Ah, la playa…
Venir a Pinamar olvidando por completo incluir una malla dentro del bolso da cuenta de la importancia que le damos al mar (o a cualquier otro paisaje) cuando de cinéfilos se trata. En realidad estoy tratando de sentirme mejor ante la torpeza, y evitando un sentimiento peor por gastar un mínimo de 150 morlacos para conseguir una. Probé un estilo caribe con dibujos hawaianos. Créame es lo más cercano a lo bizarro que he visto en un espejo.
20:15. Salimos del hotel hacia la ceremonia de inauguración que tuvo lugar en la sala 1 del Oasis cuyas filas de butacas van del 1 al 27 sin espacio en el medio. Nos ubicaron del medio hacia atrás. Luego del anuncio de la locutora local, subieron al escenario Liliana Mazure, presidenta del INCAA; Blas Altieri, el intendente Pinamarese y finalmente Carlos Morelli, el director del festival. Entre todos entregaron premios “Balance” a la trayectoria de Montxo Armendariz, Daniel Burman y otro a Eliseo Subiela al cumplirse 25 años del estreno de Hombre Mirando al Sudeste cuya versión restaurada podremos ver en el transcurso del Festival.
Se venía la película de inauguración. Tenemos hambre.
También la Lluvia de Iciar Bollaín (2011)
Una gran propuesta. Eso es También la lluvia. Un director de cine (Gael García Bernal) está tratando de llevar a cabo la filmación de una película que tiene a Fray Bartolomé de las Casas como personaje central en el marco del descubrimiento de América y el genocidio de los pueblos originarios. Por cuestiones de abaratar costos, la filmación tiene lugar en Bolivia y es en la primera escena en donde la intención de juntar el pasado con el presente se vuelve muy concreta. Los indios de América Central oprimidos, explotados y castigados por el español conquistador y los extras bolivianos que los interpretan que están casi en la misma situación 500 y pico de años después. Casi al mismo tiempo y en una suerte de película dentro de otra (por eso no es sub-trama), la obsesión de terminar la película a como de lugar (¿Recuerda La película del rey de Carlos Sorín?) en un contexto de rabiosa protesta social y represión en el departamento de Sucre. Irónicamente todo ocurre en el cambio de siglo. Año 2000. Realmente hacer una lectura social con la intención de concluir en que nada ha cambiado en América Latina en términos de desigualdad social es ambicioso y sobre todo difícil. Sin embargo no es oro todo lo que reluce. La elección de Gael García Bernal para el protagónico es discutible en cuanto a lo interpretativo. No así las brillantes actuaciones de Luis Tosar (tenga en cuenta a este actor, es realmente bueno) y de Juan Carlos Aduviri en el papel de actor/activista. La directora, anuncia, comienza a desarrollar y luego vira hacia otros horizontes. Como si no terminara de hacerse cargo de su propia idea o peor aún, decir un discurso y poner en práctica otro. Como ejemplo vale el de poner a los artistas por momentos en un plano de ignorancia ante la situación social y por otros en el lugar de explotadores inconscientes (en tanto no se dan cuenta de que lo están siendo). Más allá de esta sensación propia, También la lluvia es una película que invita a la polémica. De esas para discutir en el café.
El dato lo da la proyección. A la hora veinte, dos enormes reflectores se prendieron e hicieron difícil todo.
La maratón se vio interrumpida literalmente.
Diez minutos después del comienzo de Una separación, la película ganadora del Oscar a mejor película extranjera, se cortó la imagen y la función quedó suspendida. Habrá revancha mañana.
¿Para hoy? Dos restauradas en el marco de la sección El vals del aniversario: La Cifra Impar de Manuel Antín y Violetas Imperiales de Richard Poittier. Mas tarde veré Inmaduros, No tengas Miedo de Montxo Armendáriz (presente en el festival) y finalmente la Película Sorpresa a las 23:40. Todo indica que podremos ver la última película de Daniel Burman.
Hasta luego.