Guion, dirección: Jim Jarmusch. Elenco: Bill Murray, Adam Driver, Chloe Sevigny, Tom Waits, Steve Buscemi, Sara Driver, Danny Glover, Selena Gomez, Carol Kane, Rosie Perez, Iggy Pop, Tilda Swinton. Producción: Joshua Astrachan, Carter Logan. Distribuidora: UIP. Duración: 103 minutos.
El misterio sobre cómo podría desempeñarse Jarmusch al indagar el género de películas de zombies, ese mundo creado por Geoge A.Romero -a quien innecesariamente se menciona en el film, como si hoy en día fuese imprescindible la cita en toda obra que incorpore la figura del zombie- y del que se han desprendido tantos y generosos films, se develó.
The Dead Don’t Die es básicamente y sin dar mucha vuelta, uno de los peores y más básicos films de Jarmusch. Sorprende el vago desarrollo de personajes, entre ellos el trío de policías (Cliff, Ronnie y Mindy) compuesto por Bill Murray, Adam Driver y Chloé Sevigny. Policías pueblerinos de Centerville que tardan en entender la realidad de lo que acontece (un cambio climático genera una alteración y los muertos reviven/resucitan) y en tomar cartas en el asunto.
El film se detiene en una especie de buddy cop movie dentro de un patrullero en el que nos encontramos con un Murray -actor- desganado y sin mucha gracia, junto a un Driver que apenas sirve de sostén. La tercera en el grupo, Sevigny, aporta un tono más sarcástico y sobreactuado que no cuaja con la relación que desarrollan los otros dos; sin embargo, con sus pocos minutos en pantalla, conforma lo mejor que tiene para ofrecer el film.
Luego se suman un vagabundo (Tom Waits) y un pastiche de personajes que incluye a Steve Buscemi con gorra de “Make White America Great again” frente a Danny Glover, la única persona de color, o la escocesa Tilda Swinton en un rol que desencaja y luego se verá por qué.
Resultan sumamente identificables las referencias a otros films, entre ellas la de prisioneros y policías dentro del destacamento policial, situación que recuerda a Asalto en el precinto 13. Otra es la de un grupo de jóvenes en una van, símil The Texas Chainsaw Massacre. Luego hay un homenaje explícito a través del poster de The Thing de Carpenter, cuestión que da pie a innumerables e innecesarios cameos como el de Iggy Pop. En este sentido, el de contar con un gigante cast de apariciones pequeñas, Jarmusch se convierte en una especie de imitación de Wes Anderson, salvando las diferencias.
The Dead Don’t Die se destaca por la acumulación de gags que no hacen reír, sutilezas perezosas como un chiste a Driver en relación a Star Wars y una gratuita intención de querer romper la cuarta pared. Así, Jarmusch hace más que evidente que The Dead Don’t Die, vaya uno a saber por qué, es un trabajo hecho a las apuradas. Proyecto en el que, para nuestra desgracia, se da el lujo de querer dar lección sobre la ecología, el racismo y el capitalismo, de tal manera que pareciera estar dirigiendo un zombie.
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