(Argentina, 2015)
Dirección y Guión: Rodrigo Vila. Elenco: Carlos Tévez, Martín Palermo, Guillermo Barros Schelotto, Rodolfo Arruabarrena, Alberto Márcico, Miguel Ángel Brindisi, Ángel Clemente Rojas, Rolando Schiavi, Silvio Marzolini, Roberto Abbondanzieri. Producción: Dalila Zaritzky y Guillermo Rossi. Distribuidora: UIP. Duración: 105 minutos.
El pasado más reciente de una pasión con historia.
La historia del Club Atlético Boca Juniors es muy rica en muchos deportes pero siempre el fútbol se lleva toda la atención. La materia prima histórica obliga a estar a la altura a cualquiera que emprenda la tarea de hacer un documental sobre el club porque hay más de un siglo de acontecimientos deportivos para hacer foco. El recorte de Boca Juniors 3D: La Película está hecho sobre la etapa moderna, es así que el primero de los episodios retratados es la final de la Copa Libertadores del 2000, un suceso que marcó el regreso internacional de Boca luego de un par de décadas de sequía. El comienzo emotivo y bien fotografiado por Matías Mesa y Sebastián Zayas arranca por el barrio de La Boca a modo de subjetiva en un camino que termina en la Bombonera, el templo mítico xeneize.
El hilo conductor del relato es un memorioso hincha de Boca que da pie a todos los momentos importantes, sin embargo el histrionismo del actor genera un efecto adverso para la propia estrategia conmovedora/ efectista. No hay testimonios que escapen de otros que podemos encontrar en productos del mismo estilo en canales deportivos (no por nada Fox Sports aparece como una de las productoras de esta película) y para peor algunas imágenes, no tan antiguas, aparecen con cierta calidad dudosa. Tratándose de un recorte, es entendible la ausencia de ciertos nombres pero resulta inadmisible que figuras gloriosas de la historia de Boca como Carlos Bianchi, Juan Román Riquelme (solo se tomaron algunas declaraciones de archivo), Sebastián Battaglia (no aparece ni un solo cuadro de este jugador, el más ganador de toda la historia del club), Blas Armando Giunta, el tridente multicampeón colombiano (Bermúdez, Córdoba y Serna), Sergio “Manteca” Martínez (solo mencionado por Alberto Márcico), Alfio Basile y muchos otros, no aparezcan más que por la mención de otros entrevistados. También resulta inexplicable, al menos desde la historia dura del club, que Mauricio Macri tenga tantos minutos en cámara como si se tratara de una figura deportiva de Boca, habiendo sido presidente de la institución en épocas negras y que solo transcendió su nombre por la llegada de Carlos Bianchi; para peor en un momento hasta justifica la contratación de todos los DT que se fueron sin obtener títulos, obviando incluso a algunos como La Volpe, quienes dejaron al club en el peor de los desastres. La no inclusión de periodistas calificados también baja el nivel del documental, ya que los testimonios de algunos de ellos hubieran aportado esa cuota de distancia sobre la pasión y la euforia desmesurada de los hinchas y los que vistieron la casaca azul y oro.
Las breves apariciones de viejas glorias como Silvio Marzolini, Rubén “Chapa” Suñé y Antonio Rattín, este último con anécdotas más propias de otro club, tratan de revestir una falsa amplitud de registro sobre la historia de Boca, que tan solo se queda en un intento flojo. Boca Juniors 3D: La Película (formato injustificado por lo que se ve durante las casi dos horas) no cumple satisfactoriamente en proporción a una historia rica en sucesos, y solo parece conformarse con el registro de los últimos veinte años. Es un documental que puede resultar nostálgico para los que vivieron la etapa dorada de Bianchi, de historia reciente para los adolescentes y algo injusto para los mayores que experimentaron gran parte del siglo -y monedas- del Club Atlético Boca Juniors. Un producto agridulce para los hinchas más exigentes.
Por José Tripodero
La pasión que genera el fútbol es incomparable. Sobre todo en la Argentina, auténtica cuna de astros y de equipos que hicieron historia en cada rincón del globo. El del Club Atlético Boca Juniors es un ejemplo más que paradigmático: la pasión que despiertan los colores azul y oro es legendaria, y el club tiene un lugar de privilegio en la elite mundial. Y así busca reflejarlo el documental Boca Juniors 3D: La Película.
Tras un demasiado breve repaso por la historia, el director Rodrigo Vila se centra en las figuras más representativas y en las hazañas contemporáneas del club de la rivera: desde las obtenciones de la Copa Libertadores y de la Intercontinental (sobre todo durante las eras de Carlos Bianchi como director técnico) hasta el regreso del goleador Martín Palermo en aquel 3 a 0 contra River, archirrival de siempre, pasando por la llegada de Diego Armando Maradona a principios de los 80 (y su regreso durante los 90), la explosión de Juan Román Riquelme y de Carlos Tévez, los ídolos de los 70…
Salvo Tévez (todavía en la Juventus italiana), los entrevistados hablan desde la Bombonera, el estadio de Boca, donde los planos contribuyen a aumentar la magnitud de aquel marco. Cada relato está unido por un extravagante anciano que se la pasa rodeado de libros, revistas de antaño y hasta televisores viejos; cada recuerdo suyo da pie a imágenes de archivo y testimonios de glorias modernas y de más atrás, como Rubén “Chapa” Suñé, Silvio Marzolini y Antonio Rattín. Pero el excesivo, poco inspirado y burdo histrionismo de ese personaje se vuelve invasivo y termina restando.
Si bien dicen presente nombres como los de Palermo, Barros Schelotto, Rolando “El Flaco” Schiavi, Alberto “Beto” Márcico, Roberto “El Pato” Abbonanzieri y del actual técnico Rodolfo Arruabarrena, también hay ausencias cruciales. Maradona y Riquelme no figuran entre los entrevistados, pero se utilizan audios y videos de diferentes entrevistas. Algo parecido, pero al pasar, con Hugo “El Loco” Gatti. Más preocupante es el caso de Bianchi, el técnico más ganador en la historia del club, que no tiene participación más que en las imágenes y en algunas menciones por parte de sus ex dirigidos. Y así otros casos de técnicos de paso exitoso (Alfio Basile, Oscar Washington Tabárez) y de futbolistas que tantas alegrías le dieron a su gente (Gabriel Batistuta, Sebastián Battaglia, Walter Samuel; los colombianos Óscar Córdoba, Jorge “Patrón” Bermúdez y Mauricio “Chicho” Serna, etc.). Es cierto que no pocas de las ausencias deben estar vinculadas a temas políticos o, al menos, a una nula relación con la actual dirigencia.
En paralelo, Vila presenta estupendas tomas del barrio de La Boca y de la Bombonera antes de un partido, capturando parte de la esencia del entusiasmo que despierta el equipo. Sin duda, tema para otro documental que hasta podría resultar mucho más novedoso sin dejar de ser fascinante.
Boca Juniors 3D: La Película se queda en una pirotécnica aunque incompleta celebración xeneize, que se vale de imágenes ya conocidas (y no sólo a través de los programas deportivos), pero ordenadas en función de un tono triunfalista, decididamente no apto para fanáticos de otros equipos. Un documental que hasta puede defraudar a los hinchas más acérrimos, aunque para ellos contemplar sus colores en pantalla grande -y en 3D- será un placer que hasta ahora no llevó a cabo ningún otro equipo del país.
Por Matías Orta