A Sala Llena

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CRÍTICAS

La Entrevista Uno a Uno

Vermut con papas fritas y…good show

Basta pensar o recordar la década del noventa para sucumbir ante flashes dotados de cierta angustia sobre los momentos de cambio que el país sufría en esa época. Con la privatización de las empresas, los gremios en puja continua por la defensa de sus derechos y un gobierno en jaque, la situación laboral para cada ciudadano se tornaba un desafío diario.

El director Hernán Quarchioni toma esa realidad y la sitúa en el contexto de una empresa familiar, liderada por Frau Mirta (Cecilia Noseda) una mujer cruel, y por su fiel y perverso asistente personal Rosales (Lucas Martínez Foresi), quien ante un posible equívoco publica un aviso en los clasificados para un puesto que no existe.

Allí entonces surge la entrevista que entona el título de la obra, la cual dará lugar a un paneo de estereotipos conformados por dos amigas regias de entrada edad (Mirta Bitti y Ester Mutal), dos ex empleadas de la empresa Entel, con cualidades muy limitadas a solo contestar un teléfono, quienes intentan, a pesar de su edad y sus pocos conocimientos de lo que puede ser una computadora lograr conseguir el empleo. Serán también parte de la puja otro dúo femenino (Romina Barrios y Soledad Cosentino) dos jóvenes egresadas de la UADE, llenas de ilusiones y con la inexperiencia a cuestas. No faltan a este grupo variado, el trabajador sindicalista ferroviario (Adrián Parada), la nueva rica (Silvia Márquez) que ignora la situación real del país y lidia con la vida en el country y con un marido infiel  y una mujer humilde que se rebusca la vida como puede, trabajando en la calle o lo que pueda conseguir (Patricia Blanco).

Con ese panorama comienza la batalla por lograr ocupar la vacante laboral deseada, saldrán a la luz las miserias de cada uno por sobrepasar al otro, a través de breves flashback conoceremos un poco de la historia de cada uno de estos personajes que tan bien representan un momento histórico del país.

Para el entretenimiento del público, el director entiende el juego y convierte ese recuerdo de angustia inicial que mencionamos en una comedia, a veces bizarra como la época que conmemora, donde los gags y chistes precisos se suceden con fluidez y destreza por cada uno de los actores que la llevan a cabo.

Con una escenografía simple y efectiva, unos cubos rojos multifuncionales que pueden hacer de escritorio, de muebles laborales, de asientos de oficina, y todo lo que la puesta demande, el relato se sostiene con una dinámica digna de un talk show (también exponente de la década) y encuentra en el sonido en off un acierto notable, con frases inolvidables de los gobernantes de turno.

Una propuesta entretenida para reírnos de esos temas de los cuales parece solo nos queda llorar, con algunos guiños al presente, repletos de humor negro, esta compañía teatral brilla por la perfecta composición de sus intérpretes y por un argumento cercano a todos en un pasado no tan lejano.

Teatro: Paseo La Plaza – Av. Corrientes 1660 – CABA

Funciones: Domingos 20 hs.

Entradas: $200 .-

©María Paula Putrueli | @mary_putrueli

Dirección: Hernán Quarchioni. Dramaturgia: Hernán Quarchioni. Actúan: Romina Barrios, Mirta Bitti, Patricia blanco, Soledad Cosentino, Silvia Marquez, Lucas Martinez Foresi, Ester Mutal, Cecilia Noseda, Adrián Parada. Voz en Off: Sergio Mancuso. Vestuario: Ingrid Hedrich. Diseño de luces: Agustín Coronel. Fotografía: Ingrid Hedrich. Arte: Ingrid Hedrich. Diseño gráfico: Ingrid Hedrich. Asistente de producción: Leandro Sandonato. Asistencia de dirección: Leandro Sandonato. Producción: Raquel Gimenez. Coaching actoral: Walter Rosenzwit.

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