Jorge Anders Jazz Orchestra en Notorious – Domingo 18 de Enero de 2015 –
Julián López Di Muro, Miguel Angel Tallarita, Federico Fernández y Christian Terán | Trompetas.
Miguel Píccollo, Laura Molina y Martín Laurino | Trombones.
Mauricio Deambrosi | Saxo Alto.
Juan Presas y Hernan Galeano | Saxo Tenor.
Marcelo Garófalo | Saxo Barítono.
Miguel Marengo | Piano.
Fernando Botti | Contrabajo.
Damián Carrasco | Batería.
Maryanne Murray | Vocal.
Jorge Anders | Arreglos y Dirección.
El domingo veraniego comienza lluvioso, pero a la tarde las nubes abandonan el cielo y dan lugar a una noche estrellada, resultando un día con un clima tan cambiante como los ritmos de jazz, que no pasan desapercibidos en los arreglos característicos del mainstream neoyorquino de Jorge Anders.
Después de un rato en que los músicos afinan y se acomodan en sus sitios, a las 21:15 hs, con su seriedad habitual, Jorge da la señal para comenzar, contando “One, two, three…” Ya desde el primer tema, “Going Home”, se destacan los solos de Julián López y Miguel Píccollo, quien se pone de pie para ejecutarlo, tras preparar a un costado las distintas sordinas que irá usando a lo largo del show. El pianista no se queda atrás, y en el segundo tema, “Double Date”, realiza una larga introducción demostrando sus habilidades.
El director mete presión, al mismo tiempo que elogia a sus músicos, afirmando que “la primera trompeta, junto con la batería, son la clave para que todo suene bien”. La noche sigue con “Birthday Blues”, un blues rápido cuyo ritmo se acelera y se convierte en un swing. El contrabajista cierra los ojos, concentrado, y cada tanto esboza una sonrisa. Jorge comenta que el jazz fue instrumental a lo largo de cuarenta años pero que no se quedó atrás y, como muchos otros estilos, introdujo las voces para enriquecerse. Con esto dicho, presenta a Maryanne Murray, la vocalista de Brooklyn que los acompaña desde hace ya varios años y, con su voz suave, además de cantar, a ratos tararea la melodía al unísono con los vientos. Maryanne nos deleita con su voz en “Exactly like you”, “Cold love”, y en un tema escrito por ella misma, cuya letra habla de su tristeza por el calentamiento global. Sin embargo, irónicamente, justo antes de aclarar esto último, pide que suban el aire acondicionado.
Jorge se pone sentimental y cuenta sobre aquellos años en los que formó parte de la orquesta de Duke Ellington, admite que cuando entró no lo podía creer y que formó parte de ella por cinco años. Su admiración por el músico lo llevó a dedicarle “I Remember Duke”, uno de los destacados de la noche. En el repertorio nocturno también se encuentran “Little Man Blues”, los clásicos de Duke “In a Mellow Tone” y “Satin Doll”, “Basie a la carte”, y “Preludio para un beso”, tema escrito por Anders en homenaje a su amigo Hugo Pierre, donde el saxo tiene más protagonismo melódico que la trompeta, precisamente porque Hugo era saxofonista.
La armonía formada por los saxos, junto con el solo de trompeta, el walking en el contrabajo y el unísono de trombones se conjugan en “Walking With The Blues”. “Basie a la carte” reúne largos solos de trompeta, piano, trombón, saxos tenor y alto, junto con la estructura de pregunta-respuesta armada por los vientos, notas tenidas y arpegios agudos que se destacan en el piano. Como si fuera poco, a mitad del show se presenta Ricky Quiñones (hijo de la vocalista) con su guitarra, como artista invitado para tocar un tema del argentino Oscar Alemán, cuya introducción es un solo de guitarra que luego se metamorfosea en la melodía principal, a la que se suman los vientos esbozando un motivo melódico secundario que se repite y varía a lo largo del tema.
Además de la característica falta de memoria de Jorge para recordar el nombre de sus músicos, (que puede ser fácilmente solucionada con un papelito en el que alguien le escriba la lista de nombres), lo único que puede ser criticado son detalles técnicos como que la voz de Maryanne sonaba un poco baja en el PA, y que el solo de Miguel Ángel Tallarita en “Birthday Blues” tenía, a mi criterio, demasiada reverb. Fuera de eso, la prolijidad de los músicos, la dirección de Anders, su versatilidad, su profesionalismo y su desempeño resultan siempre impecables.
La importancia de los solos en el jazz radica en la ejecución; se suele decir que la habilidad para ejecutar un buen solo se asemeja a la habilidad para contar una historia, pues es más importante el “cómo” se cuenta, que el “qué” se cuenta. La orquesta de Anders, además de poseer un interesante repertorio, está compuesta por músicos habilidosos que saben cómo contar historias.