La Vida Sublime (Daniel Villamediana, España, 2010)
Nuevamente la línea que divide el documental de la ficción es muy fina en este interesantísimo trabajo de Villamediana. El protagonista (y guionista) decide evocar al abuelo y rendirle un homenaje. No solo va a en busca de sus logros, entrevistando a sus allegados y buscando las regiones de España que recorrió, donde trabajó en su juventud, los amigos de su infancia, sino que también trata de reproducir los “logros” que él hizo durante su vida mientras hace un viaje al sur del país, emulando una supuesta secuela de la película El Sur de Victor Erice.
Ficción y humor honesto se mezclan dando por resultado un hermoso film, con planos geográficos panorámicos dignos del Erice de El Espíritu de la Colmena o de Terence Malick. En el medio, el film nos muestra al protagonista tratando de imitar la proeza del abuelo, que se comió noventa sardinas. En su lugar, el nieto se come 90 “cornalitos” y Villamediana nos muestra al menos la mitad. Dicha escena puede resultar un poco extensa, pero contiene una hermosa ironía.
Cuando uno cree que ya no hay más ideas, el director homenajea el paisaje mostrándo desde una original perspectiva prismática.
