(Italia/ Francia, 2014)
Dirección: Asia Argento. Guión: Asia Argento y Bárbara Alberti. Elenco: Giulia Salerno, Charlotte Gainsbourg, Gabriel Garko, Alice Pea, Olimpia Carlisi, Carolina Poccioni, Gianmarco Tomazzi, Justin Pearson, Max Gazzé, Anna Lou Castoldi. Producción: Mario Gianani, Eric Heumann y Lorenzo Mieli. Distribuidora: Zeta Films. Duración: 103 minutos.
Detrás de escena.
Incomprendida es un drama sobre una generación que debió crecer en una sociedad que abrazaba confusamente un hedonismo postmoderno en el que se mezclaban el glamour de la entronización de la fama, los coqueteos con los rituales orientales y una visión del comunismo intelectualizada sin la necesidad acuciante de organización que implica esta ideología social. En esta sociedad a mitad de camino entre un estado de bienestar moribundo y un neoliberalismo rapaz, solo la incomprensión era una posibilidad ante tanta corrupción y violencia.
Aria (Giulia Salerno) es una alegre niña de ocho años que vive en un entorno hostil a mitad de la década del ochenta en Roma. Su padre (Gabriel Garko) es un exitoso y conocido actor de películas taquilleras, y su madre (Charlotte Gainsboug), una pianista de renombre que engaña al marido. Ambos se odian mutuamente y las hijas de la pareja son las victimas principales de los enconos maritales, en especial Aria, la hija menor y único retoño de la unión. El rechazo de sus padres y las intrigas de su hermana mayor, Lucrezia, llevará a la niña a buscar cariño en su mejor amiga, Angélica, y más tarde en un hermoso y simpático gato negro callejero, Dac, que con sus ronroneos responderá a sus solícitos abrazos. A todo esto se sumarán los conflictos sentimentales de la niña a raíz del enamoramiento de un niño rebelde de la escuela, Adriano, y el reconocimiento de la escuela y el rechazo de sus compañeros hacia el talento de Aria para escribir brillantes ensayos desgarradores desde su corazón que le harán ganar premios.
Asia Argento vuelve con su tercer largometraje a indagar en la vida de un niño como en su anterior opus, The Heart Is Deceitful Above All Things (2004) para crear una atmosfera de violencia familiar asfixiante pero a la vez cándida e inocente a través de los cálidos ojos de la pequeña Aria. Retratando las peripecias de Aria, la directora y guionista, hija del mítico director, guionista y productor del género de terror italiano giallo, Darío Argento, indaga en la cultura subterránea de mitad de los ochenta, la violencia a flor de piel de un país sumido en la corrupción, las modas y las supersticiones de las estrellas para dejar una impresión precisa sobre el contexto en el que crecieron los niños durante esa época. Con un gran sentido de la angustia pero también de la diversión y la picardía infantil, la película pone a la vivaz Aria en situaciones realmente terribles. Rechazada por sus padres, que prefieren a sus hijas de matrimonios anteriores, ella busca afecto y llamar la atención, pero solo consigue empeorar las cosas.
Las excelentes actuaciones de todo el elenco, donde destacan tanto los papeles de los adultos como la de los niños, da cuenta de la tenacidad e intensidad con la que Asia Argento dirige a los intérpretes, sometiéndolos a escrutadores primeros planos y la grandeza de un guión que, a fuerza de redundancias necesarias y valor para poner en riesgo la moral y las buenas costumbres, imita a la vida en una mimesis vital que desata sentimientos y situaciones que rozan los límites de la moral burguesa en los distintos conflictos y peleas familiares.
Argento se atreve a navegar en las sinuosas aguas del drama familiar para presentar la historia de una niña que solo busca amor y comprensión pero solo consigue convertirse en un símbolo del fracaso y el malestar dejado por el matrimonio. Incomprendida esta llamada a ser el manifiesto expirado de una generación que ofrece excusas para sus fracasos, sin escatimar detalles de las heridas y las cicatrices que la vida dejó en la carne y el espíritu. Italia nos habla de nuevo.
Por Martín Chiavarino
Crónica de una niña sola.
Incomprendida es una película plenamente generacional, en la que la palpable e inconfundible fachada de la década de los ochenta juega como contrapunto para el trillado tópico del drama familiar. Asia Argento (The Heart Is Deceitful Above All Things, 2004) no se propone innovar en cuanto al planteo, sino que opta por acentuar su mirada en la inocencia de la visión infantil y lo que esto conlleva; no comprender y no ser comprendido. Aria (Giulia Salerno), una niña de nueve años de edad e hija de dos reconocidos artistas (Charlotte Gainsbourg y Gabriel Garko), es constantemente ignorada y maltratada por sus padres, quienes, tras el devenir de su divorcio, prefieren consentir a sus hijas de matrimonios previos. Rápidamente se establece un paralelo entre la ficción y las vivencias de la realizadora; con gran facilidad uno podría llegar a la conclusión de que el papel interpretado por la sublime Giulia Salerno no es más que un reflejo de la directora. Asia Argento no busca que el espectador desarrolle un grado de pena por la protagonista, sino que uno despliegue un nivel de empatía capaz de desembocar en el concebir de su modo de conducta. Incomprendida es más que un drama; es un ensayo que explora cómo una juventud se vio afectada por las paradojas y ambigüedades de una sociedad en pleno estado de transformación.
El hecho de que la ingenua mirada pueril reduzca la magnitud de las diversas situaciones que se presentan a lo largo del film, crea la posibilidad de generar un atractivo contraste entre lo superficial del entorno que rodea a los personajes y lo que realmente ocurre. Sí, hay drama, pero lo primero que salta a la vista de uno, es el estallido de colores chillones y saturados al compás de música ochentera; cuando la tragedia no explota en uno de sus –varios- momentos culmines, se encuentra escondido debajo de todo el brillo de la época. Incomprendida podría camuflarse sin problema alguno entre las películas que componen la filmografía de Sofía Coppola, con un marco que se regocija en los inconvenientes de las familias disfuncionales de clase alta, con la existencia de una barrera generacional que no permite establecer una sana relación entre padres e hijos y, por sobre todo esto, con una agradable paleta de colores junto a la imprescindible banda sonora, las cuales le aportan a la atmósfera aquella imagen juvenil; realmente las semejanzas son bastas, pero se difiere en un punto más que importante: entretanto que Coppola escoge (en su gran mayoría) permanecer en el subtexto de la problemática, Argento se inclina por enseñarle al espectador el lado más hediondo de aquello con lo que Aria debe lidiar, provocando una mayor –o, mejor dicho, más simple de concretar- afinidad entre personaje-público.
Lamentablemente, el film comienza a quedarse estancado en la propuesta inicial, dejando en evidencia un notable desequilibrio entre el contenido y la sustancia. La obra, con todas las posibilidades de abordar aquella temática conflictiva, no consigue traspasar los eventos superficiales a los que la protagonista es sometida. A pesar de que se reitera a las mismas situaciones de manera constante, generando una inevitable sensación de monotonía en el espectador, no resulta fastidioso debido al atractivo de su estética. El potencial de la obra no se explota en su totalidad; si bien el film cuenta con secuencias de gran interés (jugando entre el drama y la comedia), y presenta una estética más que seductora, se percibe un exceso en la dilatación de los tiempos y una extenuante repetición de los hechos. Uno se deja llevar, pero resulta ineludible el pensamiento de que Incomprendida habría funcionado mejor como cortometraje que como película.
Por Julián Córdoba