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CRÍTICAS - CINE

Leyenda feroz

Leyenda Feroz es exactamente lo que te imaginás al leer la sinopsis: un documental sobre la creación y el legado de Tango Feroz

Hay entrevistas con los actores y realizadores, un desfile de caras parlantes que comparten anécdotas en livings, talleres, salas de cine e incluso en los exteriores de la película original, los muelles y terrazas que atravesaron los icónicos personajes. El tono del documental es generalmente nostálgico y celebratorio, aunque figuran algunas voces de disenso, como los amigos y colegas de Tanguito, que no son precisamente fanáticos del film. 

Pero retrocedamos y aportemos algo de contexto. 

Tango Feroz se estrenó en 1993 y fue un exitazo. Se anticipó al Nuevo Cine que todavía estaba en ciernes. Fue una película para jóvenes, con actores jóvenes que luego hicieron carrera: Fernán Mirás, Cecilia Dopazo, Leonardo Sbaraglia y Federico D’Elía, entre otros. Marcó una época para muchos que la vieron en su momento. 

Su título completo dice: La leyenda de Tanguito. Es una clave para entender la película, porque más que una biopic es una fantasía. Retrata la vida —o un período en la vida— del cantautor José Alberto Iglesias, alias Tanguito, uno de los fundadores del rock argentino. Pero es una versión libre y ficcionada. 

Javier Martínez, Alberto “Pipo” Lernoud y Mauricio Birabent, coautores de muchos de los temas de Tanguito, se negaron a ceder los derechos de sus canciones. Después de leer el guión, concluyeron que —como escribió Lernoud para Página/12— contaba “una historia fraudulenta” que convierte “una experiencia maravillosa en un producto para el mercado capitalista”. Podríamos decir que no les gustó…

Todo esto se menciona en Leyenda Feroz. Incluso, se aprovecha la polémica para agregar suspenso. ¿Cómo se cuenta la vida de un músico sin usar su música? Pues, se componen canciones nuevas que emulan la vibra, la onda, el vibe, de las originales. (Una solución que haría gritar, agónicamente, a cualquier purista). 

El documental no dialoga con los detractores de Tango Feroz, aunque sí los deja hablar. Dentro de la estructura dramática de Leyenda Feroz, ellos se convierten en meros obstáculos camino al éxito, desafíos para superar y así alcanzar, finalmente, la validación pública y el millón y medio de entradas vendidas. 

Me hubiera gustado un abordaje más complejo, más jugado. Pero el documental pretende ser una celebración de Tango Feroz, transparentemente orientado a los fans, los de siempre y los nuevos que quieran acercarse, por primera vez, a un clásico del cine argentino. 

Leyenda Feroz podría funcionar como un buen episodio de Las películas que nos formaron. Es entretenido y cubre muchos temas en poco tiempo, desde la idea original del guión hasta los pormenores del rodaje, la ambientación de los escenarios, el revuelo mediático y comercial, y hasta el reestreno por el trigésimo aniversario, en 2023. 

Las entrevistas con Mirás y Dopazo son luminosas. Y Marcelo Piñeyro, director y co-guionista de la película, es un gran relator del proceso creativo de su propia obra. Los codirectores del documental, Denise Urfeig y Mariano Frigerio, ordenan lo que probablemente fueron horas y horas de material para construir una trama lineal, abarcativa y accesible, incluso para quienes no están familiarizados con la cinta original. 

Pero lo que más me interesó de Leyenda Feroz es lo que sugiere —quizás involuntariamente— sobre el paso del tiempo. 

En varias ocasiones, el documental nos muestra escenas de la película para luego, a través de un fundido encadenado, revelar cómo las mismas locaciones se ven en la actualidad. También ocurre a la inversa: nos trasladamos del mundo moderno al registro fílmico de Tango Feroz, hace tres décadas. 

En estas transiciones, comprobamos que el tejido urbano, en parte, se mantuvo: el mismo puente sobre las vías del tren, la misma plaza de Tribunales, la misma estación de subte. Los cambios son cosméticos; sobrevive la esencia, o por lo menos la función, de cada lugar. 

En cambio, desaparecieron los templos musicales y cinéfilos. 

El club de barrio donde Tanguito canta “Me gusta ese tajo” se convirtió en un local de Paris Night, que vende insumos de manicura entre cerezos en flor y gatos de la fortuna. “Creció un árbol”, advierte D’Elía, estupefacto, mientras recorre una de las locaciones memorables de Tango Feroz

El edificio centenario de Paseo Colón y Brasil —en cuyo sótano se recreó, para la película, el mítico bar La Cueva— fue demolido en 2021. En su interior, funcionaba una escuela de artes y oficios que, casualmente, enseñaba a restaurar edificios antiguos. Hoy es un baldío. “Hacia allá estaba el escenario”, dice Jorge Ferrari, director de arte de Tango Feroz, mientras apunta a un baño químico. Probablemente se esté por construir una torre. 

Más adelante, el documental repasa los cines donde se proyectó la película en 1993: Cine América, reemplazado por un desarrollo de North Baires; Cine Ambassador, cerrado y vallado; Cine Iguazú, transformado en iglesia evangélica; Cine Atlas Lavalle, ídem. 

Leyenda Feroz se obsesiona por el pasado y sus fantasmas. Es un documental de 2024 sobre un film de 1993 acerca de un rockero fallecido en 1972. En Tango Feroz, la leyenda era Tanguito; en este documental, lo legendario es la película. 

Uno de los últimos entrevistados es un pibe de 10 u 11 años. Fue con su mamá al reciente reestreno en el Gaumont (cuyo futuro, esperemos, no sea el de los cines arriba mencionados). A la salida, un entrevistador le pregunta: “¿Qué fue lo que más te gustó?” El pibe se toma unos segundos para responder. Mira al vacío. Luego se le ilumina el rostro y dice, “¡Que el amor es lo más fuerte!” Es el título de la canción más representativa de Tango Feroz, escrita por Daniel Martín y Fernando Barrientos para la película. 

Repasemos, entonces: un pibe que nació después del 2010 se maravilla por una canción de los 90s que pretende sonar como un tema de los 60s o 70s, en un ejercicio de ucronía musical. Es una total descomposición del tiempo y el espacio, un laberinto de espejos. Cincuenta años comprimidos en el recuerdo de un recuerdo. 

Tango Feroz ya era la memoria distorsionada, o el sueño, de una época anterior. Ahora es ella misma espejo, de nuestro país hace 30 años, de la pesadumbre de los cines y los barrios que han cambiado, como diría Homero Manzi. Tiempo en tránsito, porque Tango Feroz siempre se ubicó fuera del tiempo: es y no es sobre la época que retrata, una fantasía sobre una juventud eterna. 

(Argentina, 2024)

Dirección: Denise Urfeig y Mariano Frigerio. Guión: Mariano Frigerio. Elenco: Marcelo Piñeyro, Fernán Mirás, Cecilia Dopazo, Leonardo Sbaraglia y Imanol Arias. Fotografía: Aylén López. Música: Adrián Guzmán. Producción: Carolina M. Fernández y Jorge Leandro Colás. Duración: 75 minutos. 

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