La ópera primera de Dea Kulumbegashvili, de Georgia, se sitúa en un pueblo y cuenta la historia de una comunidad de Testigos de Jehová que es atacada por un grupo extremista, ocasionando el incendio de su salón. Beginning pone el foco en Yana, la esposa del líder de la comunidad, quien luego del atentando empieza a ver el mundo que la rodea con otra visión.
Beginning tiene una cinematografía pictórica con planos de larga duración que dan cuenta del proceso que Yana está atravesando. El camino de la protagonista no es fácil y está repleto de deseos ocultos, más bien reprimidos. La película genera un clima cercano al del estilo de Haneke, donde la violencia está latente y cuando se visibiliza lo hace con mucha claridad y fuerza. Aun así hay cierta distancia de la cámara en momentos impactantes que dan lugar a pensarla desde el lado del voyeurismo, como si alguien estuviera espiando con cierto sadismo desde otro lugar lo que le está sucediendo a Yana.
En la película aparece un juego constante de tensiones y climas. Las pausas son claves para entender a Yana y el rol que ocupa en su entorno. Su lugar se va tornando un poco más raro, distorsionando su sentido de pertenencia y el de quienes la rodean. Durante toda la película hay diferentes acciones que hablan de violencia; desde la más explícita que es la interrupción del sermón del marido de Yana con bomba casera, ocasionando la quema del salón, hasta situaciones cotidianas como la visita del detective. Esa conversación va cambiando de tono hasta llegar a lo físico, y así termina por poner en evidencia las vulnerabilidades tanto de Yana como de la comunidad.
La religión se presenta como opresora, silenciosa y obediente, claramente reflejada en los niños que responden como soldados en momentos en que los planos se saturan de información y personajes; es uno de los pilares de la historia ya que al inicio de esta el sermón habla del sacrificio, sugiriendo la dualidad de Yana y su duda sobre sus deseos de mujer.
Beginning es una interesante ópera prima que, mediante sus tiempos muertos, contempla a su protagonista con planos abiertos, silencios y momentos de introspección, sin dejar de lado el deseo, la violencia y la opresión.
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(Georgia, Francia, 2020)
Dirección: Dea Kulumbegashvili. Guion: Dea Kulumbegashvili, Rati Oneli. Elenco: Ia Sukhitashvili, Kakha Kintsurashvili, Rati Oneli. Producción ejecutiva: Carlos Reygadas. Duración: 130 minutos.
