(Argentina, 2019)
Guion, dirección: Clara Picasso. Elenco: Rosario Varela, Macarena Suárez Dagliano, Ignacio Rogers, Jimena del Pozo Peñalva, Facundo Aquinos. Producción: Natalia de la Vega, Manuel Ferrari. Distribuidora: Santa Cine. Duración: 65 minutos.
Ya no es ningún misterio que vida del actor tiene sus vaivenes. En especial, si se vive en un país como Argentina, donde nadie puede dar nada por seguro. ¿Y qué pasa cuando se consigue algo de atención, pero por otros motivos? La protagonista parte de esa cuestión.
Paula (Rosario Varela) tiene poco más de 30 años y es actriz, pero se las rebusca de muchas maneras, como dando clases de idiomas a extranjeros. Está en un bar justamente haciendo eso, durante la primera escena de la película, cuando entra un hombre a robar. De manera involuntaria, ella provoca la caída del ladrón y se convierte en la justiciera de la jornada. Vienen algunas notas en televisión y otros medios, lo que le trae una inesperada visibilidad. La saludan en la calle, le piden selfies…
Pero en su nueva película como directora, Clara Picasso va más allá de contar los efectos de la fama repentina e indaga en el después, en cómo sigue siendo la vida de Paula luego de su 15 minutos de gloria. De hecho, aquel episodio termina siendo una excusa para adentrarnos en la verdadera historia: la de una joven adulta que está a la deriva desde el punto de vista personal y profesional. Seguimos a Paula en su trayectoria como participante de muestras (donde debe fingir no conocer a su compañera ocasional, que también desempeña la misma función) y en reuniones con amigos, en las que no faltan esas preguntas incómodas sobre su verdadero modo de vida. Y no nos olvidemos de otra situación particular: la de toparse con conocidos que ya triunfan en la actuación y están cerca de lograrlo, o que al menos tienen una vida encaminada. El gran mérito de Picasso es narrar estas idas y venidas como una tragicomedia moderna, sin estridencias pero con personajes sólidos y reconocibles.
Paula es interpretada por Rosario Varela, quien sostiene cada plano gracias a una composición contenida, pese a la bola de sentimientos que rebota en el interior de esa antiheroína. Otro acierto es la banda sonora, compuesta por El Mató a un Policía Motorizado, banda que suele tener un vínculo cercano con el cine; aquí nos entregan una canción que tiene con qué para convertirse en otro éxito indie, e incluso en un himno del cine independiente nacional de esta época.
La protagonista es un cuento agridulce que nos hace reír y nos deja pensando en aquellos objetivos aun no realizados y cómo impactan en uno cuando ya no se es tan joven.
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