La división del cine como origen de muchos males: “cine de arte”, “cine comercial”, “cine pochoclero”. El uso incorrecto de “cine de autor”.
Entre Toy Story 4 y Pedro Costa: las falsas dicotomías, las prescripciones para penitentes. Un juego que terminará en suma cero, cero espectadores, cero ganas de ir al cine.
Respuestas pendulares: la Argentina como lugar de exceso de reacciones. Récords porcentuales: del entusiasmo por la diversidad al desastre de la dominación hegemónica. Los cambios en la manera de ver películas. Menos películas para cada vez más público y cada vez más público que no se entera de la existencia de las películas que importan.
Los festivales y sus miedos eternos ante el cine que nos hizo amar el cine. ¿Dónde están las comedias? ¿Dónde están las emociones diversas?
Los tintes homogéneos y sus riesgos, o más bien sus daños. El triunfo del doblaje como otra prueba del desastre. Producir de formas diversas y no tener modelos diversos de distribución y exhibición: los peligros de no llegar al público.
¿Hay salida? Hay salida si hay películas que apasionen.
¿Hay de esas películas? Todavía hay, pero si no las vemos ni las encontramos habrá cada vez menos.
¿Cómo puede ser que no hayan visto estas 31 películas?
Un listado para ver una por día