“Las palabras no hacen el amor,
hacen la ausencia. “
Alejandra Pizarnik
Tolcachir lo hizo de nuevo. Sin ningún tipo de sutileza, cómo es de costumbre, el autor llevó su dramaturgia a los lugares más oscuros del amor 2.0 para darle vida a Próximo. Dos hombres que se encuentran y desencuentran de manera constante gracias a los gigas que sus Skypes consumen. Pero, ¿hasta qué punto puede sostenerse un amor fundado en píxeles?
La obra que pasó por el Teatro Sarmiento ahora se luce en Timbre 4, hogar del director y dramaturgo Claudio Tolcachir. Próximo nace de la necesidad contemporánea de la comunicación constante, las relaciones algorítmicas y los corazones demandantes. Sus protagonistas: Elián, un actor español en ascenso y de buena posición, y Pablo, un inmigrante argentino indocumentado buscándose la vida en Australia, construyen una relación que pareciera sobrepasar los límites geográficos.
La historia parece simple, pero es muy difícil que Tolcachir se conforme con lo fácil. En Próximo, el autor vuelve a demostrar su fascinación por los vínculos no convencionales y gracias a las actuaciones superlativas de Santiago Marín (Elíán) y Lautaro Perotti (Pablo) logra armar dos de los personajes más conmovedores de su carrera. Los protagonistas dirigen un vaivén de emociones que deja sin aliento a la audiencia y a ellos mismos. Con ellos, el director encuentra la oportunidad perfecta para hablar de amor en épocas en las que el cuerpo no es el único protagonista.
La utilización del espacio es sin duda otro acierto en esta obra. El escenario se convierte en un mapa gigante. Una habitación o un mundo, a la orden de las líneas que los protagonistas recorren. La soledad como columna vertebral de la trama, casi tan fuerte como la tecnología, logra representarse de manera exacta con las miradas de ambos. Ninguno de los dos personajes se miran, nunca, ninguno lo ve al otro ni mucho menos pueden siquiera rozarse. Hace un inteligente uso del vestuario desde donde nos sugiere los inviernos y veranos que pasan hasta las diferentes realidades económicas de ambos. Próximo es y no es. La obra es en sí misma una gran dicotomía. El éxito y el fracaso, la visibilidad y el closet, la sinceridad y la hipocresía.
Utilizando una narración totalmente fuera de lo común, Tolcachir se las ingenia para tratar el rol de las redes sociales dentro de una historia insoportablemente humana. Para ello, la dirección es precisa y no abusa de los elementos. Gracias a dos notebooks y dos celulares, Elián y Pablo se encuentran para desencontrarse de ellos mismos, de su realidad, de sus vidas que empeoran a la vez que el relato avanza. La obra trabaja muy bien la intimidad. La distancia es el problema pero a la vez el alivio, el no tener que afrontar lo que les pasa, quiénes realmente son. Pero, ¿Qué pasara con ellos cuando la posibilidad de conocerse se convierte en una realidad? ¿Se animarán a dar el gran paso?
Sin duda, el desenlace es muy inteligente y locuaz. Es, principalmente, lo que no la hace caer en la típica historia de amor, a pesar de que así lo sea. Pretende demasiado pero cumple más. Próximo es terroríficamente actual y contemporánea, es enternecedora y cotidiana e interpela a cada uno de los espectadores al menos alguna vez en su vida. El éxito de las app de citas es la magia de crear una relación donde no la hay, idealizar a la otra persona. Próximo es el esfuerzo del amor pero también hacer el esfuerzo por dejarse amar, algo que parece mucho más fácil que lo que realmente es. Hay momentos que la tecnología atenta con el teatro, esta vez, el teatro usa a la tecnología y la hace casi protagonista de una de las obras modernas más atractivas e ingeniosas de la cartelera.
Teatro: Timbre 4 – Av. Boedo 640
Funciones: Sábado 22:45hs. Domingo: 19:15hs
Entradas: Online $270 / Boletería $300
© Estefanía Lestanquet, 2018
Permitida su reproducción total o parcial, citando la fuente.
Dirección: Claudio Tolcachir. Actúan: Santi Marín, Lautaro Perotti. Diseño de vestuario y asistencia artística: Cinthia Guerra. Diseño de escenografía: Sofía Vicini Diseño de luces: Ricardo Sica. Diseño gráfico: Pauli Coton. Asistencia de iluminación: Lucia Feijoó. Prensa: Marisol Cambre. Producción: Timbre4, Maxime Seugé, Jonathan Zak.