(Estados Unidos/ Reino Unido/ Canadá/ China, 2014)
Dirección: Sergey Bodrov. Guión: Steven Knight y Charles Leavitt. Elenco: Julianne Moore, Kit Harington, Alicia Vikander, Ben Barnes, Jeff Bridges, Djimon Hounsou, Olivia Williams, Antje Traue. Producción: Thomas Tull, Lionel Wigram y Basil Iwanyk. Distribuidora: UIP. Duración: 102 minutos.
Hijo de la gran siete…
Nunca es un buen augurio demorar el estreno de una película en múltiples ocasiones, y si estas demoras suman prácticamente un año y medio como en el caso de El Séptimo Hijo (Seventh Son, 2014), pocos mantendrían el optimismo de ver un producto que esté a la altura de la expectativa generada.
La película del ruso Sergey Bodrov es una adaptación de la novela The Spook’s Apprentice, obra del británico Joseph Delaney y parte de una serie de hasta el momento trece tomos. Desde los inicios del proceso de adaptación de la obra, la producción se puso en su contra a los fans de la saga eligiendo para el papel de Tom Ward -el séptimo hijo de un séptimo hijo que será reclutado por un místico caballero para enfrentar a las fuerzas oscuras- a un actor mucho mayor en edad que el joven adolescente de la novela. Dicho personaje es interpretado por Ben Barnes (el Príncipe Caspian de la saga Las Crónicas de Narnia) y será el súbdito de Jeff Bridges, quien lo entrenará para enfrentar a Malkin, una poderosa bruja interpretada por Julianne Moore, cuyo objetivo es reunirse nuevamente con sus aliados malévolos para desatar sobre la humanidad una nueva era de oscuridad.
El relato entretiene en el más básico de los sentidos, y eso de ninguna forma es un halago para el trabajo de Matt Greenberg, el responsable del primer tratamiento del guión, quien tampoco sorprendió previamente con producciones bastante anodinas como El Reinado del Fuego (Reign of Fire, 2002) y1408 (2007). No es un espanto horroroso imposible de ver ni nada similar, pero sin duda la historia sufre a causa de un guión en piloto automático que carece de toda sensación de intriga, suspenso, misterio o cuestiones en esa sintonía, que son las que suelen atrapar el interés del espectador.
La historia atraviesa todos los clichés harto conocidos dentro del género épico-fantástico, y desperdicia un reparto de lujo que es víctima de parlamentos acartonados sin mucho vuelo que privan a los personajes de una mayor profundidad. Es tal vez esa trama sumamente familiar el talón de aquiles de El Séptimo Hijo, que cuenta con una producción de alto nivel y un diseño de arte a la altura de los mejores exponentes del género, pero se perciben un tanto desperdiciados en un relato que no escapa del estándar.
Por Alejandro Turdó