Enredados (Tangled, EEUU, 2010)
Dirección: Nathan Greno, Byron Howard. Guión: Dan Fogelman basada en el cuento de los hermanos Grimm. Producción: Roy Conli. Elenco (voces): Mandy Moore, Zachary Levi, Donna Murphy, Ron Perlman, M.C. Gainey, Jeffrey Tambor, Brad Garret, Richard Kiel. Distribuidora: Buena Vista. Duración: 100 minutos.
La fórmula todavía funciona…
Hay secretos que hoy en día todavía se mantienen bajo llave: la fórmula de la Coca Cola, la de las hamburguesas de Mac Donalds (por suerte) y como hizo Walt Disney para crear esa magia que aún hoy en día sigue enamorando a grandes y chicos. Muchos creyeron que con la muerte (su criogenización es un mito) del creador del ratón Mickey, la magia se había evaporado. El tiempo demostró que si bien los productos no alcanzaron los niveles que se esperaban tras su fallecimiento, la magia para muchos seguía existiendo. O, al menos trataban de imitarla. Los mejores trabajos desde entonces se dieron durante los años 90 gracias al éxito de las adaptaciones de cuentos clásicos. O sea, una de las razones por las que Walt supo capturar a la audiencia es porque se inspiraba en cuentos infantiles como los de los hermanos Grimm para crear sus películas (Blancanieves). Justamente cuando Ron Clements y John Musker le dieron una segunda vida a los estudios, se volvieron a inspirar en un cuento de Hans Christian Andersen, como fue La Sirenita (1989). Lo mismo sucedió en los años sucesivos con La Bella y la Bestia, Aladdin, El Jorobado de Notredame, etc.
Pero de a poco, los estudios empezaron a apostar por historias modernas, más “originales”, futuristas, etc que terminaron perdiendo a la audiencia, más que nada, por la falta de ideas, del humor que lograba contagiar y empatizar con el espectador. Pronto, no fueron las películas “Disney” tradicionales las que atrapaban al público, sino las de una subproductora que intentaba explorar los recursos de la animación digital: “Pixar”. La cuestión es que con sus obras completamente originales que lograban mezclar ternura, humor e inteligencia narrativa, el clan conformado por Lasseter, Stanton y Bird principalmente, revivió la fórmula de Disney para hacer magia y captar el mayor número de espectadores en una obra animada. Por lo tanto, si los animadores más veteranos fuera de “Pixar” querían seguir trabajando debían recurrir a al menos uno de ellos en asesoramiento para llevar a cabo los nuevos proyectos. John Lasseter salió al rescate y ahora, cuando vemos una película de Disney que no se relaciona con “Pixar” podemos decir que la magia está de vuelta. ¿Y por que La Princesa y el Sapo o Enredados funcionan? No es solo porque Lasseter figura como productor ejecutivo en los créditos (un talismán), sino porque han regresado a las fuentes: los cuentos de los hermanos Grimm.
Humor y Canciones
Adaptada por Dan Fogelman (guionista de la pieza más clásica y subvalorada de “Pixar”, Cars), Enredados cuenta la historia de Raspunzel, una joven princesa secuestrada por una anciana que descubre, que el cabello de la misma funciona como una fuente de juventud. Siendo aún bebé, Rapunzel es criada por Gothel y encerrada en una torre en medio del bosque, al tiempo que su cabello no deja de crecer. Si se corta, pierde su poder. Cada año, sus padres, los reyes, envían linternas (globos con velas) al cielo buscando a su hija perdida. Rapunzel las observa y desea encontrar el lugar de donde parten esas “linternas”, pero los miedos infundidos por su “madre” le impiden salir de la torre. Un día, accidentalmente, choca con la torre, Flynn Rider, un ladrón de poca monta, a quien Rapunzel lo chantajea para que lo guíe hasta la ciudad, aprovechando que su “madre” se fue a buscar comida. La pareja de héroes será perseguida por dos ex “socios” de Flynn, la madre de Rapunzel y el ejército del rey que busca una tiara que Flynn robó.
La dupla Greno / Howard (Bolt) logran una narración entretenida, adrenalínica y divertida gracias a personajes que generan empatía en el espectador, ya sea la inocente princesa como el galancito pero chanta Flynn. Además cuenta con un abanico de secundarios sólidos, donde se destacan un grupo musculosos “vikingos” que ayudaran a cumplir los sueños de los protagonistas, mientras cumplen los suyos (la mayoría relacionados con intenciones románticas o artísticas).
Los gags, acompañados por las persecuciones (se destaca un caballo que si bien no habla es más inteligente que todos los demás personajes) y la excepcional banda sonora le aportan calidez al film. Con elementos que hacen recordar a La Sirenita (la escena del bote) o Aladdin (el personaje de Flynn es un calco del protagonista de la misma), Enredados, retoma los mejores aspectos de estas películas, incluyendo las canciones compuestas por el mítico Alan Menken. El mismo, que el año pasado supo adaptar las clásicas canciones Disney a ritmo de jazz de Nueva Orleans en La Princesa y el Sapo, esta vez lo hace con tono celta.
