Felices 140, de Gracia Querejeta (España, 2015 – Un día, un film)
Se dice que no hay sentimiento más fuerte que la amistad. Sin embargo, ¿qué sucede cuando una situación límite pone a prueba estos lazos en apariencia inquebrantables? ¿Qué sucede cuando se imponen las intenciones más oscuras, no importa si es por codicia, envidia o desesperación? Estas son algunas cuestiones que se desprenden de Felices 140.
Elia (Maribel Verdú) reúne a sus mejores amigos y a su hermana para celebrar su cumpleaños número 40 en una residencia exclusiva, junto al mar. En medio de un festejo íntimo, hará un anuncio inesperado: acaba de ganar 140 millones de euros gracias a un sorteo. La alegría de de sus invitados oculta sentimientos de envidia. Y las cosas no harán más que empeorar cuando un hecho terrible desencadene un plan tan desalmado como bien pensado. Contar más sería un crimen.
Balanceando drama y humor (por momentos, humor negro), y sin caer en obviedades, la directora Gracia Querejeta se vale de este grupo de personas, sus miserias y sus problemas, para hablar de las angustias de una generación y cómo, en esta etapa de la vida, deben lidiar con crisis íntimas y sociales.
Maribél Verdú encabeza el excelente reparto que también integran figuras como Antonio de la Torre, Eduard Fernández y Nora Navaz. Mención aparte para Paula Cancio, quien compone a una actriz argentina obsesionada por filmar con Ricardo Darín.
Felices 140 es tan amarga como brillante, y la prueba más escalofriante de la amistad sucumbiendo ante lo más perverso de nosotros mismos.
El Nombre del Hijo, de Francesca Archibugi (Italia, 2015 – Hoy es mañana)
La obra de teatro Le Prénom se convirtió en un éxito que trascendió fronteras y, como suele ocurrir, dio pie no sólo a una película sino a dos. Por un lado, una producción francesa, homónima, estrenada en 2012. El Nombre del Hijo es la segunda versión, ahora proveniente de Italia.
Reunido con Betta (Valeria Golino), Sandro (Luigi Lo Cascio), su cuñado, y Claudio, un amigo de la juventud, Paolo (Alessandro Gassman) decide dar un detalle importante acerca del hijo que esperan con su novia: el nombre. Y un nombre como Benito jamás pasará desapercibido si se tiene en cuenta que Benito Mussolini siempre será una figura nefasta, en todo el mundo. Los brotes de indignación y de bronca no se hacen esperar, y será el detonante de una serie de situaciones desopilantes y en recuerdos de la infancia, más alguna revelación extra.
Fiel a su carácter teatral, esta historia se apoya en el trabajo de los actores y en diálogos ingeniosos, lo que alcanza para convertirla en un film amable y comprador, que tampoco aspira a mucho más. Cada intérprete le saca el jugo a su personaje, empezando por Alesandro Gassman. La breve aparición de los hijos de Betta y Sandro aporta su cuota de ternura y de más comentarios hilarantes.
Sin ser una gran película, El Nombre del Hijo es una nueva manera de ver ese clásico moderno de las tablas que es Le Prénom.
Matías Orta
