Vidas cruzadas a través de una porta.
En un barco que recorre la ruta del pacífico desde Buenos Aires con rumbo a San Petersburgo para intentar evitar el conflicto bélico recién iniciado, una serie de individuos conspiran, aman, se ilusionan y se preguntan, a la luz de las estrellas que los inspiran, por el futuro que los espera del otro lado del océano.
Un ex líder revolucionario en el exilio ,oculto en Buenos Aires , intenta regresar a la Unión Soviética en el Stella Maris mezclado entre la tripulación. Él y su esposa suponen que el excéntrico capitán que baila por las noches en la cubierta desierta es el único que conoce su verdadera identidad pero algunos pasajeros planifican su violenta muerte.
Tres atletas adolescentes navegan rumbo al país que se prepara para entrar en la guerra para formarse y competir en los próximos juegos olímpicos a celebrarse (suspenderse) en Helsinki junto a su entrenador y la madre de dos de las chicas. Una actriz de gestos ampulosos trata infructuosamente aprender ruso con una de las atletas de origen ruso de acento español pronunciado que cita definiciones cada vez que escucha un concepto.
Un marinero de origen ruso que no habla español canta canciones en el borde de la proa del barco, una mujer se sumerge en las delicias de las bebidas espirituosas, una pareja que planifica un asesinato a través de sus dos hijos y una mujer de acento francés defiende a ultranza las ideas del psicoanálisis de Freud. Todos son instantes y detalles en una serie de juegos formales, cambios sutiles y repeticiones que construyen el cuadro de un crisol de razas que navega por el pacifico esquivando una guerra que pronto tendrá en vilo al mundo entero.
En este sentido, la combinación de las historias es extraordinaria, destacándose la maravillosa labor de todo el elenco, una gran dirección y una escenografía hermosa e inteligente acentuada por la utilización de los claroscuros para generar sombras detrás una la tela que funciona como vela y pantalla para la exhibición audiovisual.
La música funciona como un recreo de las actuaciones, otorgando una calidez inesperada a una obra de gran calibre que utiliza de forma brillante las técnicas dramáticas de la acción indirecta de Chejov, generando la acción a través de las caracterizaciones de unos personajes que navegan a la deriva. Las historias se entrecruzan y los personajes deambulan pero todo parece repetirse y cambiar en un limbo que recrea sus pasiones y sus heridas una y otra vez.
El Cielo por Asalto, la frase de Karl Marx sobre la toma la París por varias semanas en 1871 por parte de los trabajadores en las jornadas revolucionarias denominadas La Comuna de París, inspira la obra de las dramaturgas Melisa Hermida y Macarena Trigo no solo desde las ideas insurrectas sino como metáfora de una ensoñación alrededor de un cielo estrellado que invita a la imaginación. Tomar el cielo por asalto convierte la vida en sueño para darle un sentido a la vida o metamorfosearla en un sinsentido a la deriva.
Teatro: Timbre 4 – Boedo 640
Funciones: Sábados 23 15 hs
Entrada: 150 $
Por Martín Chiavarino
Dramaturgia: Melisa Hermida, Macarena Trigo. Dirección: Melisa Hermida. Asistencia de Dirección: Macarena Trigo. Diseño de Luces: Lucía Feijoó. Escenografía: Marcelo de León, Sebastián Fertitta, Víctor Salvatore. Diseño Gráfico: Cynthia Núñez. Audiovisual: Melisa Hermida. Letra y Música: Macarena Trigo, Fernando del Gener. Elenco: Claudia Camilli, Marcelo De León, Yanu De Luca, Javier de Serio, Fernando Del Gener, Sergio Daniel Fernández, Pablo Fiscarelli, José Frezzini, Sol Gago, María Belén Meana, Cecilia Nuñez, Cynthia Nuñez, Candela Perichon, Matías Scavone, Maria Tibi, Agustina Yacachury.