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CANNES - Festivales

#CANNES78 | Highest 2 Lowest

SUBE Y BAJA

Varios remakes de films dirigidos por Akira Kurosawa han visto la luz. Entre ellos, Los siete samurais / Los siete magníficos(1960, 2016), Vivir / Living, Yojimbo / Por un puñado de dólares, Entre dos fuegos, y ahora de El cielo y el infierno / Highest 2 Lowest. Fuera de analizar si se ha realizado un cambio significativo frente a la obra original, que tambien se puede haber tomado libertades frente a una novela o guion original, cabe destacar que cuando salió Entre dos fuegos, Walter Hill afirmó haber realizado una libre adaptación sobre la totalidad de la obra del director japonés. Por el contrario, en el caso de la película de Spike Lee y el guionista Alan Fox,  no se aprecia un cambio radical de la historia y género del original, High and Low, más que el haber trasladado el Japón de los 60 a Estados Unidos de la actualidad o la actividad profesional del protagonista.

Ambos films parten del secuestro del hijo de un empresario millonario. En el Kurosawa, la actividad del magnate estaba relacionada a la industria del calzado, y en la propuesta de Lee, a la industria musical; específicamente a través de la agencia discográfica Stackin’ Hits, ganadora de numerosos premios Grammy,  liderada y fundada por el ejecutivo David King. Como su apellido lo manifiesta, King (Denzel Washington), vive en un elevado penthouse en Dumbo y vigila bien de arriba los límites de la isla de Manhattan, dando su espalda a Brooklyn, como si fuese un rey en su castillo observando y protegiendo su reino. El espacio es cohabitado por su esposa Pamela (Ilfenesh Hadera) y su único hijo Trey (Aubrey Joseph), su descendiente. Su linaje.

El lider musical conoce la región. Oriundo del Bronx, tiene como chofer de su carruaje de marca Rolls Royce a su amigo de infancia y confidente, Paul Christopher, cuyo hijo Kyle (Jeffrey y Elijah Wright, padre e hijo en ficción y realidad), es a su vez compañero de Trey en una práctica de basketball y ahijado de David.

Previo arribo a la actividad deportiva, King padre ofrece una charla en tránsito a su hijo, abriendo un abanico de sabios consejos. Juega y toca su cabecera, dejando entrever el amor que existe en la relación padre-hijo. Hasta le da reprimendas menores pero aleccionadoras por el tiempo derrochado en el uso de redes sociales y telefonía celular. La época de los likes, seguidores y una noción de “no ser nadie” si no se está expuesto en esos medios. La terrorífica noción del influencer.

Ya en el campo de juego, y juego de manos mediante, Trey y Kyle intercambian una vestimenta. Ninguno de ellos vuelve a su respectivo hogar transcurrido un tiempo razonable, por lo que se enciende una alerta policial y activa la sección departamental encargada para este tipo de casos: una desaparición que culmina afirmándose como un secuestro, pero de la víctima equivocada, el hijo del chofer en vez del hijo del rey.

Frente a lo policial, que por momentos poco importa, se plantea el dilema del hombre rico y el pobre. Cómo se vería en la comunidad, las redes y la industria discográfica que el magnate, el rey, no ofrezca pagar una recompensa por su ahijado e hijo de su mejor amigo, por más que el atacante haya confundido a la víctima. ¿Vale más una vida que otra? David encima se encuentra en momento de querer comprar las acciones del sello discográfico y el pagar una recompensa haría peligrar la operación, que hasta podría hacerle perder el liderazgo sobre la empresa que él mismo fundó.

Spike Lee da un vuelco al cine que venía haciendo hace rato. Aquí intenta posicionarse en dirección hacia un thriller con bastante acción, algo que solamente logró en El plan perfecto o la olvidable Oldboy (tambien remake). Sin embargo, deja lugar a sus críticas evidenciables sobre temas políticos como en otros de sus films, pero sin tener que gritarlo. Puesta en escena con presencia de retrato de Kamala Harris en la habitación de Trey, exposición sobre los valores de la sociedad norteamericana y hasta la inclusión de un festivo característico de la comunidad portorriqueña residente en Manhattan, como una clara protesta a políticas migratorias.

El film, que si bien mantiene una velocidad cinematográfica de acorde a un ritmo llevadero, encuentra un desequilibrio en tono y diálogos específicamente en escenas que transcurren dentro del departamento de King. Sin embargo, esto no llega a opacar en su totalidad la magnífica actuación de Washington. Quizás el eslabón más débil esté representado por todo lo que concierne al personaje de Paul, que en cierta manera es presentado como un obstáculo pusilánime y súbdito del rey, a quien en el único momento del film en que se requiere su participación, la de cuidar y escoltar al rey, éste falla. Algo similar ocurre con el personaje de Trey King, quien posee actitudes caprichosas en momentos delicados y se encuentra inmerso una corrección política marcada con trazo grueso.

Una vez resueltos los conflictos principales de la trama del secuestro y dar por terminadas las tediosas investigaciones policiales que no llegan a buen puerto, se llega a un estadio en el que se da el control por completo del film a Washington. Así, Highest 2 Lowest se transforma en un film de acción incesante y arrollador. Enhorabuena, llega la acción de un justiciero a mano propia, nacido y criado en la región que solía dominar y que ahora tan solo ve de arriba, sin mayor placer que tener que bajar a tierra y poner las cosas en su lugar.

Nota bene: La partitura de Howard Drossing, con quien Lee ya trabajó en casi una decena de proyectos realizando arreglos y orquestando, no llega a la altura de aquellas con autoría de Terence Blanchard, compositor fetiche del director. De hecho, sin querer extremar con este comentario, por momentos la banda sonora de Drossing pareciera pertenecer a cualquier otro film menos el que estamos viendo.

(Estados Unidos, Japón, 2025)

Dirección: Spike Lee. Guion: Alan Fox. Elenco: Denzel Washington, Ilfenech Hadera, Aubrey Joseph, Jeffrey Wright, Rick Fox. Producción: Jason Michael Berman, Todd Black. Duración: 133 minutos.

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