A las afueras del plano
Prabha (Kani Kusruti), enfermera de Mumbai, trabaja día y noche. A veces pasea a escondidas con un colega. Anu (Divya Prabha), su compañera de piso y de laburo, tiene deudas con ella y su relación con Shiaz (Hridhu Haroon) confronta los estándares. Parvaty (Chhaya Kadam), cocinera ya por jubilarse del hospital, busca cambiar de ciudad. Las tres luego van a un pueblo costero para acompañar a Parvaty a establecerse allí. Este viaje, como es de esperarse, revela una liberación sobre todo para Prabha, debatiéndose entre moral y bondad.
Durante la película, escuchamos a hombres y mujeres hablar sobre Mumbai mientras vemos trabajadores ambulantes en las calles. Después, quienes enuncian cada diálogo en el hospital o aun entre amantes, suelen estar afuera de plano. Entre metros, autos, caminatas, conversaciones y música, las disociaciones contrastan hasta armonizarse. Por un lado, muchos planos contienen imágenes que reflejan objetos ausentes en la puesta. Por otra parte, el trío protagónico se vincula como polos opuestos que se complementan.
En la cobertura del New York Film Festival anterior, Beatriz Iacoviello indicaba que Payal Kapadia se enfoca en lo mínimo. Esto es tan cierto que muchos zoom-in son ínfimos. Aun los latidos del corazón de Anu ni un estetoscopio los registra, mas sí palpamos el anhelo de recuperarlos con la banda sonora de Topshe. La obra cala porque redimensiona lo descomunal de esta ciudad en enfermeras que se ocupan de los otros al mismo tiempo que lo hacen entre ellas mismas.
Mientras asistimos a tantas rutinas, es difícil no tener presente Sensatez y sentimientos (Lee, 1995) por las dinámicas entre las protagonistas. Estrenada por cierto el mismo año que Bombay volvió a ser llamada Mumbai por decreto gubernamental, apuntemos que las ambivalencias de las hermanas Dashwood les hacían fluctuar entre la contención y la expresividad. Con todo y semejanzas, incluido que ambas obras tienen un final dichoso en medio de tantas dificultades; la asociación también es antojadiza por parte de quien escribe estas líneas. Las búsquedas de Kapadia son tan diferentes de la dupla Thompson-Lee que los roles familiares están ausentes en el mundo de la primera.
A las afueras de Mumbai
Al apuntar a la totalidad la realizadora ahora madura las visiones de A Night of Knowing Nothing (2020), su ópera prima. Aquel encanto por el cine entre amoríos y anonimias, ahora es una recuperación de la identidad, cueste lo tanto que cuesta. El propio viaje a la costa parece una emigración definitiva para las tres.
Pase lo que pase después, Prahba se despide de su marido omnipresente. En un pasaje tan diáfano como confuso, salva a alguien del mar, lo cuida unas horas. Cuando una lugareña la toma por esposa del sobreviviente, él y ella conversan. Como si fuera el esposo desaparecido, la enfermera se despoja de ese.
Toda la luz anhelada por las protagonistas es visible en el par de destellos de sus miradas.
Preguntarse por el significado de esto o la recurrencia de azules finalmente desatiende muchos matices. Representen la aceptación entre Prabha y Anu, la complicidad de las tres,la armonía frente a lo inabordable, el ataque a las conformidades citadinas… las certezas serán interpeladas por la imagen sonora hasta que la imaginación carezca de límites.
(Francia, India, Países Bajos, Luxemburgo, Italia, 2024)
Guion, dirección: Payal Kapadia. Elenco: Kani Kusruti, Divya Prabha, Chhaya Kadam, Hridhu Haroon, Azees Nedumangad. Producción: Julien Graff, Thomas Hakim. Duración: 118 minutos.