Hay según la versión tradicional, religiosa, católica de la Historia, tres estadios. Paraíso. Expulsión del Paraíso y crimen de Caín: nacimiento de la civilización, las ciudades, las artes y oficios. “Marca cainita” en la realización histórico-humana. Redención final, extra mundana, y extra o sobre temporal, id est, Juicio Final.
La segunda versión sería aquella que mundaniza o recibe secularizada esta experiencia, conservando en su hacer o pensar el mito vueltos mitologemas. Está formada por: sociedad natural, civilización, y anarquía.
La sociedad natural (ersatz del Paraíso): el hombre en contacto directo con las cosas, sin ningún tipo de intermediación o freno. En contacto también directo con los otros tres reinos -mineral, vegetal y animal- que le anteceden y sin embargo se continúan analógicamente en el humano.
Luego, civilización (pérdida del Paraíso), también conocida como alienación; aunque con este agregado: civilización moderna en sentido técnico industrial. Toma al hombre natural; degrada o pervierte algunos de sus dones o habilidades, para defender sus intereses económicos. Ya que tales habilidades del hombre de la sociedad natural son, per se, “antidemocráticos”. Id est: imposibles de ser enseñados o distribuidos en forma horizontal uniforme.
(En el film de Friedkin: habilidad para rastrear huellas; fabricar cuchillos de piedra, usarlos; vivir y sobrevivir en medio del bosque o la selva, etcétera).
Tercero: una vez tomadas algunos de esas habilidades, dones o cualidades que permanecen en estado drásticamente no distributivos; es decir, no democráticos liberales per definitione, y pervertirlos o desviarlos de sus fines naturales, para uso y supervivencia de la civilización técnico – industrial, ésta le dice –una vez finalizada la tarea- que puede integrarse a la vida citadina-civilizada, o volver al bosque.
En ambos casos, el hombre en cuestión desemboca en la Anarquía.
Y también: contradicción en el intento de volver, tornar, non sequitur a aquellas cualidades extrañadas, en y por la sociedad natural, que se desean ocasionalmente como habilidades (“skills”) y no cualidades ni, menos aún, dones.
Per-versión: de las relaciones naturales -padre/ hijo, maestro/discípulo, mayor/menor, et. al.- y una vez pervertidas, trazado de la línea normal- anormal, que no sólo es cada vez más delgada, sino -horresco referens- móvil, como las fronteras entre ciertos países.
*skill deriva de raíces germánico-escandinavas. Así “skil”=distinción, relacionado con el bajo alemán “schele” y con el holandés “geshill”, diferencia.
Vemos que en su etymon espiritual refiere a “diferencias” y a “separaciones”. Algo muy similar a una de las definiciones schmittianas de “nomos”.