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CRÍTICAS - CINE

Dejar Romero

DE TODAS FORMAS, LA LIBERTAD

Aunque eres un hombre tienes mirada de niño

{1}

La internación involuntaria de enfermos mentales desempeña un papel importante en gran

número de cuentos y novelas de muchos países. Ninguno de

los que he leído la describen como beneficiosa para la persona internada; por el contrario,

siempre se la pinta como un

dispositivo al servicio de intereses contrarios a los del llamado «paciente».

{2}

Y a el título por sí solo provoca al menos tres sentidos. Luego, con su estética sonora, la obra de Mouján y Khourian reconoce la libertad como ‘andar expresivo’ {3}. A su vez, el registro documental y la experimentación dejan en claro las consecuencias traumáticas de encerrar a la fuerza.

La película aborda la reubicación de pacientes psiquiátricos del hospital Dr. Alejandro Korn, mejor conocido como Melchor Romero por situarse en la localidad homónima. El equipo explora lo fragmentario con el contrapunteo entre escenas musicales, la lectura de viejas cartas de recluidos, y las convivencias de los relocalizados. Así hace sentir lo que debió liberarse antes.

En este sentido, los efectos sonoros de los zapatos al inicio, fuera del plano, adquieren un espesor más allá de lo funcional luego. Entonces, aparecen visualmente los pacientes internados y los obreros construyendo las casas donde ellos serán reubicados. Otros momentos significativos consolidan la sensación terapéutica para sanar las incomprensiones a través de un encuadre audiovisual.

En una escena al aire libre un hombre tararea la famosa canción “Amigo”, diciendo que no recuerda la letra. El acierto de aprovechar este instante viene dado por la función del grupo. Todos a su alrededor se animan a cantarla con él y, además, porque ella –su letra y música– condensa el significado de acompañar saludablemente. Los realizadores saben tan bien esto que no podría ser otra la que suena en los créditos finales, esta vez sí, en voz y letra de Roberto Carlos, el compositor original.

De esa y varias maneras, según comprueban por su cuenta las ciencias sociales, el arte como expresión de libertad viene de trabajar creativamente memorias propias y ajenas. Estas buscan, indagan y construyen visiones de otros mundos posibles. El hacer arte en colectivo, como en semejante escena musical, muestra que estas personas saben buscar alternativas terapéuticas para sí mismos.

Por otra parte, cada una de las miradas en primer plano de pacientes anónimos, retenidos, y la lectura en off de epístolas viejas nunca enviadas, evocan la injusticia tras una internaciónforzada o tratamientos que afectaron su salud fisiológica. Así la obra se convierte en una confidencia del pasado, remoto y omitido, mientras precisa cómo hacer frente a tanta complejidad.

El arte audiovisual tiene una fuerza expresiva mayor a cualquier otro medio gracias a poner en escena nuestras inquietudes de forma menos incompleta. Aprovechando lo técnico y simbólico de cada “paso a paso” propuesto por Gaspar Scheuer, Dejar Romero (2024) testimonia, a modo de recuerdo o pesadilla, cuánto nos quedará siempre por avanzar individual y colectivamente. Que haga esto preservando la dicha remanente en sus personajes es otro de sus aciertos.

 

{1} “Amigo”, Roberto Carlos.

{2} Ideología y enfermedad mental, Thomas Szasz.

{3} Usar una definición menos metafórica de la libertad, al menos para estos párrafos, caería

en contradicciones con la película. Cada recorrido, autoral y personal, ofrece una imagen

indispensable para acercarse al significado de ser libre.

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