Good for Nothing (Kijú Yoshida, Japón, 1960)
Good for nothing resulta fascinante. Esta ópera prima de Kijú Yoshida versa sobre un grupo de jóvenes que deciden comenzar a robar por pura diversión (al menos al comienzo) porque luego el juego se complica, y entre el grupo de amigos las posibilidades económicas son muy distintas, por lo que el robo aparece para algunos como salida rápida para compensar las diferencias sociales.
Con claras influencias de la Nouvelle Vague, el director japonés se encarga de imprimirle a esta obra una estética y una crítica social (pensemos que se filmó en 1960) muy personales, que pese a las similitudes con el cine francés de la época, se distingue además por mostrar una mirada mucho más política.
Con este film Yoshida inicia una filmografía ligada a la noción de anticine, un modo no de cuestionar a su sociedad como en Good for nothing, sino de cuestionar que cosa es el cine.
