Meses atrás, mientras cenaba con un amigo productor devenido en director, quien tras haber dirigido una opera prima seleccionada para abrir un festival de cine internacional y que estaba protagonizada por uno de los actores más importantes de nuestro país, le pregunté cuándo filmaría una próxima película, su segunda.
Su respuesta fue inmediata: “Filmé primero mi tercera película”.
Estaba diciendo que le sería muy difícil concretar un nuevo proyecto del tamaño del primero y que quizá, según su lógica, contar con un presupuesto mucho menor y una historia más pequeña, sería lo más sensato.
Instantáneamente, luego de ver Is This Thing On? recordé esta conversación.
Podríamos decir entonces que Bradley Cooper comenzó por su tercera película, no menos que con una nueva versión de Nace una estrella, teniéndolo de protagonista principal junto a Lady Gaga, siguió con Maestro, también como principal y con un tufo a Oscar por todos lados. La primera fue un exitazo de taquilla, algo que asegura hoy en lo que ya no es Hollywood, continuidad. Maestro fue producida por Netflix, con más del doble de presupuesto, y casi sin pasar por cines se subió a la plataforma en un santiamén.
Ahora, Cooper tomó una decisión muy hábil: ir por menos… o más, según se considere.
Is This Thing On? es una película pequeña a la que podría catalogarse como una comedia dramática de rematrimonio, algo de lo que recién nos damos cuenta en la segunda mitad del film. Está levemente inspirada en la historia real del futbolista británico devenido en comediante de stand-up John Bishop. Aquí, Alex, interpretado por el actor y comediante canadiense Will Arnett (voz de Bojack Horseman), es un padre de familia que, tras más de dos décadas casado con Tess (Laura Dern), se encuentra en un proceso de separación. Después de caminar con la cabeza gacha por el West Village de Manhattan, barrio que se destaca por las disquerías que todavía sobreviven tras la llegada del digital y por el crecimiento de bares en cuyos sótanos se presentan shows de stand up, Alex se enlista para subir a un escenario y tomar un micrófono al descubrir que de esa manera puede esquivar el pago de los 15 dólares de admisión al lugar, el Olive Tree Café. “Is this thing on?”, refiere a la expresión al encontrarse frente a un micrófono y tener que decir sus primeras palabras. Alex decide, casi sin pensarlo, abrir su acto contando su actual situación de ruptura sentimental. Por ejemplo, hace ver lo difícil que es vivir en un espacio alquilado a través de Airbnb para alguien que acaba de separarse. Así entra en una especie de terapia al sacar lo que lo aqueja y el público aplaude, hecho que le da la suficiente valentía como para repetir el acto días después y establecer así una rutina. ¿Una terapia de divorcio?
Alex y Tess, asimismo, son padres de gemelos, y ella es una atleta (jugadora de vóley pro), que abandonó la profesión tras dedicarse a la pareja y la maternidad. Un nexo que sirve para demostrar la nueva relación de Alex con sus hijos ante los días y horarios de visita consensuados, por lo que compra una van para poder trasladarlos con mayor comodidad. Ahora, en el asiento trasero, uno de los niños encuentra una libreta en la que Alex toma notas para su próxima función, y ellas son exclusivamente sobre su ex, algo que el menor da cuenta al instante y genera uno de los momentos más emotivos de la película.
Cuesta empatizar tras la monotonía de la primera hora con Is This Thing On? hasta un momento preciso: en el transcurso de su primera cita romántica tras la separación, Tess cae de imprevisto en un bar en el que justo Alex sale a escena y cuenta detalles de su primera relación sexual con otra mujer, expresando cuánto la extraña. De ahí en más, el film es imparable, placentero e impredecible. Es cuando Cooper hace que todo lo que se iba presentando en el film como arquetipos ya vistos cientos de veces en cine, funcionen. Específicamente, la relación con padres, amigos (Cooper incluído) y el entendimiento y/o hasta desconcierto ante adversidades y diferencias expuestas entre Alex y Tess.
Cooper abandona los recursos utilizados en sus primeras dos películas, no tiene intención esta vez de deslumbrar. No hay tomas grandilocuentes, ni tensión insoportable, ni un collage musical. Tan solo basta la escena de Alex en escenario casi a oscuras y dirigir la iluminación para destacar las expresiones de Laura Dern en uno de sus mejores roles hasta la fecha.
Cooper contó con maestros que lo dirigieron como Paul Thomas Anderson o Clint Eastwood, siendo este último quien en cierta manera lo apadrinó. Cooper dejó de ser protagónico para darle la oportunidad a Will Arnett, quien no solo está bien en su rol sino que se asemeja un tanto estéticamente a quien lo dirige.
Sin ser su Los puentes de Madison, Cooper logra en su tercer film, su mejor film, ¿o deberíamos hablar de su primero?
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(Estados Unidos, 2025)
Dirección: Bradley Cooper. Guion: Will Arnett, Mark Chappell, Bradley Cooper. Elenco: Will Arnett, Laura Dern, Bradley Cooper. Producción: Will Arnett, Bradley Cooper, Weston Middleton, Kris Thikier. Duración: 124 minutos.








