No sabemos exactamente qué pasó por la cabeza de Chris Carter cuando lanzó el episodio piloto the The X Files ese 10 de septiembre de 1993. Lo que sí sabemos es que lo catapultó a crear una de las series de culto de ciencia ficción más importantes de FOX y del mundo, solo comparable con Star Trek. Luego de 9 temporadas y dos películas, pensamos que la conspiración había ganado y se había llevado para siempre el deseo de volver a ver juntos a Dana Scully (Gillian Anderson) y Fox Mulder (David Duchovny), pero mágicamente X Files ha vuelto para quedarse.
La nueva serie promete seguir el hilo conductor de aquella primera temporada, haciendo aparecer también al hijo de Scully, William, que, ¡oh casualidad!, es el segundo nombre de Fox y el nombre del padre del mismo. También aparecerá en escena el mítico Skinner (Mitch Pileggi).
Desprendido de la fama de creyente de ovnis que le había provisto la serie, Duchovny se lanzó a realizar series que “tuvieran más que ver con él”, luego de no querer firmar más con el sello construido por Carter, la Chris Carter Ten Thirteen Productions. Lo vimos entonces paseándose por las playas de California y teniendo mucho sexo, pero todos sabíamos que ese no era el David Duchovny que queríamos ver.
Para 1998, yo había visto aproximadamente tres temporadas de la serie, odiando cuando en TELEFE les colocaron el nombre de Código X, porque, como toda fan, sabía que de X no existía ningún código y como un virus mortal, como aquel “cáncer negro” del que hablarán más tarde los agentes en los episodios y se materializara en la primera película. Yo estaba infectada: era toda una creyente. Coleccionaba la crónica OVNI, todo recorte de diario que hablara de ellos y, para colmo, tenía un mapamundi colgado en la pared con pinches en los lugares de Estados Unidos donde se registraron avistamientos. Mi fanatismo para entonces me llevó al extremo de hacerme cortar el pelo religiosamente como Scully, todos los meses y asistir a las reuniones de club de fans donde pululaban personas entre los 6 y los 90 años.
Pero volvamos a aquel mágico episodio piloto: Dana Scully era una médica forense, no muy sexy (Por entonces, Anderson tenía 24 añitos recién cumplidos, y a Carter al parecer le habían pedido una agente con “más tetas y más piernas”, pero con el cinismo, la inteligencia y el escepticismo que la colorada cargaba fue suficiente para ganarse los corazones de todos los fans, e inclusive, del mismísimo Mulder). Su cargo consistía en realizar los informes de los casos poco creíbles que le eran asignados a Mulder, que incluían actividad paranormal, ovnis y una fuerte idea de conspiración del gobierno para ocultar vida de otro planeta. Mulder era un enigma y un bufón para los compañeros de academia de Scully, quienes lo apodaban “siniestro” o “fantasmal” en su traducción al castellano. Muy pronto, y con el avance de los capítulos, Scully, la escéptica, y Mulder, el creyente, comienzan a cerrar casos que, gracias a ciertos informantes y hallazgos, los acercan a la verdad.
La obsesión de Mulder no era pasajera: estaba relacionada con la desaparición de su hermana Samantha, quien él creía abducida cuando tenía 8 años. Desaparición que se resuelve hacía la séptima temporada.
Aquí es menester mencionar la conexión con las abejas, que tendrán una participación inolvidable en su primera película y que, al parecer, son las que esparcen el “cáncer negro” creado por alienígenas, manipulado por el gobierno y con la fuerza necesaria de acabar con toda la humanidad.
