Dramaturgia: Martín Marcou. Dirección: Martín Marcou. Asistencia de dirección: Paola Andrea Salamone. Asistencia general: Esteban Fort Caneda. Producción: Fernando Perdomo. Diseño de escenografía: Carolina Paredes, Paola Andrea Salamone. Vestuario: Carolina Paredes, Paola Andrea Salamone. Maquillaje: Pablo Pérez. Peinado: Daniel Accorinti. Video: Gonzalo Pérez. Música original: Carolina Curci y Silvana Carro. Diseño gráfico: Vanina Moreno. Fotografía: Leandro Martínez. Actúan (en orden alfabético): Sofía Bertolotto, Eugenia Iturbe, Silvia Trawier, A. Zedy. Prensa: Duche & Zárate.
Es el problema el que atrae la solución.
Con una madrastra y una media hermana mirando desde lejos y un padre ausente por completo, sólo la Nana, que cuida al Nene hace ya años, puede comprender a la criatura. Pero como las verdades ocultas, la vida no dura para siempre, y tras el accidente de la Nana, alguien tendrá que reemplazarla en su tarea. En Te estaba esperando, el último estreno de Martín Marcou, las consecuencias de esa sustitución serán el eje del drama.
Ni bien se ingresa a la sala: el aljibe, el piso damero, las sillas de madera caladas, el mate de leche y los adornos que decoran la cocina no dejan lugar a dudas; el subsuelo de Mario Bravo 960 se convirtió en una estancia situada en un pequeño pueblo en el medio del campo, uno de esos en los que lo que no se quiere reconocer, se oculta. En este subsuelo, sin embargo, la llegada de una nueva mujer a la escena logrará poner a la aparente calma reinante en esa casa en la cuerda floja.
El texto del dramaturgo y director, reconocido por su contribución para con las causas de defensa de los derechos de minorías sexuales, encaja y va en correlato con su anterior obra, y para quien debuta como espectador de su trabajo, resulta una potente y justa puerta de entrada a su mensaje y la efectividad que él conlleva. Los diálogos, coloquiales y excelentemente interpretados por el elenco, le permiten a este drama rural deslizar en cada acto fragmentos de comedia. A través de un ida y vuelta de comentarios entre Trawier y Bertolotto -en la obra, madrastra y media hermana del Nene- o gracias a los remates que anteceden a cada apagón, la audiencia se toma un respiro de la intriga y lo hace riendo.
Mientras que Iturbe logra, en la piel de la nueva Nana, una interacción natural con Trawier y Bertolotto, Zedy se encarga de personificar, a través de la historia del Nene, la transparencia e inocencia características de la niñez, junto, a su vez, con los tormentos que esa etapa también contiene.
En Te estaba esperando, la iluminación y la música hacen su parte y guían al espectador entre mañanas canturreadas por gallos y noches en las que reina el silencio y la oscuridad que sólo se oye y ve en el campo.
La obra de Marcou muestra en pleno la desesperación de una mujer a la que “no se le escapa nada”, que toma el toro por las astas y educa a sus hijos “con todas las de la ley”. Sin embargo, la ardua tarea que le presentará su objetivo de que el Nene “se parezca al resto” hará enervar sus nervios. Al personaje de Trawier, lo que se le hará presente es esa peligrosa certeza de que a una persona no la pueden comandar ni una madre postiza ni la Providencia, y que prender una vela no suprimirá ni modificará jamás ni una realidad, ni una identidad.
El texto ya fue traducido y publicado en inglés junto a otras cuatro obras también finalistas de Proyecto 34° S / teatro en traslación, un intercambio artístico entre África y América latina. El volumen con los cinco diálogos es distribuido actualmente en Sudáfrica.
Teatro: El Camarín de las Musas – Mario Bravo 960
Funciones: Viernes – 23:00 hs
Entradas: $ 150,00 / $100,00
Por Carolina Potocar