Road to Nowhere (Monte Hellman, Estados Unidos, 2010)
Monte Hellman es uno de los máximos exponentes del cine americano de los 70’s, todo un gladiador cinematográfico que logró construir obras maestras como Two-Lane Blacktop o Cockfighter dejando una marca inigualable de la mano de su cine áspero y seco. Road to Nowhere es su primer largometraje después de dos décadas, donde Hellman pretende recuperar esa sequedad y esa aridez
narrativa para narrar la verídica historia de amor entre un político y una mujer de su equipo que termina en tragedia y elige mostrar la historia utilizando el cine dentro del cine como diegesis y estructura narrativa, mostrando las complejas relaciones entre los personajes y literalmente borrando el limite entre la realidad y la ficción.
La capacidad de autoconciencia y reflexión sobre su propio arte llevan a Monte Hellman a analizar y reformular nuevamente la pregunta de que es y para que sirve el cine. Su ahorro de recursos para narrar y sus citas a otros grandes exponentes como Samuel Fuller o Ingmar Bergman (antológica partida de ajedrez de Max Von Sydow con la muerte en El Séptimo Sello) convierten a Road to Nowhere en un testamento fílmico del gran Monte Hellman y en una película viva, vital, que cree en el cine como arma para pensar el mundo.
Por Carlos Federico Rey
El regreso a la dirección de Monte Hellman. Era una de las películas que más esperaba ver en este festival y una de las que más me decepcionó. Entre Lynch y Mamet, Hellman se mete dentro de la industrial del cine para criticar la hipocresía, romances, y políticas de Hollywood, cuando trata de reproducir un crimen real. Una historia de cajas chinas que funciona durante la primera hora, mientras que impera el misterio y el desconcierto. Pero a partir de la segunda hora, se vuelve monótona, dense, repetitiva. Durante 45 minutos, honestamente, lo único que vemos es el rodaje de la película, pero no pasa mucho más. ¿Como una historia tan atrapante cae tan bajo?
Aún así se nota la identidad de Hellman y una clara intención de transgredir reglas, pero no alcanza para que el film funcione completamente.
Muy buena interpretación de Shannyn Sossamon, una promesa de actriz, que tuvo un momento de gloria en varias comedias románticas y desapareció de la pantalla de un día para el otro. Ahora, al igual que Julia Ormond, empieza a reaparecer. Lastimas que la película no está al nivel de su interpretación. Aun así, no es un film desdeñable, pero de una leyenda del cine independiente estadounidense, discípulo directo de Roger Corman, esperaba algo mejor.
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