Todos podemos tener un mal día. La protagonista de Unhinged, por ejemplo, cree estar teniendo uno: problemas económicos, familiares y hasta judiciales la aquejan desde su despertar; para colmo, la ciudad es un caldo de cultivo de tráfico e ira. Sin embargo, ni las frustraciones laborales, ni su incurable impuntualidad, ni las demandas de su ex marido serán las responsables de que su mal día pase a ser el peor de su vida. No, de ello se encargará Russell Crowe.
Tómese la lógica gato-ratón de Duelo a muerte, de Spielberg, reemplácese su camión antagonista por un hombre desequilibrado cual Michael Douglas en Un día de furia, inyéctese una buena dosis de locura colectiva cosecha 2020 y déjese hornear durante apenas una hora y media. ¿El resultado? Unhinged, uno de los pocos estrenos destacables de este año. Dirigido por Derrick Borte, se trata de un thriller un tanto predecible pero absolutamente efectivo que, con un ritmo frenético, logradas secuencias de suspenso y un villano memorable (de esos que, según Hitchcock, enaltecen una película), se apropia de una fórmula preexistente y la implementa sin otra motivación que cumplir con las promesas de su premisa.
El guión es de Carl Ellsworth, quien también escribió Vuelo nocturno, Paranoia y la remake de The Last House on the Left, tres proyectos que, en mayor o menor medida, se apoyan en el cine de terror para erigirse. En este sentido, Unhinged no es excepción: la fórmula mencionada, aquella que la película abraza con determinación, no es otra que la del slasher. Dicho esto, probablemente más de uno comience a dudar de la lucidez de quien escribe, pero les aseguro que no son pocos los elementos que el film toma prestados del subgénero; empezando por la caracterización del asesino serial de turno.
Presentado en un potente prólogo (cuya única falla es no haber restringido el punto de vista al interior del auto), el vengativo personaje interpretado por Russell Crowe es caracterizado como una fuerza de la naturaleza, una bestia indómita e imparable que, gracias a la desgarrada y amenazante actuación del neozelandés, nada tiene que envidiarle a Jason Voorhees o a Leatherface. Sin una máscara que cubra su rostro, pero con unos cuantos kilos extra que lo deforman y que le otorgan una presencia verdaderamente imponente, el actor se avoca a su labor con aplomo y sin miedo al ridículo, volviéndose así uno de los puntos álgidos del film.
Armado con una gigantesca camioneta (el arma fálica de este asesino serial, según la tradición del género), el psicópata al volante de Unhinged acecha a su “chica final” —una competente Caren Pistorius— mientras deja detrás de sí un sinfín de víctimas colaterales y accidentes viales, varios de ellos espectacularmente ejecutados. De esta manera, la trama progresa cual bola de nieve que va in crescendo hasta culminar en el esperado enfrentamiento final, en el cual, apelando nuevamente al slasher —particularmente, a su insuperable reflexión paródica, Scream—, el punto de vista deja de ser el de la heroína y pasa a ser el del villano: finalmente en desventaja, el homicida es derrotado por el ingenio y vigor de la protagonista, no sin antes intentar un “último susto” y ser despedido con un genial one-liner.
Curiosamente, al otorgarle un nuevo significado a la frase “tener un mal día”, Unhinged mejora radicalmente el nuestro. Y si la inclusión en los créditos finales de un cover de “(Don’t Fear) The Reaper” —canción que suena tanto en la citada Scream como en el slasher fundacional Halloween— no fuera prueba suficiente para confirmar la influencia del subgénero en este thriller desquiciadamente entretenido, entonces la simpática campaña publicitaria montada para su estreno en VOD sin dudas disipará cualquier duda al respecto.
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(Estados Unidos, 2020)
Dirección: Derrick Borte. Guion: Carl Ellsworth. Elenco: Russell Crowe, Caren Pistorius, Gabriel Bateman. Producción: Lisa Ellzey, Mark Gill, Andrew Gunn. Duración: 90 minutos.