El periodista Hernán Panessi ya es un veterano de los medios, y siempre está conquistando nuevos horizontes. Ahora, desde su rol de editor en la revista El Planteo, comanda el ciclo María María, dedicado al cine cannábico. La primera función será el miércoles 22 de junio, a las 19 hs. en el Ciclo Club Lucero (Nicaragua 6048, Palermo), con Rick and Morty: Exquisite Corpse y la película animada de culto Fritz el Gato. Esto es lo que Hernán nos contó al respecto.
¿Cómo surge el ciclo María María?
Desde hace tiempo que con El Planteo veníamos con ganas de armar movidas presenciales. Es que el medio nació en plena pandemia y lanzarnos a lo presencial nos resultaba todo un desafío. Venimos trabajando simultáneamente en muchos frentes pero María María es lo primero que se materializa. Diría que es apenas la puntita de un montón de acciones que ya mismo estamos laburando: podcasts, contenido audiovisual, eventos internacionales y mucho, mucho más. Un delivery de contenidos riquísimo. En ese sentido, lo de armar un ciclo de cine cannábico nos quedaba “bastante cómodo”: el medio se especializa, entre otras cosas, en temáticas verdes. El lazo con Cineclub Lucero, el lugarazo donde vamos a llevarlo adelante, vino por sugerencia de Lola Sasturain, que es uno de los talentos del team.
Se proyectarán el corto Rick and Morty: Exquisite Corpse y la película Fritz el Gato. ¿Cómo seleccionaron estas producciones para empezar con el ciclo?
En esta oportunidad me tocó programar a mí. Desde el capricho, entonces, puse dos obras animadas. ¿Por qué? Bueno, porque la animación se convirtió en mi género favorito. A partir de ahí, busqué un balance entre lo popular y lo inédito. El corto de Rick and Morty no es canónico, ni está en las plataformas, sino que forma parte del multiverso. Y Fritz el Gato es como patear un penal fuerte y al medio: hay muchas chances de que sea gol. Venía con la experiencia de programarla en formato VHS en el Festival Internacional de Cine de Valdivia y la gente de Chile enloqueció. La sala fue una fiesta. Esa data previa me da indicios de que va a funcar. Además, tanto el corto como el largo tienen un fuerte componente psicodélico. Me imagino todo eso, en pantalla grande, con amigos y en ese lugar tan lindo, y ya advierto que la experiencia colectiva va a ser muy buena.
Las proyecciones serán en el Cine Club Lucero y contarán con auriculares inalámbricos. ¿Cómo se da esta posibilidad para los espectadores?
Fue por iniciativa del Cineclub Lucero, que tienen más cancha que nosotros en este tipo de menesteres. En lo personal, tengo mucha expectativa por ver a la gente sumarse en esta “experiencia inmersiva”.
¿Es posible adelantar algo de lo que se viene en el ciclo?
Este debut nos va a dar la pauta de un montón de cosas. En ese sentido, hay máxima expectativa: qué ajustar, qué tipo de material curar, cómo convocar, qué es lo más sexy y lo más efectivo. Es un aprendizaje, digamos. Pero sin dudas habrá más. De hecho, Cristian Baral y Ulises Rodríguez, ambos talentos de El Planteo, ya se anotaron para programar las próximas ediciones de María María. Y, si todo sale bien, ya estamos pensando en algunos programadores invitados: ¿Juanma La Volpe, tal vez? Gente de ese palo: divertida, auténtica, con una noción popular y convocante. Lo que sí estoy seguro es que tanto esta edición como las que vienen van a tener su cuota de charla-debate, nerdeada y perfume 420.
Al margen de tu labor en el ciclo y en El Planteo, siempre estás con muchos proyectos. ¿Qué podés contar sobre lo actual y lo que viene?
Estoy en un momento muy feliz de mi “carrera”. Haciendo lo que me gusta y con mucha libertad. Eso se transmite en productividad. Así que estoy activando un montón de cosas: editando El Planteo, escribiendo acá y allá, programando en el Festival Internacional de Cine de Valdivia y, cada tanto, subiendo nuevo contenido a FAN el programa. Además, colaboré en un libro de cine que está por sacar el Centro Cultural Coreano. Y, fundamentalmente, estoy poniéndole mucha energía y mucha cabeza a El Planteo, que es un proyectazo. Me sumé al proyecto prácticamente desde cero, así que ver cómo cada cosita que soñamos –y laburamos- se hace realidad, me vuelve loco. Máxima satisfacción.
