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Entrevista a Ezio Massa

Entrevista a Ezio Massa

El director argentino Ezio Massa se hizo de un nombre con películas como Más allá del límite, Cacería, Villa y 5 AM. En los últimos tiempos se mudó a Estados Unidos, donde realizó el thriller psicológico Alter ego, una coproducción argentina-estadounidense con Dylan Walsh y Eric Roberts, entre otros. La película pasó por un gran número de festivales y ganó premios, y posicionó al realizador en el mercado internacional.

La primera parte de la entrevista fue realizada en marzo de 2022, de manera virtual, con Ezio hablando desde Estados Unidos.

Ya tenías trayectoria en Argentina. ¿Cómo se dio rodar una coproducción con Estados Unidos?

Lo tuve que hacer un poco por necesidad. Yo no estaba en una buena situación de salud, y la madre de mi hijo tenía la posibilidad de tener un trabajo importante en los Estados Unidos y que mi hijo hiciera la primera acá, como una experiencia para su formación. Parte de mi formación como director tiene que ver con Estados Unidos. Después de Más allá del límite, estudié acá. Para estar cerca de mi hijo, tenía que insertarme en este cuadro. Un poco de ahí surgió la necesidad de caer acá con el oficio que uno tiene. Tuve mucha ayuda. No estaba bien de salud, pero no podía estar lejos de mi hijo. Marcelo Páez Cubells me ayudó a traducir un guión. Ya lo tenía en la cabeza desde hace un tiempo, cuando nos dividimos ideas con Daniel de la Vega. Así surgió Punto muerto (dirigida por él) y otra historia, que se convirtió en Alter ego.

La película está protagonizada por Dylan Walsh y también participa Eric Roberts. ¿Cómo diste con ellos y cómo fue trabajar con ambos?

Con Donna McKenna, la directora de casting, lo que hicimos fue mandar el guión a SAG, el Sindicato de Actores, para hacer la película por vía de ellos y ver quiénes se acercaban al proyecto. También quería presencia argentina, porque se estaba armando como si fuese una película norteamericana. Eso estaba perfecto, pero quería que la Argentina estuviera involucrada. Con mi socio de las películas anteriores, Oscar Asad, delineamos que pudiera ser una coproducción. Yo me largué a hacer la película en inglés. Para tener una idea, hablé con diferentes colegas que ya trabajan acá, como Andy Muschietti. Pero en un punto me mandé sólo. Invertí todos mis ahorros. Quería estar cerca de mi hijo, porque no sabía si en un año o dos iba a estar vivo. Pero aposté. También hubo ayuda de un inversor externo y de Oscar. Así armamos la producción.

Muchos nombres anduvieron en danza, por medio de SAG. Primero lo tuvo Christian Slater, que se enamoró del guión y no lo soltaba. Pero por medio del agente nos dijo que quería que lo esperemos un poco más, que estaba resolviendo un tema de agenda: la siguiente temporada de Mr. Robot. Eso nos paró la producción por cinco semanas. Al final arregló con la serie y soltó el guión. Faltaban dos semanas para el rodaje y no teníamos protagonista. El resto del casting estaba cerrado. Apareció C. Thomas Howell, con quien hicimos una linda relación. El tema es que estaba muy comprometido con su carrera de director, y le llegó una oferta para un capítulo de The Walking Dead. Así retrasamos la producción dos semanas más. Tommy nos recomendó a Ralph Macchio, que había empezado a hacer una serie de Youtube que estaba empezando a descoserla: Cobra Kai. Él ni pudo leer el guión, porque le estaban pagando para no comprometerse en nada. Todo ese camino recorrido, más algunos nombres más que pasaron, termina cerrando con Dylan Walsh. Lo habíamos contactado, pero tenía un viaje. Justo volvió y estuvo disponible. Eric Roberts estuvo desde el minuto uno. Es un actor que admiro mucho. Ama el cine de género. 

Casi toda la película transcurre dentro de la casa del escritor. ¿Cómo dieron con esa locación?

Eso fue parte del scouting. Sabíamos que filmaríamos dentro de Nueva York y queríamos alejarnos un poco de Manhattan. El personaje debía estar recluido. Terminó siendo una analogía del Covid. Con el director de fotografía hicimos unas pruebas y sabíamos con qué cámaras nos íbamos a mover. Era una película teatral, en el buen sentido, apoyada en dos actores. La casa era clave y la que encontramos tenía mucha personalidad.

La postproducción se hizo en Argentina. ¿Cómo fue el proceso?

Ese fue un poco el plan: tener la fotografía principal y los valores de producción acá, pero hacer la postproducción allá. Tuve como director de segunda unidad a Daniel de la Vega; un lujo. Tenía diez jornadas consecutivas de rodaje, filmando en orden. Fue muy bueno trabajar en una sola locación, y con alguien a quien ya conocía. Ese era el desafío para tener la fotografía principal. En Argentina, la edición la hizo Tetsuo Lumiere, con quien también ya había trabajado. Ignacio Manjón supervisó los VFX y se encargó de la corrección de color. Además, Juan Gabriel Coñuel trabajó con Nacho. En esta etapa también filmé tomas adicionales para agregar valores de producción y según lo que requería el montaje.

 

La segunda parte de la entrevista tuvo lugar en julio de 2022, de manera presencial en Buenos Aires. Ezio llegó al país junto a Harry Chambarry, actor estadounidense y socio de su flamante productora: BFAM Entertainment.

¿Cómo fue el comienzo de la relación con Harry?

Harry fue actor de una tesis que hice hace años, para la New York Film Academy. Conectamos enseguida. Vuelvo diez años después, ya con más carrera acá, y Harry seguía el sueño de volver a laburar juntos. De eso que filmamos en aquel momento hay toda una parte de flashbacks. Lo filmamos en 16mm, blanco y negro (el resto de la película era en 16mm color) y siempre guardamos ese material porque usamos muy poquito. Ese procedimiento era para construir el pasado de los personajes, y sin querer terminó siendo el proyecto que ahora armó la productora. Aunque estoy en Nueva York, lo que quiero lograr es la posibilidad de tener siempre una pata acá. Harry creó esta productora BFAM Entertainment para cuidar este proyecto. Yo me asocio con la condición de que lo que hagamos tenga una pata acá. No es que lo estoy trayendo a Harry para que produzca acá sino que es algo que va a pasar porque la productora es tanto argentina como norteamericana. Así como se hizo Alter ego como una coproducción. La búsqueda va para ese lado.

¿Y qué se puede contar sobre los nuevos proyectos?

El que funda la productora es After Duel. Es una historia contada como una novela negra, ambientada en los ‘50. Hay un pintor con un bloqueo y decide andar por zonas bastante duras de aquel Brooklyn de los ‘50. Saliendo de un edificio, rescata a un moribundo. Como lo da por muerto, decide retratarlo antes de dejarlo. Pero el tipo revive y empieza el lazo entre ambos. El arte los cura a los dos, porque cada uno va resolviendo algo. Aunque es una historia dura, negra, la voy a tratar como si fuese una película de género. También vamos a usar aquel material en blanco y negro que quedó de la tesis. Van a ser los flashbacks, con Harry 25 años menos, sin efectos ni nada. 

 

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