(Estados Unidos, 2013)
Dirección: Michael Tiddes. Guión: Marlon Wayans y Rick Alvarez Elenco: Michael Wayans, Essence Atkins, David Koechner. Producción: Michael Wayans, Michael Tiddes y Rick Alvarez. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 86 minutos.
No se metan con Pulp Fiction…
¿Hasta cuándo vamos a tener que seguir soportando a este subgénero de películas que parodian a otras? Y que encima terminan siendo de peor calidad que la película que intentan satirizar. Scary Movie comenzó con esta idea en el año 2000 y desde entonces no pararon de repetirse una y otra vez hasta el cansancio. A esta saga le siguieron otras películas, también escritas por Jason Friedberg y Aaron Seltzer como No es otra Película de Amor, Una Loca Película de Vampiros, Una Loca Película Épica y Un Desastre de Película, que realmente rinde homenaje a su título. Y este año esperamos Scary Movie 5… en la cual una pareja empieza a observar fenómenos sobrenaturales en su casa, ¿les suena?
Lo más increíble de todo esto, es que el director tiene la desfachatez de seguir citando a las mismas películas que años atrás satirizó la saga de Scary Movie, como Se lo que Hicieron el Verano Pasado, Los Cazafantasmas, El Exorcista o El Ente. De hecho hay un momento que es un robo a mano armada a la escena de Scary Movie 2 donde Alex tiene relaciones con el fantasma.
Marlon Wayans es el responsable del guión -si es que lo hay- , y lo más patético es que pretende hacernos reír con chistes sobre pedos, o estereotipos de afroamericanos que dicen “nigga” y “bitch” cada dos palabras y esto le parece divertido. Algún alma solidaria debería actualizar al señor Wayans y anunciarle, que este tipo de chistes sobre negros de los ghettos están recontra súper agotados desde hace décadas. En fin, a ésta película no se le cae ni una sola idea original. Actividad Paranormal 1, 2, 3 y 4 son más soportables que 86 minutos de esto. Una verdadera película de terror.
Por Elena Marina D’Aquila
Como papel de cuete.
Cuando uno se acerca a una película en la que Marlon Wayans está involucrado, tiene que estar al tanto de algunas cosas. Una de ellas es que ha trabajado (ya sea delante o detrás de la pantalla) en filmes como Scary Movie 1 y 2, Little Man y Norbit. Otra es que, como se podrán imaginar si vieron alguna de esas películas, la sutileza no es su terreno predilecto. Por ende, salvo que uno sea un paracaidista a la hora de ir al cine, pagar por ver a Wayans implica no tomarse muy en serio la salida, por así decirlo. Wayans, que aquí protagoniza aparte de haber escrito el guión, interpreta a Malcolm, un joven con una bella casa que decide que su novia se mude con ella. El problema es que no bien Kisha comienza a acomodarse, una serie de eventos paranormales empiezan a desencadenarse. Se trata, una vez más, de una parodia a Actividad Paranormal, una película que no solo le sirve de metatexto permanente, sino que es tomada como esqueleto fundamental sobre el cual se va escribiendo el libreto y también de marco estético y temporal, de modo que muchas de las escenas de la película de terror de Oren Peli están prácticamente calcadas.
Pero como dijimos antes, este no es un film que sepa de sutilezas, por lo que hablar del guión (que no es más que un rejunte de situaciones que pretenden ser graciosas siguiendo una estructura similar a la película a la que busca parodiar) no tiene demasiado sentido. Este es un relato que en sus primeros 15 minutos cuenta con una escena en la que Malcolm lleva a cabo medio Kamasutra con un muñeco de peluche y otra en la que Kisha, en pleno sueño, se pedorrea ruidosamente y tan fuerte que las sábanas vuelan, mientras Malcolm no para de repetir “Por Dios” y echa desodorante de ambiente. Ese es el registro que maneja este filme desde el comienzo y que, aunque usted no lo crea, va empeorando a cada minuto, volviéndose más chabacana, más soez, más escatológica, más innecesariamente asquerosa.
La película está filmada de la misma manera que Actividad Paranormal, por lo que todo lo que vemos es material supuestamente grabado por alguno de los protagonistas con su cámara en mano o por las cámaras de seguridad que instalan para tratar de ver los fantasmas. El elenco se completa con algunas caras conocidas como la de Dave Koechner (como uno de los “chicos de seguridad/chicos atrapafantasmas) y Cedric The Entertainer (que tiene un pequeño papel como un cura exorcista de dudosa procedencia).
Me resulta realmente llamativo que un filme de una calidad similar a otras parodias de pésima factura (como podrían ser todas las de Aaron Seltzer y Jason Friedberg, que van directo al cable en nuestro país) llegue a estrenarse en las salas de nuestras tierras. Aún más me sorprende si tenemos en cuenta que esta es una película protagonizada mayormente por negros, con muchos chistes relacionados a sus modos de vida e idiosincracia, que pareciera estar bastante alejada de la de la mayoría de los espectadores de acá. Aún cuando sepamos de antemano el prontuario de comedias bobas que ha hecho Wayans, es necesario que el espectador flexibilice al máximo su nivel de tolerancia hacia las guarradas para poder soportar este cachivache irremediable, carente de ideas y cuyos chistes más inspirados muestran al protagonista echarse lavandina en los testículos para quitarse el herpes, mostrar personajes fumando porro junto con el fantasma que los aqueja o burlarse de la manera en que un hombre homosexual o la mujer de un amigo acosan al protagonista.
No todo lo que hizo Wayans y sus hermanos en su vida ha sido de esta calidad. Sin ir más lejos, la primera Scary Movie tenía cierta gracia a pesar de lo ordinaria, lograba algunas carcajadas a pesar de su estupidez supina y autoconciente. El propio Marlon había sido un de los protagonistas de aquella sorprendente película de Darren Aronofsky llamada Requiem Para un Sueño. Sin embargo, los años no pasan en vano y para estos muchachos han significado el pasaje a otro tipo de cosas, más automáticas, más simples, más idiotas, más irrespetuosas para con su público.
Por Juan Ferré