El hecho de que la especialista en medicina Dana Scully cerrara los informes de Mulder -quien había estudiado psicología en Oxford y trabajara con él- era parte del seguimiento que las altas esferas del gobierno y el FBI hacían de Mulder “el siniestro”, dado que los Expedientes X eran una bomba de tiempo para que se supiera la verdad de la conspiración. “El Fumador”, que aparece casi sin hablar en el episodio piloto, será elemental en los próximos capítulos y luego será relevado, tras su muerte, por otros informantes como X, un tipo que sigue proporcionando información a Mulder, de una manera aún más paranoica que su antecesor. Para las últimas temporadas nos encontramos con un Mulder abducido, unos expedientes que habían sido cerrados en 1994 por uno de sus informantes, un superior Skinner poco creíble y apuntado de conspirador, una Scully que, si bien era aparentemente estéril, queda embarazada de un niño “especial”, y la aparición en escena de los agentes John Doggett y Monica Reyes, todo esto luego del estreno de la película Los Expedientes Secretos X: Combate al Futuro, un antes y un después para los fanáticos alrededor del mundo y para el entendimiento de la serie.
La aparición de los agentes, la confinación de Mulder, la extraña enfermedad de Dana, solo se explican por una necesidad de cerrar de alguna manera el ciclo, pero dejándolo abierto. Sus fans fueron perdiendo las esperanzas de encontrarse con seres mitológicos, monstruos y la necesidad de entender la conformación de la conspiración. Era la novena temporada, y Mulder y Scully logran escapar a México, donde un “hombre sabio” determinará una invasión extraterrestre que para él está fijada el 22 de diciembre de 2012, como ya había descubierto Mulder.
Para los fanáticos viejos, los de 1993, la aparición de los nuevos agentes y los enredos sentimentales de Mulder y Scully complicaron el seguimiento de la audiencia. Una relación que desde el principio se presentó como platónica había sido confirmada por la octava temporada en la que se los muestra como pareja.
Pero The X Files no solo fue una serie ganadora de bastos premios e inspiradora de otras, sino que paso a convertirse en un enigma para la cultura de masas. Una genialidad que inventada por Chris Carter nos convirtió a gran parte de la población en creyentes, llenó nuestra imaginación de asesinos, monstruos e informantes, nos permitió una y otra vez enamorarnos de Fox Mulder, de tender puentes entre los más grandes misterios de la ciencia y la investigación del FBI. Condimentó mi infancia de una imaginación inspiradora, de una creencia en algo superior para mí que era una escéptica en todo lo que tenía que ver con el más allá. Me devolvió algo que estaba pidiendo hace tiempo, como fanática de las conspiraciones que siempre fui: acercarme a la verdad.
Desde el domingo 3 de enero podemos ver en Fox los episodios más importantes de la serie, de manera maratónica, hasta su impresionante y esperado estreno, que será el 25 de enero a las 23 hs, por el canal que lleva su marca primigenia.
Anexo: Premios y nominaciones
El programa fue nominado para 141 premios de los que ganó un total de 61 premios individuales de 24 agencias diferentes, incluyendo Globo de Oro, Emmys, Environmental Media Awards y Screen Actors Guild Awards.
Globos de Oro
En 1997, tanto Duchovny como Anderson ganaron un Globo de Oro por sus interpretaciones en una serie de drama.
Emmy
-A lo largo de su carrera, The X-Files también ganó premios Emmy en siete categorías técnicas: diseño gráfico y secuencias de créditos, cinematografía, edición y mezcla de sonido, dirección artística, edición de imagen de cámara individual maquillaje, y efectos visuales.
-En septiembre de 1994, The X-Files ganó su primer premio, el Emmy por “Mejor logro individual en diseño gráfico y secuencias de créditos”. Peter Boyle más tarde ganó el Emmy por Mejor Actor Invitado en una Serie de Drama por su interpretación del personaje principal del episodio de la tercera temporada .Ese mismo año, Darin Morgan ganó el Emmy por el “Mejor logro individual en el guión en una serie de drama” por el mismo episodio. “Clyde Bruckman’s Final Repose” fue uno de los cuatro episodios más galardonados que Morgan escribió durante su breve paso como guionista del programa.
-1997 Anderson ganó el Emmy por Mejor Actriz en una Serie.
-En 1996, la serie también ganó un Premio Peabody, durante su tercera temporada.
-Además, fue nominada para 15 Premios Saturn, de los cuales ganó tres por Mejor Serie de Televisión, uno por “mejor actriz de televisión” (Gillian Anderson), y uno por Mejor Actor de Televisión (Robert Patrick).
Sofía Lara Gómez Pisa