Dirección: Emilio Tamer. Director Musical: Manuel Wirzt. Director Coreográfico: Alejandro Lavallen. Productor General: Diego Djeredjian. Productor Asociado: Jontatan Kassir. Guion-Textos: Bossi- Tamer. Diseño de Escenografía: Daniel Feijo. Diseño de iluminación: Pablo Vaiana. Diseño de Vestuario: Romina Mengareli. Diseño de Sonido: Juan Bär- Manuel Fernandez. Caracterización de maquillaje: Elena Sapino. Máscaras y prótesis: Vanesa Gioradno. Actúan: Martín Bossi. Prensa: Alejandro Veroutis.
Desde que entramos hasta que nos vamos del Teatro Astral toda la atmósfera juega junta en combinación de sus elementos: orquesta en vivo de 15 músicos, tres coristas, el cortinado rojo, el micrófono y un juego de iluminación hecho de efectos especiales produciendo un efecto de éxtasis con el objetivo de crear ese universo propio del mundo del espectáculo y convertir a The Big Bang Show en un viaje íntimo hacia el origen del homenaje, la tradición y la nostalgia.
No porque todo tiempo vivido haya sido mejor, como dice el protagonista, sino por la necesidad de realizar una reflexión, luego un gran recorte en lo que va de la cultura de los setenta hacia adelante acerca de los parámetros con los que se mide la cultura del entretenimiento actual.
El espectáculo comienza con una seguidilla de imitaciones de las figuras más relevantes de la música internacional: Ray Charles, Jhon Lennon, Rod Stewart, Michael Jackson, Axl Rose, Freddy Mercuri entre otros, que son revividos en la escena a través de un trabajo de imitación exuberante y preciso. Exuberancia, que no pretende volverse pesada, gracias a la inserción de la orquesta y la iluminación que crean el ritmo necesario para lograr las carcajadas del público.
Un segundo momento nos muestra a un Bossi desprendido de disfraces que realiza, a través de un monólogo de base lineal y apuntando a un público pequeño burgués breves reflexiones que se adentran a una explicación de los baches de la cultura actual. Realiza un pastiche acerca de la cumbia villera y el reggeton para extenderse en lo que es una mirada crítica hacia la poca profundidad de las letras actuales. En otros momentos la reflexión apunta hacia la tecnología y adentrarnos en el hecho de que la “cultura del sofá” promovió la ausencia del ritual de ir al cine. En este guión se trabajan además cuestiones relacionadas a la pérdida del ritual del baile entre los jóvenes y como este mismo se impone dando un cuadro incoherente a las relaciones actuales. En otras palabras, la pérdida del respeto, del amor, e inclusive del amor al arte.
La obra es amplia, contiene momentos para atrapar a toda clase de público. Tales como la presencia de Manuel Wirtz como director de orquesta utilizando herramientas propias del clon y el monólogo quien presta a una actuación finísima y bella.
Y por último se asoman a escena, mientras esperamos con conmoción en la piel un Pepe Biondi, a través de un trabajo audiovisual y auténtico, el gran Tato Bores, recuperado a través de un dialogo satírico con el público; y la vuelta de Olmedo y Portales, junto con la participación especial de “Carna” reencontrándose en las puertas del cielo, tratándose de esa manera tan mágica entre ellos y comentando algunos de los temas de la actualidad.
Hubo un tiempo donde los pibes jugaban en la esquina, con una pelota real, no una virtual. Un tiempo donde los enamorados iban al cine y donde los actores y los films eran el ansiolítico por excelencia. Donde la música ayudaba, gracias a sus letras a acompañarnos y enseñarnos como vivir el sentimiento. Un tiempo donde el levante más burdo se realizaba a través del juego de “la botellita”. Donde “el asalto” era solo una reunión entre los amigos del barrio.
A este tiempo viajamos en The Big Bang Show, mientras nos cubrimos del brillo de los cuerpos del jazz , de las voces sensuales del cabaret y de un Martin Bossi que se muestra rebelde y promueve que el público incrédulo en encontrar un mensaje en el teatro de revista se lleve una grata sorpresa.
Teatro: Teatro Astral – Av. Corrientes 1639
Funciones: Jueves 21hs, Viernes 22hs, Sábado 20:30 y 23:30, Domingos 21hs
Entradas: desde $200.
