El Reino animal, dirigida por Thomas Cailley, abrió la competencia Un Certain Regard, y la primera impresión es que estamos en presencia de una película que no se preocupa por ser creativa en el aspecto narrativo sino que pretende impactar por su fantástica historia.
Romain Duris, como lo hiciera el año pasado con Coupez! (Michel Hazanavicius), asume el rol protagónico de un chef que se encuentra en una situación familiar y social muy particular: su esposa es víctima de una mutación genética que transforma a los humanos en seres híbridos parte humana y parte animal, y se encuentra alojada en un centro especializado en cuidar y tratar a estas “criaturas”.
Para estar cerca de ella, padre e hijo se alojan en las afueras de la ciudad donde no solo ponen a prueba su relación; también toman contacto con una gigantesca reserva natural que, luego de una fuga masiva de esos mutantes (incluida su esposa), se transforma en un verdadero ecosistema de estos seres que van perdiendo su humanidad hasta convertirse en animales fantásticos, casi mitológicos.
Segunda película de Thomas Cailley (Les combattants, 2014), con el ya mencionado Duris, Adèle Exarchopoulos, Nathalie Richard y Paul Kircher, este último como el hijo del chef, personaje en el que recae el peso narrativo del film. Su transformación es el eje de este especial coming of age que registra sus cambios corporales (influencias del body horror de Cronenberg y la imaginería de los X-Men) como su paso traumático (tanto físico como mental) a una nueva adultez para poder vivir según sus propias reglas.
Fantástico (como adjetivo y como concepto) trabajo de Kircher que como un mimo expresa en su cuerpo el dramático cambio ontológico. Recuerda al alienígena encarnado por Jeff Bridges en Starman, de John Carpenter, donde se pasa de la vacilación a la afirmación, mostrando todas las dotes de un actor de estirpe y gran futuro.
Quizás las partes menos logradas estén en la relación entre Duris y Exarchopoulos (el chef y la policía del lugar) que no llega a definirse, siendo el personaje de Adèle el más perjudicado -nunca encuentra su lugar en la historia-, y en la representación maniquea de las fuerzas del mal (policía y milicia), que parecen esquemáticas y previsibles muy al estilo de las grandes películas de Marvel.
Thomas Cailley trabaja con la guionista Pauline Munier y con la fotografía de su hermano David en las excelentes tomas del paisaje como si fuera un nuevo mundo para crear esta película única, que mezcla ciencia ficción, aventura y drama.
(Francia, 2023)
Dirección: Thomas Cailley. Guion: Thomas Cailley, Pauline Mounier. Elenco: Romain Duris, Adèle Exarchopoulos, Paul Kircher. Duración: 130 minutos.