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CRÍTICAS - CINE

La Ultima Noche de la Humanidad (3D) (The Darkest Hour)

La Última Noche de la Humanidad (3D) (The Darkest Hour, EEUU 2011)

Dirección: Chris Gorak Guión: Jon Spaihts Producción: Timur Bekmambetov, Tom Jacobson Elenco: Emile Hirsch, Max Minghella, Joel Kinnaman, Olivia Thirlby, Rachael Taylor Distribuidora: Fox. Duración: 89 minutos.

Los imberbes de Moscú

Lo mínimo que espero cuando voy a ver una película en 3D de ciencia ficción/terror es divertirme. Seamos sinceros, ante ciertas ofertas del género uno ya se acerca con ciertos conceptos preconcebidos de lo que se va a ver, pero dispuestos a perdonar algunas fallas comunes si al menos nos entretiene. En raras ocasiones nos encontramos con resultados tan buenos que no podemos más que sorprendernos, son aquellas películas que se terminan convirtiendo en joyas y que no abundan últimamente por estos lados de la cinematografía. No, no es el caso de La Ultima Noche de la Humanidad. Siguiendo con mi saga de nuevos directores, esta vez estamos ante la segunda obra de Chris Gorak, que ya en el 2006 debutó como director de Right At Your Door, un thriller que nunca fue estrenado por estas tierras.

El film comienza con un plano vertiginoso del vuelo de un avión de línea (quizás lo más logrado del 3D en toda la película). Una vez dentro del mismo se presenta a los protagonistas: Sean y Ben, interpretados por Emile Hirsch y Max Minghella, a quién podrán reconocer sobre todo al primero por haber ya protagonizado Meteoro en el 2008. En este caso personifican a dos jóvenes programadores de sistemas que se dirigen a Moscú para ofrecer un programa tipo red social a una aparentemente muy importante empresa rusa, ganar mucho dinero y pegarla, hablando mal y pronto. Pero no. Apenas arribados a las oficinas son sorprendidos con el robo descarado y hasta inverosímil de su idea, y son echados sutilmente del edificio por parte del “malvado hasta el ridículo” Skyler (Joel Kinnaman).

Tomándoselo con demasiada calma, Sean y Ben deciden dar por olvidado lo sucedido y recorrer los bares de Moscú. Secuencia de montaje con imágenes de la noche en la ciudad, McDonald’s y Starbucks escritos en ruso, música de moda acompañando estas diapositivas de turismo. Paradójicamente el software que les fuera robado es el que les salva la noche y de una manera bastante forzada llegan a conocer a las infaltables chicas de la película: Natalie y Anne (Olivia Thirlby y Rachael Taylor) y, como es de esperar, también se encuentran allí con Skyler quien parece estar decidido a seguir arruinándoles la jornada. Llegado este momento, quien les escribe ya había perdido completa esperanza en lo que a actuaciones se refiere; personajes trillados y mal interpretados no hacen más que desear que el terror y el 3D llegue pronto.

Oscuridad total. La ciudad entera sin luz ni actividad eléctrica alguna. En el cielo unas luces que se asemejan a unas auroras boreales danzan frente a los atónitos ciudadanos. De pronto estas luces se convierten en pequeñas pompas luminosas que finalmente muestran la hilacha y pulverizan por completo a un policía desatando una ola de pánico, gritos, corridas. En esta secuencia, que le da inicio a la esperada acción, pude notar varias situaciones y hasta algún que otro plano calcado de otras cintas del estilo, pero al contrario de todas ellas, se vuelve plana, aburrida. La narración se estanca y el 3D no crea el efecto que se espera. Con un invasor/enemigo prácticamente invisible, que cuando ataca lo hace de forma muy pulcra, no nos queda más que conformarnos con ver saltar sobre nosotros cenizas. Quizás sea demasiado morbosa, quizás vea mucho gore, pero que no se me malinterprete cuando digo que un par de tripas o algo de sangre hubieran ayudado bastante.

Recién sobre el final, mediando casi la tercera parte del film, la acción se intensifica y acelera un poco, sobre todo con la aparición (tardía) de un grupo de mercenarios en busca de sobrevivientes (¿les suena? a mi también) y un par de personajes más que ya no pueden salvarnos del aburrimiento, y aún cuando el enemigo se vuelve visible, decepciona. Abundan los diálogos de tono patriótico y heroico, alguna salvación de último momento y despedidas emotivas. Ni hablar que aún pese a todas las adversidades, la cantidad de días que este grupo de personas tiene que atravesar con poca comida y agua, los hombres se mantienen perfectamente afeitados y a las muchachas ni se les sale el maquillaje. Y así parten estos sobrevivientes, hacia el final de La Ultima Noche de la Humanidad, la película a la que ni el 3D pudo salvar.

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