Las Misión: Imposible eran, hasta hoy, una muestra esplendorosa de cine gigante y global logrado con creces y lujos y brillos, y hasta la feliz concreción de la firma autoral de grandes directores. Las primeras cinco fueron de cinco directores distintos: Brian De Palma, John Woo, J.J. Abrams, Brad Bird y Christopher McQuarrie. Pero McQuarrie, novedad en una serie que de repente apostaba a la estabilidad, repitió en la sexta. Y mantuvo el nivel de excelencia: Misión: imposible – Repercusión no se había sentido cansada, más bien al contrario. Aunque, eso sí, se notaba que no había una renovación, como siempre había ocurrido en las cinco primeras.
Ahora otra vez McQuarrie entrega la séptima, o la primera parte de la séptima, y asoma el cansancio o, más bien, asoman algunas traiciones. Esta Misión: Imposible tiene lo que ninguna otra había tenido hasta el momento, que bien puede partir de cierta burocracia en la repetición, en la falta de novedad de la mano directorial o, quizás haya llegado finalmente el día, Tom Cruise puede seguir corriendo y haciendo proezas físicas admirables y prodigiosas con las que sostener alguna clase de programa realista baziniano de no cortar en planos clave, pero su rostro parece estar luchando para no aparentar la edad que tiene. Así las cosas, los planos generales alrededor de Cruise apuestan al vértigo y los planos más cercanos a su rostro se sienten más atados, más arenosos, como en la breve y anodina secuencia en Ámsterdam. Cruise parece moverse, en términos de mostrar el rostro, con un cuidado que no tiene Simon Pegg (el gran actor de esta entrega, suelto y dichoso a pesar de estar siempre en peligro).
Sentencia mortal. Parte 1 comienza ya con cierto cansancio que se percibe en la secuencia del submarino, y reaparece en la risible secuencia de la fiesta y en las conversaciones de la alta alcurnia gubernamental de espías. Hay menos cohesión en el relato, como si las cosas no nos llevaran narrativa sino mecánicamente hasta la secuencia final sí, prodigiosa en términos de puesta en escena pero reiterativa y burocrática: esos vagones se van convirtiendo en pantallas breves de videojuego más que en el espacio de las emociones cinematográficas. Quizás estos y otros defectos de esta primera Sentencia mortal se deban a que es en realidad solamente media película, pero difícilmente la segunda parte pueda solucionar la falta de lógica del personaje de Grace (esplendorosa Hayley Atwell), que primero exhibe un catálogo de torpezas para alivio cómico y después es capaz de proezas físicas impensadas y rutilantes. Y difícilmente la segunda mitad solucione lo mal trazado que está en esta ocasión el personaje de Ilsa Faust (la otrora vibrante Rebecca Ferguson, esta vez con cara de que no le gustó demasiado lo que hicieron con Ilsa). Y ya se vuelve más difícil todavía que Sentencia mortal. Parte 2 pueda reencauzar al malo y a la maldad exhibidas hasta ahora: un malo de poderes casi supraterrenales, medio adivino o en contacto con el futuro, con unos diálogos del orden del esoterismo y un agente maligno por ahora no corpóreo que le da letra (y nos habíamos ilusionado con la lucha del mundo analógico contra el digital, pero por ahora no ha ocurrido). Por momentos, esta Misión: Imposible exhibe las características menos atractivas de las producciones Marvel para la villanía, en otros momentos se pone a imitar de forma inconducente a Star Wars -la pelea en el puente de Venecia- y en repetidos momentos -demasiados- nos machaca con unos flashbacks cada vez más feos y pringosos. Sentencia mortal. Parte 1 marca la entrada de recursos más toscos y la renuncia a Hitchcock, y esta era una serie que tenía a Hitchcock grabado a fuego. Ahora no, ahora tenemos a Ethan Hunt que se nos puso sensible y correcto pero distante, con menos malicia que antes, acaso menos conectado con los personajes que lo rodean. Y ahí nos ponemos a recordar las historias de la cólera de Cruise en el rodaje de esta película porque había un integrante del equipo que no tenía bien puesto el barbijo.
(Estados Unidos, 2023)
Dirección: Christopher McQuarrie. Guion: Bruce Geller, Erik Jendresen, Christopher McQuarrie. Elenco: Tom Cruise, Hayley Atwell, Ving Rhames, Simon Pegg, Rebecca Ferguson, Vanessa Kirby, Esai Morales. Producción: Tom Cruise, Leifur B. Dagfinnsson, Christopher McQuarrie. Duración: 163 minutos.