Escupiré sobre tu Tumba (I Spit on your Grave, 2010).
Dirección: Steven R. Monroe. Guión: Stuart Morse y Meir Zarchi. Producción: Meir Zarchi, Alan Ostroff, Jeff Klein y Gary Needle. Elenco: Sarah Butler, Jeff Branson; Adrew Howard, Daniel Franzese, Rodney Eastman y Chad Lindbergh. Distribuidora: Alfa. Duración: 107 minutos.
Amada por los pocos fans del género, odiada por muchos y censurada en varios países, la versión original de Escupiré sobre tu tumba (1978) era una hija de su época. Filmada en una furiosa Clase B y con enormes influencias de splatter (el cine que tiene como eje la violencia física y es pariente cercano del slasher), Escupiré… contaba la historia de una joven y atractiva escritora que decide pasar una temporada veraniega en una zona rural para terminar su siguiente libro.
Al poco tiempo de iniciada su estadía, un cuarteto de rednecks locales la violan repetidamente hasta darla por muerta. En cuestión de días, la heroína regresa de la tumba convertida una máquina de venganza dispuesta a emplear la Ley del Talión. La película de Meir Zarchi –director y guionista- estaba todo el tiempo over the top, con sus actuaciones de cartón y endeble guión. Pero era brutalmente honesta e irreverente.
Más de 30 años después del estreno de la original –cuyo primer nombre fue El Día de la Mujer– llega esta remake. La película, dirigida por Steven Monroe, pasa más por el lado de una actualización para el gusto del público contemporáneo, como lo hizo Zack Snyder con su El Amanecer de los Muertos (Dawn of the Dead, 2004), dando por ejemplo, la inclusión de novedades tecnológicas (celulares, laptops y cámaras digitales de mano) y la manera en que se ejecuta la venganza de la flagelada muchacha, no siendo así una remake meramente estética como lo fue La Masacre de Texas (2003).
Si bien el guión no es el punto fuerte de ninguna de las dos versiones, esta segunda es un poco más interesante debido a algunas razones: el escarnio de la protagonista deja de ser enteramente físico –además perdió una cantidad considerable de metraje- para darle lugar (aunque sea un poquito) al maltrato psicológico, algo totalmente ausente en la versión original. Se hace más hincapié en los campesinos –que pasaron de ser 4 a 5, con un sheriff incluido- y su trasfondo, abriendo la cancha al humor negro. Finalmente, y acá es donde se nota más la influencia de Jigsaw, el asesino serial de la saga El Juego del Miedo, las venganzas son (mucho) más sádicas, irónicas, visuales y elaboradas.
Con dos mitades definidas –la segunda decididamente más divertida-, Escupiré… usa el trazo más grueso posible en ambas. La violencia física monopoliza los planos pero lo hace de manera calculada, sin la desprolijidad de su predecesora. Así y todo, esta remake es levemente superior a la original, algo que no suele suceder con las reversiones de los clásicos, o anticlásicos en este caso, del género del terror.
Nicolás Spalek
Año nuevo, remakes nuevas. Y una vez más, dentro del género de terror.
Ahora le toca a un verdadero clásico de culto: I Spit in your Grave. Estrenada en 1978, era una cruda historia de violación y venganza, que por lo fuerte de las imágenes perturbó al público del momento, incluyendo al prestigioso crítico Roger Ebert (“Esta película es una expresión del lado oscuro más enfermizo y perverso del ser humano”). Es más: fue censurada en varios países. Sin embargo, con el tiempo fue apreciada por una nueva generación de espectadores y por la prensa, y se convirtió en la favorita de talentos como Gaspar Noé, quien se inspiró en el film para las escenas más escandalosas de su Irreversible.
Esta nueva versión repite el argumento de la original: Jennifer Hills (Sarah Butler), una escritora proveniente de la ciudad, viaja a una cabaña perdida en el bosque, para poder terminar una novela lejos de distracciones. Por desgracia para ella, cuatro lugareños irrumpen en su vivienda y la someten a las humillaciones más depravadas. Pero Jennifer logra escapar antes de que la maten. Un tiempo después, los cuatro no-fantásticos empiezan a caer como moscas, y de las maneras más horrendas posibles. ¿La culpable? Nada menos que la señorita Hills, ahora ciega de rabia, hambrienta de revancha.
Lejos de evitar los momentos fuertes y desagradables que caracterizaron a la obra anterior, los responsables de este refrito se las ingeniaron para ir más allá. El nivel de sadismo y brutalidad será demasiado para el gran público, no importa si está acostumbrado a lo que suele mostrarse en la saga de El juego del miedo, pero habla muy bien de los responsables de esta remake. Steven R. Monroe y la actriz debutante Sarah Butler, y el resto del equipo técnico y artístico, demostraron ser valientes y no guardarse nada. Como dijo la productora Lisa Hansen: “La amen o la odien, la gente se acordará de esta película”.
La estética visual también conserva el espíritu amateur de I Spit… Hay cámara en mano (pero no en exceso, por suerte) y nada de tecnología digital —o por lo menos, nunca se nota—, lo que le da un sabor artesanal al producto, como si la hubieran rodado algunas décadas atrás. También ayuda la participación de actores poco o nada conocidos, lo que suma a la idea de realismo buscada por el director.
Al igual que la versión original y que muchos films de horror de los ’70, queda demostrado que nosotros, los seres humanos civilizados, somos capaces de actos de crueldad extrema cuando somos puestos en situaciones límite. Que en el fondo somos unos cavernícolas sanguinarios. Roger Ebert bien lo dijo en el primer párrafo de este texto.
A Escupiré sobre tu Tumba le falta para calificar como obra maestra del suspenso y el terror, pero es un audaz exponente del género, que este año amenaza con ser alivianado con Scream 4. Eso sí, dos concejos: 1) ni se les ocurra comer ni un bocado antes de ingresar a la sala, y 2) cuidado con verla junto a tu novia; algunas escenas podrías darle ideas un tanto desagradables.
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