en reiteradas ocasiones la pregunta ¿Qué dije? A partir de ella podemos abrir un interrogante aún mayor: en realidad, ¿qué dicen las palabras? Apenas el fin del mundo es una muy buena propuesta para conocer a quien es considerado uno de los dramaturgos contemporáneos más importantes y dejarse llevar por su torbellino de palabras y sus ingeniosos silencios.

Teatro: El Kafka Espacio Teatral – Lambaré 866

Funciones: Viernes 23.00hs

Entrada: $120 / Estudiantes y jubilados $70

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