Aunque no cae en golpes bajos o sentimentalismo solemne (el peor mal de películas como Pocahontas, El Jorobado o Mulan), la última media hora de película se vuelve un poco lenta y redundante con demasiadas idas y vueltas. Y más allá de que se puede ver una especie metáfora política alrededor de la paranoia que Gothel construye en Rapunzel, no hay un subtexto social tan evidente como el que había en La Princesa y el Sapo. Aunque ambas comparten un final un poco oscuro para los más chicos.
Más allá de estos detalles, Enredados es una obra muy simpática y honestamente vigorosa. Como siempre las voces, le dan un afortunado agregado a los productos. Esta vez se puede apreciar a Mandy Moore, Zackary “Chuck” Levi, la gran Donna Murphy (una veterana de Broadway no muy conocida en cine) o los monstruosos Jeffrey Tambor, Brad Garret o Richard Kiel (el famoso Jaws de las películas de James Bond con Roger Moore) dentro de la banda de vikingos sentimentales. Y en la versión en español está… ¡Chayanne!.
A nivel visual es realmente meticulosa en la creación de escenarios y el 3D aporta profundidad de campo en cada plano.
Disney vuelve a pasarle el trapo en materia de animación a Dreamworks, Fox o Sony. La magia del gran Walt sigue viva gracias al aporte que John Lasseter le agrega a las producciones. Aunque habría que preguntarse… ¿no sería hora de cambiarle el nombre por Lasseterlandia?
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Otra vez la magia de Disney trae a la pantalla un cuento de hadas capaz de atrapar a todos, desde los más chicos hasta al más duro de los adultos. La historia gira alrededor de Rapunzel, la princesa cuyo cabello mágico no para de crecer y que fuera raptada por la egocéntrica Gothel cuando era bebé. Aventura, romanticismo, idealismo y música se combinan en un film divertido y atrapante, que enriquecido con la magia del 3D hace soñar y meterse de lleno en él.
De los clásicos retoma la fórmula de la princesa buena y dulce, la bruja mala y el joven galán que conquista a la chica. Pero en este caso cada uno de los personajes sale del prototipo y tiene una personalidad diferente. Rapunzel, aunque soñadora, bondadosa e inocente, saca a relucir su rebeldía. Está llena de coraje y se las arregla para lograr su cometido: salir de la torre en la que vive encerrada y ver con sus propios ojos qué son esas luces que cada año cubren el cielo. Gothel, la mujer que mantiene cautiva a la chica haciéndole creer que es su hija y que la protege de los males de afuera, es una malvada que resulta simpática, incluso querible. Su pecado es querer conservar la eterna juventud, virtud que solo el cabello de la princesa puede otorgarle, y que por esa razón la mantiene bajo su dominio. Por otro lado y lejos de ser un príncipe encantado, Flynn Rider es un apuesto y aventurero ladrón que quiere hacerse rico y por accidente conoce a la joven protagonista.
El cuidado con que se compuso a cada personaje puede verse hasta en los mínimos detalles. Ninguno es igual a otro, cada uno sorprende con actitudes inesperadas. También los secundarios son complejos, tienen su razón de ser y aportan peso y humor al film. Se destacan Maximus, un caballo que pertenece a la guardia real y que toma como propia la misión de encontrar y apresar a Flynn Rider. El animal es muy inteligente y tiene cualidades tanto equinas como caninas, lo que le permite adentrarse en cualquier lugar, seguir huellas y hasta guiarse por su olfato. Pascal, un tierno camaleón, es la mascota de la princesa pero también representa a su parte interior rebelde. Él es quien la empuja a tomar las decisiones que por sí misma no se atreve. Además es el único que la comprende y acompaña adonde sea.
La imagen de la película es impecable. La profundidad que otorga el 3D le da un plus adicional a ambientes frescos, llenos de colores, brillantes. Las luces y sombras demuestran un estudio meticuloso, igual que las texturas de cada lugar representado. Hay trabajo sobre los detalles en cada escenografía, desde el bosque profundo hasta la taberna con mal olor de los vikingos.
El sonido tiene también su mérito; no solamente las voces de los personajes se lucen, sino también los sonidos ambiente y la música, especialmente encantadora. Canciones vivas y pegadizas; con mucho ritmo algunas –como la de la taberna- y muy dulces otras –como la que Gothel canta para conseguir la magia del cabello de Rapunzel-.
Enredados alude a historias ya conocidas de viejos y tradicionales cuentos de hadas, pero también se renueva. Para ello presenta personajes y situaciones modernas y reconocibles en la vida de hoy. Creativa, original y muy divertida –claro que con infaltables momentos al borde de la tragedia- será una historia difícil de igualar.
Por María Eugenia D’Alessio